Falta de relevo generacional, una normativa europea que costriñe y el cambio climático son algunos de los problemas del campo valenciano "No podemos renunciar a nuestro empeño, pero esto es inaguantable", decía hace poco Cristóbal Aguado, presidente de la Associació Valenciana d'Agricultors (Ava-Asaja). Este está siendo un año especialmente reivindicativo en la agricultura valenciana, que en febrero se sumó a las protestas nacionales del sector, pero que ya acarreaba una agenda propia de peticiones que garanticen la sostenibilidad medioambiental, pero también la económica. El último año esta asociación cuantificó pérdidas en la Comunidad Valenciana por valor de 400 millones de euros, 170 de los cuales fueron solo por el cambio climático. Y no solo es este el problema: las plagas, la competencia de terceros países, las normas que impone Europa martillean al sector, coinciden en destacar todas las asociaciones agrícolas. "Lo vemos en el arroz, con los almacenes llenos por la competencia en precio, lo estamos viendo en el etiquetaje trasparente... No podemos seguir esa línea ni un día más. Necesitamos que se hagan políticas más agrarias porque nos estamos jugando mucho", lamenta Carles Peris, secretario general de La Unió Llauradora i Ramadera, la otra entidad mayoritaria en la Comunidad Valenciana. La Comunidad Valenciana es la región con mayor superficie de cultivo abandonada de toda España, 173.676 hectáreas en total El sector agroalimentario valenciano representa en torno al 11% del valor agregado bruto de la economía valenciana y el 13% del empleo de la región. La producción de frutas y verduras tiene un importante mercado exterior, pero los agricultores repiten, una y otra vez, que les falta relevo generacional y un marco normativo europeo que no les complique la tarea diaria. En el año 2023 hubo una pérdida de superficie cultivada en la Comunidad Valenciana de casi 2.000 hectáreas respecto al 2022, lo que eleva la cifra a más de 16.000 hectáreas si se suman los últimos cuatro años, justo desde la fecha de inicio de la pandemia. "No hay jóvenes en el campo, no tenemos trabajadores profesionales, una de cada cinco hanegadas está abandonada y si se aplican más medidas, irá a peor", pronostica Aguado. "No hay jóvenes en el campo y una de cada cinco hanegadas está abandonada", explica Cristóbal Aguado, de Ava-Asaja Los cítricos y los frutales son los cultivos que más superficie ocupan en el territorio valenciano, al significar entre los dos grupos prácticamente la mitad del total de tierras de cultivo (49,4%), pero de los primeros se han dejado de cultivar 6.199 hectáreas. Para estos piden las asociaciones agrarias más ayudas, por ejemplo para su promoción al consumo, pero en el último año la eliminación de la promoción a la IGP, sin partida en los presupuestos valencianos, no ha tenido todavía contestación. A esto se suma el cambio climático y un escenario complejo tras el peor año hidrológico desde hace más de tres décadas. Con todo, el sector explica que "aunque somos la trinchera ante el cambio climático, no tenemos margen", apunta José Vicente Andreu, presidente de Asaja-Alicante. "Somos la trinchera ante el cambio climático, pero no tenemos margen", apuntan desde Asaja-Alicante En las comarcas del sur las últimas granizadas y plagas como la de la pulvinaria han dañado la cosecha del limón, cultivo por el que también piden ayudas para evitar que la "grave crisis" que atraviesa, y que está empujando a cientos de agricultores de Alicante al abandono por no poder darles salida comercial, se intensifique. En 2023 hubo récord nacional de siniestralidad registrado en seguros agrarios en esta provincia sobre todo por las graves alteraciones climatológicas. La presión de Europa En definitiva, la huerta de Europa pide un plan B para salvarse y se lo exige a Europa, una demanda en la que encuentra la complicidad del Consell. El conseller de Agricultura, José Luis Aguirre, entiende que los profesionales "se sienten ahogados ante una regulación extremadamente exigente y ante la enorme burocracia". Sin embargo, el campo también reclama implicación a las administraciones locales. En 2023, se perdieron un total de 170 millones de euros solo por el cambio climático, apunta Ava-Asaja La Unió afea a la Generalitat Valenciana que no haya un plan de ayudas y asegura que "es decepcionante que la administración más próxima que tienes no te de una respuesta". Mientras, Agricultura mantiene el tono crítico con el Gobierno central, a quien demanda que solicite a Bruselas la activación de los fondos de reserva de crisis de la PAC, para poder ayudar a la totalidad de sectores agrícolas y ganaderos, "sin ninguna excepción".