Conservación del agua y del suelo de los viñedos: la protección de unos recursos valiosos

El suelo, la vid y la atmósfera forman un ciclo biológico puntual, a pequeña escala, en el que el intercambio de agua es fundamental. Este sistema se ve afectado cuando se pierden recursos como el suelo y el agua. En los suelos desprovistos de una cubierta vegetal el agua de lluvia no se infiltra sino que se convierte en escorrentía arrastrando además partículas del suelo. Para los viñedos mediterráneos además hay otros factores: el cultivo es frecuentemente en pendiente, son zonas sometidas a tormentas muy intensas... Además en la viticultura actual se tiende a reducir la densidad de los viñas lo que supone más suelo desnudo. Las principales técnicas de conservación de suelos aplicables a viñedos, que favorecen la infiltración del agua frente a la escorrentía son: la plantación en aterrazamientos, el cultivo siguiendo las curvas de nivel, el cultivo en fajas, la práctica del laboreo de conservación (dejando la hojarasca de vid en el suelo y no arando las calles entre filas de vides), la rotación en el cultivo de diferentes cubiertas en las calles entre vides, cortavierntos y setos (contra la fuerza erosiva del viento y contribuyendo a disminuir la desecación del suelo y a la formación de costras). Estudio aparte merecen las cubiertas vegetales