Morata y Navarro reclaman que el Gobierno central apoye a las firmas afectadas y la consellera Cano anuncia que volverá a abordar el impacto en Ford Tras conocerse el impacto de los aranceles de Donald Trump a los productos europeos, los empresarios valencianos defendieron ayer llevar a cabo «una negociación» porque este tipo de «guerras no benefician a nadie, ni siquiera a los propios ciudadanos estadounidenses». Es lo que señaló ante los medios antes del 10º Congreso de UGT-PV el presidente de la CEV, Salvador Navarro, quien destacó que el anuncio del mandatario estadounidense genera una «preocupación lógica». Sin embargo, este golpe también hace vislumbrar que «tenemos que salir reforzados» y, para ello, se necesita «una Europa mucho más unida y con una mayor capacidad de decisión» ya que la subida arancelaria de EE UU va a «lastra la economía y la situación del empleo». Por su parte, el presidente del Consejo de Cámaras, José Vicente Morata, destacó que «el proteccionismo no es el camino para el crecimiento económico y la creación de empleo en los países. Las últimas décadas de globalización y liberalización comercial así lo han demostrado». En este sentido, remarcó que «las empresas valencianas conocen perfectamente el mercado norteamericano, tienen un producto de calidad muy demandando y estoy seguro de que sabrán resituarse en este nuevo escenario». En esta línea, desde las Cámaras de la Comunitat Valenciana abogaron también por el diálogo antes de seguir elevando la guerra comercial y, apostaron porque el Gobierno español apoye a las compañías que en mayor medida se vean perjudicadas por esta subida de aranceles. Sector agrario También la agresiva política comercial proteccionista de Trump preocupa de lleno a algunos sectores agroalimentario de la Comunitat Valenciana . Por eso, los dirigentes de AVA-Asaja y la Unió de Llauradors, Cristóbal Aguado y Carles Peris, respectivamente, reclaman a Bruselas que aplique el principio de reciprocidad, ya que EE UU invade de frutos secos, entre otros productos, los mercados españoles y de la Unión Europea. Y reclaman que también la UE imponga aranceles a EE UU. Aguado advierte de que «la imposición de aranceles a los productos agrarios no es una buena noticia ni para la Comunitat Valenciana ni para Estados Unidos, porque va a traducirse en un aumento de los precios de los alimentos». La organización subraya las almendras y nueces que «inundan nuestro mercado y hunden los precios en origen». Peris considera que «las guerras comerciales con aranceles desmesurados no son buenas para nadie porque se unen a la subida de costes en el sector y a la competencia desleal de las producciones de terceros países, aunque una vez que llegan hay que responder con la reciprocidad necesaria para defender nuestros intereses». Valoración política Pero no solo desde el ámbito empresarial hubo reacciones a la subida aduanera. El presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, también criticó desde Bruselas los aranceles y pidió a la UE actuar con «firmeza» y «unidad» ante la ofensiva arancelaria de Donald Trump, la cual tildó de «injustificada» y situó como una «clara amenaza» para los intereses comunitarios. En este sentido, el jefe del Consell remarcó el «impacto» que estos aranceles tendrán sobre la competitividad de los productos europeos y apeló a «la unidad y la colaboración de las regiones europeas para superar los desafíos y asegurar un futuro próspero para todos» con el objetivo de «buscar soluciones conjuntas» al «desafío» que suponen las tasas aplicadas por la administración Trump. Mientras, desde el Ejecutivo valenciano, la consellera de Industria, Marián Cano, preguntada sobre si el golpe de Trump amenaza el compromiso de traer un coche global a Ford Almussafes, señaló que «volveremos a hablar» con la firma del óvalo, aunque cree que tras «una apuesta de muchos años» en el territorio valenciano y sumándole el «diálogo» entre Bruselas y Washington que debe ayudar a que sus objetivos «se vayan alineando», esa fabricación a partir de 2027 podrá «seguir adelante».