Una mujer, mejor sumiller de Francia

Pascaline Lepeltier acaba de conseguir un doblete histórico: primera mujer que gana en la sección de sumillería del famoso concurso de 'mejor obrero de Francia', y mejor sumiller del año en su país. La veterana y respetada 'Revue du Vin de France' la ha nombrado "personalidad del año". La sumiller, de 38 años y residente en Nueva York, apasionada por los vinos ecológicos y biodinámicos, ha declarado a la agencia AFP que "es fantástico e irreal" el reconocimiento de la veterana revista " una modesta camarera". Añade Lepeltier: "He aceptado el premio de la RVF porque me veo como un símbolo de la necesidad de reflexionar sobre lo que bebemos y comemos, a lo que hay que hacer para dejar de maltratar los suelos, e intentar convertirse en motor de la transformación de toda la agricultura". La sumiller, diplomada en Filosofía, llegó a su oficio por abajo, por los cursos de formación profesional. Ahora espera que sus premios "permitan mostrar a los jóvenes que se puede tener un oficio apasionante en el vino, que permita vivir un sueño". Nacida y educada en Angers, cuna de los vinos del Loira, ejerce en Nueva York, en el restaurante Racines del barrio de Tribeca, donde gestiona una bodega con 2.500 referencias "de las que un 80% se cultiva en biodinámica". En 2014 obtuvo el título de Master Sommelier norteamericano. "En el sector agrícola, que va viento en popa y que tiene un impacto sobre la salud, debemos obligarnos a tener una gran atención ante la selección de lo que proponemos al cliente", explica Lepeltier, muy concienciada ante "el problema de la mala comida y la mala bebida". Al denunciar los vinos "con muchos aditivos", dice "tomarse muy a pecho" la tarea de presentar a sus clientes "vinos de gran calidad elaborados con técnicas naturales", porque "el cuerpo los absorbe mejor". Y observa que el vino es el único producto agroalimentario "sin obligación legal de indicar sus ingredientes". Añade la multipremiada sumiller: "Soy de una generación que desea recuperar el gusto nacido de una agricultura viva". Se dice "encantada" por el "movimiento de prestigiosas fincas vitícolas hacia el cultivo ecológico y biodinámico". En Estados Unidos ·los jóvenes beben cada vez menos cerveza y destiladoss y cada vez más vinos, y piden vinos lo más naturales posibles", es decir, poco estabilizados por aditivos y conservantes químicos. Y Nueva York es hoy, para Lepeltier, "la gran ciudad del vino". Una cata en Château d'Yquem, en 2005, de un maravilloso vino elaborado durante la última guerra mundial, la convenció de buscar una carrera en el vino.