Blanco con el que se pretende expresar la autenticidad desnuda de Rueda a través de antiguos clones de verdeja seleccionados de olvidados majuelos. La actual añada es elegante, sutil, pura, mineral, salina y emotiva Una misión es la facultad que se da a alguien de ir a desempeñar algún cometido. También hay quien entiende el concepto de misión como la facultad o el?poder que se le es dado a una o varias personas para realizar cierto deber o encargo. Otras veces es definido como la razón de ser de algo o alguien. Y precisamente la recuperación de la verdeja (que es como los ancianos del lugar se refieren a los clones antiguos de la variedad verdejo de Rueda) es la misión que se propuso el entusiasta e inquieto vitivinicultor castellano Richard Sanz de Bodegas Menade de Rueda (Valladolid). Y como dijo Ryszard Kapuscinski, la suya no es una vocación, es una misión. La recuperación vino de la mano de yemas de verdeja seleccionadas de olvidados majuelos e injertadas en sus verdejo con púas (un pequeño trozo de tallo con varias yemas). El trabajo de recuperación de estas uvas ancestrales se ha concretado en un gran vino, La Misión, que inicialmente se llamó V3 (del 2004 de su primera añada a la del 2013). Inicialmente se comercializó amparado por la DO Rueda, hasta 2013. Pero desde 2014, cuando se convirtió en La Misión y estrenó nueva imagen, pasó a comercializarse como Vino de la Tierra de Castilla y León. Richard Sanz, la sexta generación de una familia dedicada a la vitivinicultura, lo considera "una vuelta al origen más terrenal". Y a él mismo se define como "un defensor de los vinos honestos en esta zona". Busca vinos que transmitan "electricidad y tensión". Anhela expresar "la Rueda auténtica, en pelotas". La Misión procede de cepas centenarias plantadas a 850 metros de altitud en fincas con suelos principalmente arenosos en las capas inferiores y pedregosos en superficie, que impidieron la acción de la devastadora plaga de la filoxera. La verdeja procede de sus viñedos más antiguos, que fueron plantados en 1890. La verdeja presenta unos rasgos morfológicos distintivos: las uvas son más pequeñas, los racimos más ovalados y es más resistente a enfermedades fúngicas como la botrytis, por presentar una piel gruesa. Richard Sanz asegura que sus aromas "son la expresión de la auténtica verdeja: mayor rusticidad, pero también mayor autenticidad". Los parámetros analíticos revelan acideces más elevadas y uvas más concentradas. Con esta variedad persigue expresar "mineralidad, salinidad y complejidad". Hoy huye de vinos más grasientos. Considera que "el trabajo de lías globaliza el gusto". Es fruto de la agricultura ecológica certificada. La vendimia se hace manualmente y el prensado con racimos enteros. Tras iniciar la fermentación con levaduras salvajes en depósitos de acero inoxidable; el vino se cría, parte en barricas de roble francés de 500 litros, parte en tinas o pipas de 5.000 y 10.0000 litros y parte en tinajas cerámicas de distintas capacidades elaboradas con un porcentaje de la arcilla procedente de las propias fincas de Menade. Minimizan la utilización de sulfuroso. Tras una crianza de alrededor de un año, La Misión se embotella y afina durante un tiempo en la bodega histórica.?De la añada del 2022 se elaboraron unas 10.000 botellas de 75 cl., y 250 magnum. La del 2022 fue una añada especialmente seca y exigente. De una vendimia a otra solo se registraron unos 200 litros de agua de lluvia. La brotación se retrasó debido a las bajas temperaturas del comienzo de la primavera. Pero el verano fue abrasador y seco. Tanto es así que las plantas pararon su desarrollo vegetativo. Las temperaturas no bajaban lo suficiente por las noches. Parecía que la cosecha iba a ser mucho menor que en otros años, pero, finalmente, no fue así. La maduración no fue nada homogénea, lo que obligó a escoger el momento óptimo para vendimiar cada parcela y cada área. La Misión 2022 es de color amarillo limón pálido, nítido y brillante. Muestra notas que recuerdan a la fruta blanca (manzana) y a flores blancas (azahar e hinojo) en un fondo mineral (tiza). En fase olfativa es elegante, contenido y sutil. La madera no distorsiona, solo supone un delicado toque. En fase gustativa recuperamos la fruta blanca con un toque varietal de almendra cruda ligeramente amarga. Destaca muy especialmente por su vibrante acidez y por su alma mineral. En boca la madera también está muy bien integrada, y se funde con una sensación táctil glicérica. Es sápido (salinidad) y afilado. Largo, con tensión y con 13º de alcohol. De extraordinaria pureza, y también emotivo. Es un buen aliado para platos como el risotto, los quesos fuertes, la cocina asiática, los pescados y mariscos, pero también con platos grasos de cuchareo. A Richard Sanz le gusta armonizarlo especialmente con un pescado de roca a la brasa, como un cabracho o virrey. La elaboración de los vinos se realizaba inicialmente en lo que se ha bautizado como 'Secala-Menade 1820', una bodega subterránea excavada en la roca a principios del siglo XIX. Está ubicada en el centro histórico del pueblo de La Seca, de donde son oriundos los Sanz. Por aquel entonces, La Seca contaba en su núcleo urbano con numerosas bodegas bajo el subsuelo, ahora derrumbadas la mayoría por el paso del tiempo y la imposibilidad de mantenerlas. 'Secala-Menade 1820' conserva la arquitectura propia de sus inicios, aunque con mejoras posteriores. Dicen que "es un lugar perfecto para que las barricas, tinas y las botellas históricas reposen en paz debido a las condiciones de temperatura y humedad homogéneas durante todo el año". Bodegas Menade es un proyecto familiar nacido en 2003 que impulsó Richard con sus hermanos Marco y Alejandra. Los tres hermanos trabajaron primero con su padre y abuelo paterno, en el viñedo y la bodega, sin vacaciones. Su padre Antonio fue el enólogo creador de Palacio de Bornos y uno de los precursores de la DO Rueda. Pero desde el año pasado que Richard sigue solo con esta aventura. Dice que el camino "no ha sido fácil". Las primeras añadas de los vinos de Menade (V3 y Menade Verdejo) se hicieron en la bodega histórica familiar, hasta que en 2005 se inauguró la bodega de elaboración en Rueda, concretamente en la Finca Menade, en el medio del viñedo. La historia de la familia comenzó en 1820, cuando los antepasados de los hermanos Sanz cultivaban la viña en la zona. Pero no solo trabajaban la viña, sino que entre los miembros de la familia también había boteros y comerciantes, entre otros oficios relacionados con el sector del vino. El diseño de la bodega está pensado para reducir el impacto medioambiental. El tejado de la nave cuenta con una instalación de placas solares fotovoltaicas que permiten que la mayor parte de la energía empleada sea autogenerada. A Richard Sanz le preocupan los efectos de la emergencia climática y la protección del medio ambiente. Por ello, en todo proceso productivo, por ejemplo, se emplean las botellas más finas del mercado para reducir la huella de carbono. El objetivo de Menade es la generación de cero residuos. Por ello el aprovechamiento del agua en las instalaciones es máximo. También realizan acciones encaminadas a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. La última actuación es el cálculo de la huella de carbono. ?Participan en el Registro de Huella de Carbono, Compensación y Proyectos de Absorción del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, que recoge los esfuerzos de las organizaciones españolas en el cálculo y reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero que genera su actividad. Bodegas Menade, que también se ha abierto al enoturismo y cuenta con un club, elabora anualmente 1.250.000 botellas, de las cuales exporta el 15%. Sus tres principales mercados internacionales son, por este orden, los Países Bajos, Dinamarca y Estados Unidos. Y cuenta con 189 hectáreas de viñedos propios, donde apuestan por plantar variedades resistentes a la sequía. Injertan yemas originarias de plantas prefiloxéricas de la Terra Alta, Rías Baixas, Condrieu, Ribeiro y Valdeorras. Y disponen de jardines de polinización en distintas ubicaciones dentro del viñedo, con el objetivo de que crear reservorios de fauna útil.