La Bioeconomía circular y el reto del control de patógenos en la agricultura

La apuesta por la economía circular hace que se reduzcan los resíduos de una actividad, revalorizándolos y dejando su impacto en el mínimo. Uno de los posibles usos de los resíduos agrícolas es la obtención de sustancias bioactivas que pueden utilizarse contra las enfermedades de las plantas, disminuyendo el uso de agroquímicos de síntesis agresivos con el medio ambiente y de uso severamente restringido en la política agraria europea. La bioeconomía circular se basa en la producción y uso de recursos a partir de residuos biomásicos renovables, que sirven de base para la obtención de bioproductos y bioenergía. La sostenibilidad de la agricultura pasa por seguir el modelo de economía circular en todas las fases de la producción, transformación y comercialización de los productos del campo. Ya existen comercialmente productos derivados de hongos o bacterias que se utilizan en control biológico, productos bioplaguicidas y biofungicidas. El compostaje, la utilización de resíduos vegetales en la industria, y la extracción de sustancias activas a partir de resíduos biomásicos son tres formas de revalorizar los restos de cosecha