Insectos que se alimentan de plagas, una alternativa frente a la resistencia a los pesticidas

La producción de frutas y verduras en el sur de España se está viendo cada vez más afectada por los episodios de calor, que junto con la humedad, propician la aparición de plagas. Esta situación empeora en los invernaderos, donde en ocasiones no consiguen contener este problema pese al uso de pesticidas. Por este motivo, se optó por un método de control biológico que ya había resultado eficaz en situaciones similares: el uso de insectos que se alimentan de las plagas. Las mariquitas, ácaros y sírfidos son depredadores naturales de otros insectos o ácaros que son nocivos para los cultivos. Estos organismos vivos, se comercializan en diferentes fases de desarrollo del insecto: huevo, ninfa, larva, pupa o adulto. El manejo integrado de plagas, surgió en respuesta al aumento de uso de plaguicidas y a la resistencia en las plagas que provocó, además del impacto que generaba en el medio ambiente. Igualmente, con este control biológico se puede evitar que las plagas se hagan más fuertes. Para que el control biológico por conservación sea realmente eficaz, los insectos deben permanecer cerca de los cultivos para que se hagan adultos y pongan huevos. Para ello estos insectos deben disponer de alimento cuando no haya plagas, como los banker-plants o plantas banco. Se utiliza mucho el aliso de mar porque tiene una floración constante, también el sorgo, trigo y el hinojo. El manejo integrado de plagas puede resultar más costoso al principio que el uso de pesticidas, pero si se mantiene la biodiversidad, el gasto disminuye y además protegeremos el medio ambiente.