Gestión integrada en el control de malas hierbas, tanto más una decisión que un concepto

Problemas principales para abordar la resolución de las deficiencias que causan las malas hierbas en los cultivos en la actualidad, se plantea el concepto de manejo y de gestión integrada para resolver los principales problemas. El acrónimo GIM, Gestión Integrada de Malas hierbas, suele ser muy utilizado cuando se debaten los problemas actuales causados por las malas hierbas, y en especial se hace referencia a las formas de combatirlas, y a la idea de establecer el manejo integrado. Gracias a la reciente publicación de la Directiva Europea y el Real Decreto de Uso Sostenible de Productos Fitosanitarios, cada vez se apoyan más los agricultores en nuevos planteamientos y estrategias contra las malas hierbas. Para poder implementar un GIM, son necesarias una serie de premisas, un detallado conocimiento de la biología de las malas hierbas a combatir, realizar un correcto diagnóstico del problema y plantear una adecuada actuación. Por otro lado destaca la descripción del principal problema generado por parte de las malas hierbas, ya que en la actualidad está alcanzando unos niveles de gran preocupación ante la cada vez mayor presencia de biotipos de casos de resistencia, resulta imprescindible un correcto asesoramiento. Se concluye recomendando que no hay que dejar de adquirir conciencia de que sin un correcto concepto ni una correcta decisión, jamás podrá implementarse con éxito un programa de Gestión Integrada de Malas hierbas