A mediados del 2023 Fulgencio Torres (1962, Gualchos, Granada) asumió la presidencia de Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía, cargo que ostentará hasta el 2027. Este horticultor de profesión que ya presidía la cooperativa El Grupo, de Castell de Ferro (Granada) llegó al carg en uno de los momentos más complicados de la historia reciente del campo andaluz, duramente afectado por la sequía y los constantes incrementos en los costes de producción y con el complejo reto de logar el relevo generacional. ¿Cómo valora sus primeros meses como presidente de Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía? Es un cometido bastante ilusionante para mí, tengo el honor de presidir a una Federación que es la más grande del país, con 641 cooperativas, 10.400 millones de euros de facturación y 300.000 familias detrás. Eso es una verdadera ilusión y da mucho ánimo para trabajar y para abordar los problemas. Somos una organización muy activa, cuando hay que reivindicar reivindicamos, cuando hay que protestar se protesta y cuando hay que exigir a las administraciones pues estamos ahí. El sector agroalimentario andaluz es muy competitivo y creemos que como modelo cooperativo estamos a la vanguardia en España. ¿Hasta cuándo puede aguantar el campo andaluz esta tormenta perfecta de sequía e incremento de costes? Pues la verdad es que la situación es muy complicada, hay algunas producciones como el olivar de secano que realmente ya no dan para más. Tenemos agricultores que llevan dos años sin cosecha, que no han ganado ni para cubrir los gastos. El problema es que para este año tampoco hay buenas previsiones y la planta está muy resentida. Los subtropicales, concentrados en la Costra Tropical, también se están viendo muy afectados por la sequía y la falta de agua. En general, todos los cultivos se están resintiendo por la ausencia de lluvias. A esto se suma la ganadería tanto intensiva como extensiva, ambas están viviendo una situación complicada. La Administración debería sacar algunas líneas de ayuda para los que los agricultores que no hayan tenido ingresos, o éstos hayan sido muy bajos, puedan sobrevivir. ¿Puede esta situación dar la puntilla al problema del relevo generacional, disuadiendo a los jóvenes de seguir en el campo? La verdad es que la situación actual no crea expectativas. El relevo generacional pasa por que haya una rentabilidad. No olvidemos que para que un joven quiera sumarse al sector agrícola o ganadero, estos seden ser rentables. En el campo no se trabajan 40 horas semanales como en la mayoría de los sectores, aquí hay veces que se trabajan 12 y 14 horas, los siete días de la semana, hay pocos días libres. Hay que tratar de buscar medidas y ayudas que permitan iniciarse en la agricultura y la ganadería. Hay que hacer atractivos estos sectores con una rentabilidad diga. Tal y como está el campo ahora mismo la gente joven no se incorpora y necesitamos ese relevo generacional porque tenemos que mantener las explotaciones con gente con ganas y formada en I+D y para eso hacen falta bonificaciones y ayudas. Los agricultores no pueden más ¿Cree que las administraciones están respondiendo a la situación con la intensidad que requiere esta sequía? ¿Parchean o se está mirando a largo plazo? Pues lo cierto es que necesitamos rapidez y más celeridad por parte de las administraciones. Por parte de la Administración Central vemos que no nos están ayudando mucho, sacaron una línea de ayudas pero finalizaron el año pasado, no vemos que pongan en marcha medidas económicas para paliar la sequía. Por otro lado, nos hace falta que nos ayuden con las infraestructuras, llevamos años reivindicando proyectos muy necesarios como el Túnel de San Silvestre, la presa de Alcolea, San Calisto entre Córdoba y Sevilla La Cerrada entre Jaén y Granada o desaladoras en la Axarquía malagueña y Almería. En la situación climatológica no podemos incidir pero si podemos trabajar para optimizar el agua que tenemos y la situación sería de otra manera. No se está trabajando con la celeridad necesaria. No podemos esperar a que llueva y ya está, necesitamos ayudas directas, las familias agricultoras ya no pueden aguantar más. Después harán falta sistemas de riego más modernos, pero ahora necesitamos agua. Según datos de la CHG queda un 20% del regadío andaluz por modernizar. ¿Han hecho los productores sus deberes en cuanto a inversión en este campo? Es verdad que un 80% de nuestro riego está modernizado y el 20% aún queda pendiente. Tenemos que seguir apostando por la última tecnología en el riego como sensores de humedad para reducir el riego y los abonos. Desde Cooperativas Agroalimentarias de Andalucía estamos participando en un proyecto innovador en Doñana capaz de reducir en un 13% el consumo de agua en el cultivo de fresas. La tecnología está avanzando y debemos apostar por ella. ¿Se está demonizando a agricultores por los regadíos de berries en el entorno de Doñana? Los berries suponen el 95% de la producción de Huelva, la provincia genera el 30% de lo que se consume en Europa. Este año se han plantado unas 12.000 hectáreas y el 30% de ellas están certificadas con la mayor eficiencia que existe en el continente europeo. Menos de 1% es lo que afecta a Doñana, alrededor de unas 800 hectáreas. La provincia es una de las más eficientes y sostenibles en el tema hídrico, en Doñana no se desperdicia el agua, se aprovecha al máximo. Hay que seguir manteniendo las hectáreas de cultivo que tenemos, no podemos perder la riqueza del sector de la fresa, un producto que se exporta y que por lo tanto ayuda al PIB de Andalucía. Habría que buscar alguna alternativa que también sea rentable y se pueda producir en Huelva, pero mientras tanto hay que avanzar en la digitalización para ahorrar agua. Tenemos que entender que allí el agua no se extravía ni se está despilfarrando, se está utilizando para producir fresas y frutos rojos, cultivos que generan mucha riqueza en el entorno. Riqueza en los territorios Dos tercios de la producción agraria andaluza son cooperativos. ¿Cree que el consumidor valora el origen de los productos y lo que una cooperativa aporta al territorio? Esa es una asignatura que tenemos pendiente. En los últimos años hemos llevado a cabo muchas campañas para concienciar al agricultor para que a la hora de hacer la compra se fije en su procedencia y no compare los precios con los que vienen de tercero países y se producen en peores condiciones técnicas y humanas. Aún nos queda mucho por hacer, pero nosotros seguimos apostando por la calidad y la seguridad alimentaria, los consumidores europeos así nos lo demandan. En un producto cooperativo la riqueza se reparte entre todos los socios, en una empresa privada no y si el producto viene de otros países la riqueza puede acabar incluso en fondos de inversiones que nada tienen que ver con los agricultores. Las cooperativas ayudamos al desarrollo de los pueblos andaluces y fijamos la población al territorio. Andalucía cuenta con más de 300 municipios cuya economía depende en buena medida del aceite. ¿Cree que se cumplirá el aforo con los datos de producción y rendimiento que manejan ya en la recta final de la campaña? Los agricultores somos los primeros que no nos sentimos cómodos con los precios del aceite. Hay muchos olivos que se van a secar. España tenía un volumen para este año de 755.000 toneladas y el aforo por parte del Ministerio se basaba en unas 265.000, lo que supone un 40% más que el año pasado. En los meses que llevamos de campaña el rendimiento graso de la aceituna ha sido notablemente inferior al del año pasado, lo que hace que baje un 18%. Si esto sigue así la producción va a ser muy baja y los precios seguirán subiendo, nosotros no queremos que esto sea así, queremos que el consumidor pueda tener aceite y que el agricultor obtenga un mínimo de rentabilidad. ¿Es justa la imagen de que el agrario es un sector inmovilista, poco innovador? Para nada, el sector agrícola andaluz está a la vanguardia no solo de España sino a nivel mundial en investigación de nuevas variedades adaptadas a nuestras condiciones y en aplicación de nuevas tecnologías a cultivos y a procesos productivos. Aquí tenemos empresas líderes en I+D+i, nuestras cooperativas de segundo grado están trabajando en un parque tecnológico donde queremos hacer un campo de innovación de unas seis hectáreas que será un trampolín para el campo en cuanto a genética, desarrollo de nuevas tecnologías o el uso de inteligencia artificial. Se está trabajando mucho y bien en cuanto a innovación y nuevas tecnologías. El sector está muy fuerte avanzando, innovando y con ganas de seguir haciendo cosas y estar a la vanguardia no solo de España y de Europa, sino a nivel mundial. ¿Hay empresas en Europa con el nivel de innovación que pueden tener cooperativas andaluzas en frutales, frutas y hortalizas de invernadero, berries ...? Bueno puede haber alguna que esté al mismo nivel, pero no por encima. Hemos visto algunas en Holanda, Alemania el norte de Italia o Bélgica, pero todas están en la misma línea, ninguna nos supera. ¿Es la digitalización de las explotaciones la asignatura pendiente del sector? No es que sea la asignatura pendiente, entendemos que la digitalización es ya una realidad y tenemos que ir adaptándola a nuestras explotaciones. Aún queda mucho camino por recorrer, pero se están dando grandes pasos, los invernaderos andaluces son un ejemplo de internacionalización y el uso del agua. La ganadería, quizá es menos visible, pero también se está trabajando, hay muchas explotaciones de caprino de leche digitalizada y con maquinaria muy puntera. Cada día se va innovando, estamos en la senda y no nos estamos quedando atrás.