Estados Unidos y la UE firmaron el pasado día 2 un acuerdo para que los productores estadounidenses puedan vender en Europa más carne de vacuno, con la condición de que no esté tratada con hormonas de crecimiento. Por este acuerdo, los productores estadounidenses podrán vender anualmente en Europa hasta 35.000 toneladas de carne de ternera al año, durante de siete años.
«Esta es una tremenda victoria para los ganaderos estadounidens es y, por supuesto, para los consumidores europeos porque la carne de ternera estadounidense está considerada la mejor del mundo», aseguró el presidente Trump, que en la firma del acuerdo estuvo acompañado por ganaderos del país. Por su parte, el embajador de la UE ante EE.UU., Stavros Lambrinidis, presente también en la ceremonia, expresó su deseo de que el acuerdo sirva para «fortalecer» la relación entre Bruselas y Washington.
«El acuerdo que firmamos hoy muestra que, como socios, podemos resolver problemas y que, como socios, en el espíritu de esta colaboración, podemos dar forma al mundo para que esté basado en fuertes valores abiertos y fuertes reglas abiertas», manifestó Lambrinidis.
En el pasado mes de juni o, la Comisión Europea ya había anunciado que la Bruselas y Washington habían llegado a un acuerdo para que los productores estadounidenses pudieran vender en Europa una mayor cantidad de carne de vacuno, siempre que no hubiera sido alterada con determinadas hormonas de crecimiento.
Tras años de litigio por este tema, en 2009 Bruselas y Washington alcanzaron un acuerdo por el que se establecía que EE.UU. y otros países podían vender en Europa hasta 45.000 toneladas anuales de carne de vacuno sin hormonas de crecimiento y lo que el nuevo acuerdo establece es que, de esa cuota de 45.000 toneladas, unas 35.000 se venderán exclusivamente por productores estadounidenses.
Reacción en España
El director de la Interprofesional de la Carne de Vacuno (Provacuno), Javier López, ha asegurado que aunque «teóricamente» las importaciones desde EE.UU. en los próximos siete años estarán libres de hormonas, no cumplen con el resto de estándares de calidad exigidos a los productores europeos.
En declaraciones a Efeagro, el director de la Interprofesional, subraya que el pacto les afecta en la medida en que esa carne importada «no cumple exactamente» con las exigencias a los ganaderos comunitarios. Y, a su juicio, el hecho de que EE.UU. se convierta en socio preferente para ese contingente de carne no tiene por qué afectar a los precios dentro de la UE.
Los más afectados serán países como Australia o Nueva Zelanda que se han quedado o rebajado su cuota con la UE: «Supongo que les llevará al cabreo y protestarán de alguna manera», apuntó López.