En total, se adjudicaron 95 animales por un importe superior a los 470.000 euros La vida ha cambiado mucho -y en muy poco tiempo- para los ganaderos de vacuno. El encadenamiento de ruinosas sequías, los precios disparatados en los alimentos, las consecuencias de la guerra de Ucrania y el mortal azote de la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE) dibujaron un panorama de supervivencia para la ganadería nacional, que aprovecha uno de sus momentos de mayor bonanza. La sensación que transmiten aquellos que viven del y para sus vacas es que el mercado está más vivo que nunca. Después de cierres de cientos de explotaciones o de sacrificios de animales para poder continuar con la actividad, la reactivación de la demanda y la escasez de ganado empuja al alza los activos del sector. Así lo demuestran los valores obtenidos la subasta nacional de vacuno celebrada la Feria Salamaq. La capital charra exhibió músculo en el vacuno de carne y cerró la edición con 95 animales adjudicados por un importe superior a los 470.000 euros. Hace tan solo dos años, en la edición de 2023, el importe se quedó en 265.000 euros. «El sector del vacuno de carne está animado y con liquidez. Hay expectativas, no como hace unos años que no había prácticamente ni para darle de comer al ganado. Se paga por el ganado porque hay precio. Y parece que se va a mantener», señala en conversación con El Debate Juan Luis Delgado, presidente de Asaja Salamanca, vicepresidente nacional y responsable de vacuno de la organización, que ahonda en un cúmulo de factores positivo para los productores: buen precios y menores costes de producción. Una de las claves para entender el encarecimiento del vacuno es la falta de ganado. Hay pocas hembras reproductoras, la reposición requiere tiempo -y con los precios actuales más- y la demanda va a más. «Uno va a las explotaciones a comprar vacas y la situación que se encuentra es esta. Todo el mundo quiere reponer y necesitas reproductoras, que van de 3.000 a 4.000 euros», explica Delgado. Seis sementales de la vibrante subasta vivida en Salamanca el pasado 8 de septiembre alcanzaron los 10.000 euros. Dos ejemplares de charolés, con un precio de remate de 10.200 y 10.000 (arranque en 4.200 y 5.000 euros), y cuatro limusines (entre ellos el toro 'Urdangarín', el más cotizado de la feria) por 10.200, 12.200,13.400 y 15.500 euros respectivamente. «El comentario que hacían muchos en la feria es que por algún semental la subasta pasaría de los 20.000 euros. No porque los animales fueran mucho mejores que otros años, sino por el momento que vive el mercado», indica el dirigente de Asaja, que razona los altos precios de las pujas, con 28 ejemplares adjudicados por 6.000 euros o más. «En algunos casos están más que justificados los precios, como cuando quieres darle caché a tu ganadería para luego seguir vendiendo genética. Estos sementales dan distinción e incorporan una raza 100 % pura a las hembras. Si el toro 'Urdangarín', vendido por 15.500 euros, se junta con una vaca limusina pura saldrán crías muy buenas y con el pedigrí de que fue el ejemplar más cotizado de la Feria de Ganado Salamanca del 2025», comenta el ganadero, que precisa que las crías de este toro sumarán ese valor añadido: «Si se en condiciones normales valen 4.000 euros, pues a lo mejor alcanzan los 4.500 o 5.000 euros por ello. En estos casos de cría de raza pura está justificada la inversión». La predilección por la raza limusina, así como la consistencia de la charolesa, se ha hecho notar en la gran subasta de vacuno de Salamanca. Los altos precios medios, especialmente en el limusín, muestran las prioridades actuales del mercado. «El limusín domina sobre todo desde que subieron los precios de la alimentación. Se fue imponiendo porque es un animal que se saca a la venta antes y da menos problemas de parto en los cruces», asevera Delgado, que invita a los ganaderos de vacuno a aprovechar el momento para reforzar sus explotaciones. «A saber cómo estamos de aquí a un año y si se supearn estas cifras. Tenemos la amenaza de Mercosur y somos muy vulnerables a circunstancias económicas que no dependen del sector», asevera.