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Movilización para poner coto al expolio de los olivos milenarios

03/12/2019
En: elmundo.es
Digital
Varias entidades presionan para que el Parlamento catalán corrija el vacío legislativo para preservar este patrimonio agrícola En Tarragona es raro que alguien no conozca a Paco Zapater. Abogado y ex concejal con Josep Fèlix Ballesteros (PSC), ha luchado sin cuartel durante años para que en Alemania se depurasen responsabilidades por la tragedia del Love Parade de 2010, donde falleció su hija Clara. Desde esta semana, también se le conocerá como el embajador de los olivos milenarios de la Mesa del Sénia, una mancomunidad de 27 pueblos catalanes, aragoneses y valencianos con una impresionante concentración de estos árboles monumentales. Para hacerse una idea de su valor natural basta mencionar ejemplares como la Farga del Arión, plantado al lado de la Vía Augusta en el año 314 según el Laboratorio de Dasometría de la Politécnica de Madrid. Un olivo, el más grande de Cataluña, de más de 1.700 años, con un perímetro de tronco en la base de 18 metros y más de ocho a un metro del suelo. Paco Zapater es el impulsor de una campaña a través de la plataforma Change.org de recogida de firmas en defensa de este patrimonio natural. El pasado mes de marzo entregó casi 100.000 firmas en la sede del Parlamento catalán, que trabaja en una ley de protección. El reconocimiento a Zapater ha llegado en el marco de un congreso que pone en valor la Ruta del Olivo, una de las vías culturales reconocidas por el Consejo de Europa, y de los actos previstos en la primera semana de diciembre en el área del Sénia con motivo del Día Mundial del Olivo. No obstante, pese a la cruzada social y legal por preservar estos árboles -se consideran milenarios cuando tienen un perímetro de 3,5 metros a 1,3 del suelo- el expolio continúa. En este mismo mes de noviembre se ha denunciado el último caso, con varias decenas de árboles arrancados en el barranco de la Carbonera de Les Ventalles, en el término de Ulldecona (Montsià), uno de los más afectados, ya que atesora unos 1.400 de los 5.000 olivos catalogados en la mancomunidad. Los olivares de otros enclaves próximos como La Galera, La Sénia o Godall están también muy expuestos. Mientras la Comunidad Valenciana ya dispone de una normativa de preservación, el vacío legislativo catalán está generando daños irreversibles. Es más, el trámite parlamentario para proteger los olivos monumentales no ha hecho sino avivar el problema. Tanto la alcaldesa de Ulldecona, Núria Ventura (PSC), como el portavoz de la plataforma Salvem lo Montsià, Guillem Riba, están cansados de pedir una moratoria mientras se aprueba una ley «que puede tardar meses o años». «Nos tememos que cuando finalmente entre en vigor haya poco que proteger», reiteran. «Otras Comunidades como Valencia nos llevan 12 años de ventaja, con la ley de Patrimonio Arbóreo, lo que nos traslada aquí la presión para conseguir permisos para los arranques», recuerda otro de los portavoces de la plataforma, Jordi Moforte. «Se los están llevando por centenares», lamenta Xavi Jiménez desde la agrupación ecologista GEPEC-EdC. El precio de uno de estos árboles, que en muchos casos se venden en otros países de la UE, supera fácilmente los 3.000 euros. sÍNDIC DE gREUGES Diversas entidades y asociaciones, no sólo ecologistas, han alzado la voz. De momento, sin resultados tangibles. El propio defensor del pueblo de Cataluña, el Síndic Rafael Ribó, ha dado un toque de atención a la Generalitat para que adopte «medidas rápidas y firmes para detener con la máxima inmediatez el expolio, con independencia de la mejora de la proposición de ley en su trámite parlamentario». La futura ley prevé crear una comisión técnica de evaluación y un listado de olivos monumentales actualizado cada año, con un régimen de multas que pueden llegar hasta el medio millón de euros para los casos más graves. A día de hoy, la única defensa de estos ejemplares únicos consiste en una red de informadores, en su mayoría vecinos de la zona, que vigilan el territorio: «La intención de protegerlos, paradójicamente, ha tenido un efecto pernicioso porque ha acelerado el expolio... Se dan prisa con los permisos para arrancarlos antes de que, en un futuro, les puedan sancionar», describe Riba. Salvem lo Montsià exige protección no sólo para los olivos más espectaculares -hay medio centenar ya protegidos como Bien de Interés Local-, sino para «todo un paisaje agrícola, con miles de árboles centenarios de más de dos metros de diámetro que ni siquiera están catalogados». En el debate de fondo se sitúa la viabilidad de una actividad agraria que necesita medidas de revitalización: mejoras en los cultivos en la producción y sobre todo en la comercialización para que las explotaciones sean rentables «y los labradores no se desprendan de los olivos, que se pagan mejor como elementos ornamentales de jardín». La mancomunidad, a través de la Asociación Territorio Sénia, agrupa en la actualidad a 16 marcas que prensan aceite virgen extra sólo procedente de olivos milenarios. Este 2019, año de buena cosecha, aspiran a superar el récord de 8.000 litros de 2017.
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