Este fin de semana se han cumplido dos años desde el comienzo de la invasión rusa de Ucrania. El 24 de febrero de 2022 supuso el inicio de la guerra que todavía sacude al país que sirve de frontera entre Rusia y Europa. El número de civiles fallecidos se eleva a 10.300 personas a las que hay que sumar los 31.000 soldados ucranianos muertos en combate, según la primera cifra oficial que ha dado el presidente Volodimir Zelenski coincidiendo con el aniversario, aunque otras fuentes la multiplican por cinco. Más de 6,5 millones de personas han tenido que huir de sus casas.
Junto al impacto en las vidas de todo un país se produjo el económico en el resto de países del entorno. La guerra supuso un terremoto en la economía europea ya que Rusia era hasta entonces el principal suministrador de gas natural . El temor al desabastecimiento durante los dos primeros inviernos, la subida de la inflación impulsada por los precios de la energía y la necesidad de reajustar la economía desestabilizó los mercados. Todavía han quedado huellas en el crecimiento económico como la reducción de la producción industrial en el conjunto de Europa, para recortar costes energéticos en las empresas y ganar competitividad. La Unión Europea (UE) sigue luchando contra la inflación, ahora más controlada, con subidas de tipos de interés que han reducido los presupuestos familiares atados a hipotecas variables referenciadas al euríbor .
Dos años después de la guerra, dos analistas relatan cómo se ha ido "descontando" el efecto Ucrania y las perspectivas de las bolsas este año.
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'El mercado se acostumbra pronto a la guerra' (Óscar del Diego, director Técnico y de Análisis de Ibercaja Gestión)
Lamentablemente (o afortunadamente, según se mire) el mercado se acostumbra demasiado rápido a los conflictos bélicos. El precio del crudo se disparó hasta 126 dólares/barril , pero ha vuelto al rango de 70-90 dólares y no ha caído más gracias a los recortes de producción de la OPEP+ (también en su día EE. UU. redujo sus reservas estratégicas para limitar el ascenso del precio). El petróleo ruso, que acababa en Europa en su mayoría, ha seguido fluyendo en buena parte hacia China e India; y muchas veces lo hemos acabado comprando refinado. En otros mercados que duplicaron su precio en la primavera del 2021 como el trigo, el precio ha vuelto a niveles de 2020 ; es decir, como si nada hubiese pasado.
Lo que sí que se nota, sobre todo en Centroeuropa, es la falta del gas ruso , que llegaba por gaseoducto a precios muy interesantes. No hay problemas de abastecimiento, pero a los precios internacionales mucha industria de la zona no es rentable y el consumo industrial de Alemania, por ejemplo, seguía hasta hace poco en niveles de -20% con respecto al consumo pre-guerra. La economía europea en su conjunto ha tenido peores datos de crecimiento que otras zonas geográficas, y Alemania destaca por su mal comportamiento, pero es difícil de separar el efecto de la guerra del resto de cosas que han sucedido (tipos, China, Oriente Medio, etc.).
La alta valoración y las exigentes previsiones de beneficios para este 2024 nos hacen ver poca recorrido al alza en los próximos meses.
En cuanto a las previsiones de los mercados para 2024 debería ser un buen año para la renta fija y un año de transición para la renta variable . En el primer caso, el exigente punto de partida tras el 'rally' desde octubre se ha corregido en buena parte en estos dos primeros meses del año y desde aquí, aprovecharíamos para alargar duraciones y diversificar las cartera hacia renta fija privada de alta calidad crediticia. Los momentos de corrección los vemos como oportunidad de compra. En renta variable, el mercado ha seguido subiendo en este inicio de año y los indicadores técnicos y de posicionamiento están en niveles todavía más elevados de los que presentaban en diciembre. La alta valoración y las exigentes previsiones de beneficios para este 2024 nos hacen ver poca recorrido al alza en los próximos meses. Tampoco vemos bajadas muy importantes, pero siempre existe el riesgo de una recesión. En conjunto, vemos mejor binomio rentabilidad-riesgo para la renta fija.