Es de Huesa, un pueblo de la comarca de Sierra de Cazorla, y reside en Almería desde el 2014. Es Bióloga por la Universidad de Jaén, y máster en Biotecnología Industrial Agroalimentaria por la UAL.
¿Cómo llegaste al mundo de la Biotecnologia?
Siempre he sentido curiosidad por conocer todo lo que me rodea. Y me sentí atraída por ciencias como la entomología, la mejora genética vegetal, la fitopatología y, especialmente, la botánica. Las plantas me parecen unos seres vivos tan perfectos, y pasan tan desapercibidos ante nosotros... No hay otro con tal capacidad de adaptación al ambiente en el que está. Sin poder desplazarse, son capaces de sobrevivir ante muchísimas adversidades, alimentándose del Sol y el agua para producir su propio alimento. Y, al mismo tiempo, es nuestra base nutricional, y de toda la industria alimentaria. Además, son muy importantes en el ámbito medicinal, combustible, ornamental y textil... Ah, y también nos permiten respirar oxígeno. ¿Alguien da tanto a cambio de tan poco?
Pues es cierto. Háblanos de tu trayectoria, tu trabajo...
He trabajado en el departamento I+D de varias empresas, sobre todo en el área de mejora genética relacionada con la resistencia a plagas y enfermedades de las especies hortícolas más importantes que produce Almería. Pero, desde hace dos años y medio, soy responsable de Laboratorio de Cultivo in Vitro de Semillero Vitalplant . Está destinado, principalmente, a la multiplicación de plantas tropicales como la papaya, la pitahaya y la fruta de la pasión, entre otros cultivos.
¿Plantas tropicales en Almería? No lo sabía...
Sí. Gracias a nuestro clima suave y estable durante todo el año, y junto con la tecnología de invernaderos, que hoy se pueden adaptar a cualquier tipo de cultivo, decidimos apostar por las plantas tropicales. Así damos un valor añadido a la producción agroalimentaria de la provincia, con la diversificación de productos y con nuevos nichos de mercado destinados al resto de Europa. Ofrecemos un género de calidad, producido de forma sostenible y cercana.
¿Este mundo cumple las expectativas que tenías cuando estudiaste esta carrera?
Personalmente, sí. He aprendido mucho con mi formación, y nunca dejo de aprender día a día. La formación universitaria es muy importante, pero la realidad está fuera de las aulas y del título que nos habilita. Los problemas se encuentran dentro de un laboratorio o un invernadero experimental. Son desafíos diarios que necesitan de nuestra capacidad resolutiva, y que debemos afrontar. La Biotecnología es un mundo muy cambiante, que evoluciona rápido y requiere de herramientas y recursos para resolver los retos que se nos planteen durante nuestra trayectoria como profesionales.