Mejores prácticas para la conservación de la fauna del suelo

El suelo es un organismo vivo. Cada bacteria, hongo o microorganismo tiene una función específica, de manera que los nutrientes y la materia orgánica son el resultado de la interacción entre plantas, hongos, bacterias y otros organismos. La fauna que convive entre los primeros 20 o 30 centímetros del suelo son un indicador ambiental y ecológico. Esta fauna es muy sensible al laboreo, fertilizantes, insecticidas y condiciones ambientales. Las estrategias para la conservación de la fauna del suelo van desde la fertilización orgánica, la reducción del exceso de fertilización mineral, el laboreo reducido y no laboreo, la reducción del uso de plaguicidas sintéticos, la rotación de cultivos e introducción de leguminosas, las coberturas vegetales o inertes hasta el mantenimiento de infraestructuras ecológicas.