Economía
Ganaderos en pie de guerra contra Alberto Garzón: «Tenemos las mejores carnes del mundo, somos estratégicos»
Los profesionales del sector desmienten con datos y pruebas la campaña con la que el ministro de Consumo insta a reducir la ingesta de carne por ser perjudicial «para la salud y el planeta»
Jorge Izquierdo y David Palomo en sus ganaderías Gonzalo Pérez Mata La Razón
Inma Bermejo
Última actualización.
11-07-2021 | 02:00 H
El sector ganadero lleva un año y medio desangrándose y la campaña del ministro de Consumo, Alberto Garzón, #MenosCarneMásVida , ha sido como echar sal en sus heridas. «Sus declaraciones son como si me meten dos puñetazos. Con uno de rompen la nariz y con otro me dejan el ojo morado. El daño ya está hecho, de nada vale ahora pedir perdón», compara Jorge Izquierdo, ganadero madrileño que ha dedicado toda su vida a esta profesión.
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«Señalados, criminalizados y estigmatizados», así se han sentido los ganaderos por el vídeo que Garzón lanzó el miércoles en su cuenta de Twitter bajo la etiqueta #MenosCarneMásVida. « Se dice que somos un sector estratégico , pero en ningún momento se nos ha atendido. Me he sentido abandonado por parte del ministerio de Agricultura y cuando oyes estas declaraciones por parte del ministro de Consumo te crean un estupor enorme. No sabes a qué se debe, ni por qué. Con estas declaraciones lo único que consigue es poner a la opinión pública en contra de un sector que está haciendo las cosas bien », cuenta a LA RAZÓN David Palomo, ganadero segoviano (Cantimpalos) de 49 años que maneja cifras de 6.000 animales al año.
«Con todos los problemas que tenemos, no entendemos este ataque. Los ganaderos españoles somos gente honrada que estamos mejorando la vida de nuestros animales y ofrecemos una de las mejores carnes de Europa y del mundo», explica Jorge. «Cumplimos los exigentes estándares europeos y reivindicamos que se valore nuestro trabajo. ¿Por qué no se mete con la calidad de la carne que viene de fuera», añade este ganadero de 57 años que cuenta con 3.500 cabezas, entre ovejas, vacas y terneros.
En el vídeo , el ministro de Consumo insta a los españoles a reducir el consumo de carne porque «perjudica a la salud y al planeta» . En concreto, advirtió de que el 14,5% de las emisiones de gases de efecto invernadero proviene de la ganadería, especialmente de las macrogranjas, y avisó de que para producir un kilo de carne de vaca se requieren 15.000 litros de agua. El titular de Consumo español acusa al sector de generar más contaminación que la de los coches. No obstante, sus afirmaciones han sido desmentidas una por una por las asociaciones del sector y estos dos ganaderos muestran como la realidad de la ganadería española no tiene nada que ver con la catastrófica ficción que vende el ministro.
Jorge y David son el resultado de la mejora constante de la tradición ganadera en España. «Las explotaciones que hay en España son relativamente pequeñas. Ni siquiera tenemos luz ni agua corriente, usamos generadores y pozos» , aclara Jorge Izquierdo, quien muestra a LA RAZÓN como sus vacas campan a sus anchas por la dehesa de Navalvillar (Colmenar Viejo). En el caso de David, sus animales están estabulados y «alrededor es todo campo de cereal para dar de comer a los animales. Se trata de terrenos poco fértiles que abonamos con el propio estiércol de los animales. Más sostenibilidad que esto es difícil» , explica.
David Palomo, también miembro de la junta directiva de Asoprovac y Provacuno, denuncia que Garzón «habla de unos datos de consumo de agua por animal erróneos». En esta línea, el secretario general de COAG, Miguel Blanco, contestó que los datos de emisiones y uso de agua estaban tergiversados y que el ministro olvida que «el 90% de las granjas de producción animal son pequeñas o medianas en régimen extensivo o semiextensivo, o aprovechando pastos, forrajes y cereales de la propia explotación». «Señor Garzón, estas son las cifras de emisión de gases de efecto invernadero del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico: transporte (27,7%), industria (21,4%), generación eléctrica (10,3%), ganadería (9,1%) y cultivos (4,9%) . Basta ya de tanto ataque gratuito a un sector que también descontamina y previene incendios » subrayó el presidente de Asaja, Pedro Barato. Jorge Izquierdo explica a LA RAZÓN que sus ovejas son "bomberas", ya que se dedican a limpiar los montes de hierbajos secos para evitar incendios.
La argumentación de Garzón también se sustenta «en imágenes que no son ni de España, ni de Europa. Son de Estados Unidos y América Latina . Aquí los animales están estabulados, cerrados, protegidos del sol, de la lluvia y de las inclemencias. No tienen nada que ver las imágenes que saca con la realidad de España. Él sabe de sobra que no son de Europa y si no, ¿qué asesores tiene?», cuestiona Palomo.
«También habla de uso indiscriminado de antibióticos, cuando la producción europea es de las más sostenible y exigente del mundo en esos temas», dice Palomo. «Solo usamos productos naturales para tratar alguna enfermedad», detalla Izquierdo.
Las declaraciones de Garzón son como meterme dos puñetazos. El daño ya está hecho
Jorge Izquierdo, ganadero de 57 años con 3.500 animales
La ganadería de Jorge Izquierdo en Cantimpalos. ©Gonzalo Pérez Mata La Razón
La desvinculación del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y del ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, de la campaña le vale de poco a un sector que lleva soportando golpes y sin recibir ningún tipo de protección institucional desde el inicio de la pandemia. Con el cierre de la hostelería y la paralización del turismo, dar salida a los animales en el tiempo estimado fue misión imposible. Jorge calcula pérdidas de 200 euros por animal vendido y David de 140 euros durante la pandemia . «Mientras, las grandes superficies se forraron. Además de ahorrarse esa cantidad, vendían el kilo de carne un euro o dos más caro» critica Jorge Izquierdo.
El mercado se recupera, pero muy despacio. Para Jorge el gran impulso fue la reapertura temprana de la hostelería gracias a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. No obstante, el presente y el futuro se presentan inciertos: «Estamos con el freno de mano echado. No sabemos si parar o si invertir. Las cosas pueden cambiar de un día para otro». En el caso de David, las pérdidas por cada animal sacrificado siguen rondando los 100 euros, esta vez por culpa de los altos precios de los cereales para alimentar al ganado.
Las declaraciones del ministro de Consumo también generan otro daño colateral: aumentan el rechazo de los jóvenes hacia la agricultura y ganadería, lo que dificulta a su vez la repoblación de la "España vaciada". Tal y como explica este ganadero de Cantimpalos (Segovia), su "explotación necesita mano de obra ajena" y tiene "muchos problemas para encontrarla". "No hay ni jóvenes, ni mayores, ni con experiencia ni sin ella", denuncia.
Sabe de sobra que las imágenes de su vídeo no son de Europa y si no, ¿qué asesores tiene?
David Palomo, con 6.000 cabezas al año, tiene una de las mayores granjas de Segovia
La ganadería de David Palomo en Cantimpalos. ©Gonzalo Pérez Mata La Razón
"Como miembro de la junta directiva de Asoprovac y Provacuno, esperaría algo más por parte del ministro de Consumo. O que se retractara de las declaraciones, o que pidiera disculpas o que hubiera algún tipo de responsabilidad . No es de recibo que un ministro, ocupando el puesto que ocupa y sabiendo la repercusión que tienen sus palabras pueda hacer este tipo de declaraciones sin más. De un ministro no se puede permitir", exige David Palomo.
Sin embargo, pese al rechazo del Gobierno, de la oposición y de las asociaciones del sector a esta campaña, Garzón reafirmó su postura en una entrevista a TVE. «Me parece legítimo que haya grandes empresas preocupadas por sus beneficios económicos, pero mi responsabilidad es proteger la salud de las personas y el planeta que vamos a dejar a nuestras hijas», publicaba junto a un vídeo de la entrevista en su Instagram. Sus declaraciones señalan directamente a grandes empresas, una afirmación que no se ajusta a la realidad de la mayoría de los ganaderos españoles, los cuales apenas tienen a unos pocos trabajadores contratados y cuyos negocios les permiten cubrir gastos, obtener un pequeño beneficio y seguir colocando a España en el mapa como uno de los mejores productores de carne de toda Europa.
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