La almazara de Turís prevé una cosecha cercana a los cien mil kilos, cuando una campaña normal supera fácilmente los dos millones y medio
Se buscará el apoyo de otras cooperativas para la recolección
Producción de aceite de oliva en la almazara de Turís, en una imagen de archivo. / Vicent M. Pastor
Rubén Sebastián
Alzira 04 SEPT 2024 7:15
La almazara de Molino de Motrotón de Turís, que agrupa también a los productores de Montserrat, Montroi, Real, Catadau, Llombai y Yátova, prevé una campaña histórica. Aunque en el sentido negativo de la expresión . La merma en la cosecha de la aceituna alcanzará, casi con toda seguridad, un mínimo nunca antes visto: unos cien mil kilos. Lejos de los 2,5 o 3 millones que representan una producción normal. La falta de lluvias y el calor excesivo tienen la culpa.
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«Apenas hay aceituna en los campos, la merma podría superar el 90 % », explica el gerente de la almazara, Alberto Giménez. La climatología ha sido muy poco benévola con el agricultor y tanto las elevadas temperaturas como la sequía tienen consecuencias nefastas. «Es como si no hubiéramos tenido primavera . Pasamos del frío al calor y en la época de floración la temperatura es muy importante. Este año, hemos tenido poca flor y la poca que ha salido se ha quemado», expone Giménez. De hecho, hasta en aquellas parcelas agrícolas de regadío, los olivos han sufrido bastante más de lo que cabría esperar.
Gastos fijos
La situación genera una gran incertidumbre en la cooperativa aceitunera. «No sabemos qué haremos», admite el gerente de la almazara. En las últimas campañas, ya se adelantó la cosecha a mediados de octubre, aunque antiguamente la recolección se llevaba a cabo en noviembre. Giménez asegura que abrirán sus puertas, a pesar de que más de un productor sospechaba que ni siquiera eso fuera posible. «Tenemos unos gastos fijos y va a ser un año complicado, lo más normal es que nos asociemos con otra cooperativa para garantizar la recolección », aventura.
Proceso de tratamiento de la aceituna en Turís, en una imagen de archivo. / Vicent M. Pastor
La escasísima producción tendrá, al menos, el aliciente económico. El gerente de la almazara estima que, al tratarse de una merma generalizada, el precio del aceite subirá : «Seguramente, hasta en Andalucía habrá menos de lo que parece y la bajada en los lineales durará poco».
Futuro incierto
A pesar de la difícil campaña que se avecina, Giménez no pierde la esperanza. «Después de un mal año, suele venir uno bueno. Nunca hemos tenido dos malos seguidos», asevera. Por ello, lanza un mensaje de tranquilidad a los productores: «Ya sabemos lo que tenemos ahora, solo nos queda esperar que el año que viene recuperemos la normalidad . Muchos olivos estarán descansados, al apenas tener producción».
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Con todo, no oculta su preocupación ante un hipotético año marcado, nuevamente, por las elevadas temperaturas y la escasez de lluvias. «Si esto se cronifica, puede ser un desastre. Las lluvias de estos días pueden ayudar a que la aceituna no se quede arrugada, pero si no hay nuevos brotes en los árboles, el futuro se complica . Además, también hay que tener en cuenta la mayor radiación solar, que hace que vayamos hacia cultivos con menos cosechas. Veremos cómo se desarrollan los próximos meses», concluye Giménez.
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