Uno de los problemas estructurales que arrastra el campo español es su envejecimiento y la necesidad urgente de un relevo generacional. Un punto que ha regresado al primer plano de la actualidad esta semana, ya que Pamplona (Navarra) acogió un Foro de Alto Nivel y una Conferencia Sectorial monográficas. La Fundación Cajamar le ha puesto cifras a este fenómeno en la nueva edición del 'Observatorio sobre el sector agroalimentario español en el contexto europeo' publicado el pasado martes. En este informe destacan que el 35,1% de las personas , que se dedican a esta actividad en España, tienen 50 o más años, mientras que en Europa esta proporción alcanza el 39,5% de media. Autonomías como Castilla - La Mancha y Aragón han puesto en marcha ayudas específicas. Otra muestra palpable del envejecimiento del sector agrícola, según Cajamar, es la edad de los responsables de las explotaciones. Con los datos más recientes, de 2020, el 85,2% de los jefes de explotación tienen 45 años o más. Mientras que, en el caso de las mujeres, es el 88,3% las que han cumplido esa edad. Todo ello, por encima de la media europea (79% de los jefes de explotación y 82,3% de las jefas). España es el cuarto país con el mayor registro tras Chipre, Portugal y Grecia. De igual modo, el análisis publicado esta semana, destaca que el mayor envejecimiento femenino al mando de las instalaciones agrícolas es una característica del sector primario de muchos países europeos. "Hay zonas donde no tengo ni 3G" Todo ello, en un contexto de disminución del número de explotaciones agrícolas y ganaderas. Según el Censo Agrario (2020) que elabora el INE, hay en España 914.871 instalaciones de este tipo. Esto es un 7,6% menos, que en la anterior edición del censo en 2009. "Te dedicas a esto porque te gusta de verdad . Estoy contenta, a veces, puedo organizar mi tiempo como quiero y, vivir en el puebl o, me da tranquilidad", apunta la responsable de Asaja Jóvenes, Eva Marín. Con 34 años, es la responsable de una explotación agraria de 280 hectáreas con cereal (de secano y regadío), olivar y viñedo en la provincia de Toledo. "Hay zonas donde no tengo ni 3G", apunta a modo de anécdota esta agricultora licenciada en Publicidad y Relaciones Públicas. "Te dedicas a esto porque te gusta de verdad. Estoy contenta, a veces puedo organizar mi tiempo como quiero y, vivir en el pueblo, me da tranquilidad", Eva Marín (34 años) Marín describe la situación actual del campo como "desoladora" y apunta hacia los elevados costes de producción , "que nos están asfixiando". Lo que, en su opinión, se suma una Ley de la Cadena Alimentaria cuya aplicación ve insuficiente junto a una reforma laboral "nefasta" ; y "una PAC que complica los requisitos mucho más, obligandonos a estar la mitad del tiempo sentados delante de una pantalla". Como joven agricultora reconoce algunas ventajas de cara a las ayudas PAC, pero cree que " en el campo es lo comido por lo servido , aunque ciertos cultivos registran excedentes de producción como el pistacho". En este sentido, pide "analizar bien todas las perspectivas" y establecer prioridades porque, concluye, " se cierran explotaciones todos los días". "Lo veo como un estilo de vida . Llevo desde las 5 de la mañana en pie trabajando y estamos así desde mayo hasta septiembre, porque tenemos la producción escalonada", comenta Jorge Cajo quien junto a su hermano dirige una explotación familiar de fruta de hueso en La Almunia de Doña Godina (Zaragoza). Como agricultor profesional desde 2022 y, con estudios en ingeniería agrónoma, Cajo es también responsable de Frutas de UAGA/COAG. Al respecto, critica que el primer pago de las ayudas a la incorporación lo recibió "hace dos semanas" después de más de un año de espera. En su opinión, es "imposible" que alguien ajeno al sector pueda entrar por las fuertes inversiones iniciales y cree que la clave a la falta de relevo está en que "recibamos un precio con el que podamos trabajar, ni menos burocracia ni papeles". Además muestra su temor a la "uberización del campo", es decir, a la concentración en grandes corporaciones de la producción de alimentos. Las autonomías "se ponen las pilas" Entre las comunidades autónomas, que impulsan la incorporación de jóvenes a la actividad agraria, están Aragón y Castilla- La Mancha. En la primera, con gobierno PP y Vox desde 2023, se convocó en marzo (el plazo finalizó el pasado 4 de junio) subvenciones para el establecimiento de jóvenes agricultores por hasta 14 millones de euros. En este caso, la ayuda consistirá en un pago mínimo de 30.000 euros por beneficiario, que podía alcanzar los 70.000 euros en base a criterios como la incorporación a una cooperativa de frutas y verduras (2.500 euros). Además se convocaron otras ayudas para la modernización de explotaciones agrarias de hasta 10 millones de euros. Ambas convocatorias se distribuirán en tres anualidades (2024, 2025 y 2026) y están cofinanciadas por el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER) al 43%. "La clave contra la falta de relevo generacional es que recibamos un precio con el que podamos trabajar, ni menos burocracia ni papeles", Jorge Cajo (23 años) En Castilla - La Mancha , que gobierna el socialista Emiliano García Page desde 2015, la Consejería de Agricultura estima que a la última convocatoria de ayudas cerrada el pasado 17 de junio (hay previstas otras dos más hasta 2027) se presentaron 1.321 solicitudes, un 30% de mujeres. Todo ello, con una meta de 2.000 incorporaciones al sector agrícola hasta 2027. Tres de cada cuatro solicitantes pidieron también una subvención para la modernización de sus explotaciones o 'Plan Mejora'. Se da la circunstancia de que, la ayuda básica a la incorporación se elevó de 27.000 a 37.000 euros hasta un máximo de 60.000 euros, en base al cumplimiento de una serie de parámetros.