Von der Leyen salva los problemas por la PAC en el Parlamento, pero no en el campo: «Es un intento de engaño»

La Comisión ha modificado su propuesta inicial para desbloquear la crisis con los europarlamentarios[icono] El incendio del Parlamento Europeo provocado por la propuesta de la Comisión del Marco Financiero Plurianual (MFP) 2028-2034 ha sido sofocado por Ursula von der Leyen. La presidenta de la Comisión Europea presentó el pasado 16 de julio un plan de fondo único que desató la beligerancia del sector primario, ya que la estrategia daba muerte a la especificidad de la Política Agraria Común (PAC) al incluirla en un saco global a disposición de cada Estado miembro. A esta variación se añadía la eliminación del conocido como segundo pilar de la PAC, la partida correspondiente al desarrollo rural, lo que terminó de enfrentar al campo a la Comisión. El descontento de los agrarios llegó a Bruselas y los europarlamentarios se plantaron ante la propuesta de la dirigente alemana. El choque Parlamento-Comisión estaba servido y una carta firmada por los líderes de las cuatro formaciones que han sostenido en el poder a Von der Leyen en tres mociones de censura disparó la tensión en la capital belga. El conflicto escaló a una velocidad de vértigo. El período de negociación se puede estirar hasta dos años, pero la Comisión aplacó este amago de rebelión de la Eurocámara con una exitosa negociación con Roberta Metsola, presidenta del Parlamento Europeo, y Mette Frederiksen, primera ministra de Dinamarca -país que ostenta la presidencia rotatoria del Consejo de la UE-. La Comisión ha modificado su propuesta inicial y, aunque ha mantenido los principios de la misma y la PAC estará incluida en un fondo único, ha conseguido desbloquear la crisis con el Parlamento. Entre las cesiones destacadas por la Comisión sobresale la introducción del denominado 'Objetivo Rural', que obliga a los gobiernos a destinar al menos un 10 % de los 865.000 millones de euros del fondo único a los recursos previstos ya para las políticas agraria y pesquera comunes. Este repliegue de las pretensiones de la Comisión, que insiste en la prioridad de aumentar el gasto en Defensa, ha triunfado entre los europarlamentarios y no en las explotaciones españolas. Asaja ha tildado la maniobra como un «ajuste cosmético» con el que la presidenta Von der Leyen «pretende maquillar su rupturista reforma del MFP 2028-2034», en lo que consideran un intento de aliviar las críticas en torno al proyecto de fondo único. «Es un intento de engaño tanto al Parlamento como al conjunto del sector agrario europeo. Los elementos de flexibilidad que ofrece la presidenta de la Comisión no responden en modo alguno a las claras demandas expresadas por los principales grupos políticos del Parlamento Europeo, por el Comité de Regiones, por la mayoría de los Estados miembros y por los agricultores y ganaderos europeos», traslada la organización, que subraya que la modificaciones no resuelven el problema estructural que genera la inclusión de la PAC en el fondo único. «Se mantienen los recortes presupuestarios, la pérdida de autonomía y la concentración de poder en la Comisión Europea. Esta supuesta flexibilidad, en respuesta al rechazo de las organizaciones agrarias y a la demanda de cambios del Parlamento Europeo, no es más que una maniobra destinada a contener el malestar político sin ofrecer soluciones reales», aseveran. La confrontación del sector primario se mantiene pese a que los europarlamentarios hayan aceptado los cambios presentados por Von der Leyen a Metsola. Esta decisión del Parlamento alimenta la gran manifestación que prepara el Copa-Cogeca, la principal organización representativa de los agricultores europeos para el el jueves 18 de diciembre, en coincidencia con la celebración del Consejo Europeo que tendrá lugar los días 18 y 19 de diciembre y que contará con la presencia de todos los jefes de Estado o de Gobierno de los 27 Estados miembro. Los agricultores pretender llevar entre 200 y 300 tractores y de 4.000 a 6.000 manifestantes las puertas del edificio Justus Lipsius, sede principal del Consejo de la UE y de la Secretaría General del Consejo desde 1995, y así evidenciar su guerra contra las decisiones que sobrevuelan sus negocios