ANDALUCÍA
El campo andaluz pelea para no perder la cosecha de ayudas europeas
JORGE MOLINA
Andalucía, la comunidad que más dinero recibe de la PAC, es para no pocos el 'enemigo' si quieren conseguir más presupuesto
El ministro Luis Planas y la consejera Carmen Crespo. J. A.
Estadística. Los datos oficiales de grandes perceptores de la PAC
La Política Agraria Comunitaria ( PAC ) siembra el campo andaluz con unos 1.300 millones de euros anuales en ayudas directas. Una lluvia de dinero sin el cual prácticamente no habría sector agrario -agrícola y ganadero- camino de la quiebra. La nueva reforma vuelve a ser un sudoku a encajar por el Ministerio y las regiones. Una faena en la que nadie entiende más allá de lo suyo. La unidad que muestran Asaja, UPA y COAG en Andalucía contra las intenciones del ministro Luis Planas , se basa en posiciones que esas mismas organizaciones rechazan en, por ejemplo, Castilla la Mancha. Se trata de un movimiento en el que Andalucía, la que más dinero recibe, es para no pocos el 'enemigo' si quieren conseguir más presupuesto.
España es una anomalía agraria en Europa. Está dividida en 50 regiones (ámbitos de similares características agronómicas), cuando Alemania tiene 1, y Francia 2. Sólo la provincia de Sevilla cuenta con 12 regiones y, Andalucía, 48. Cada una tiene sus propias especificaciones a la hora de recibir ayudas comunitarias. Esto se origina en la potencia del sector en la Comunidad, a su diversidad, a inversiones modernizadoras, y a los polémicos derechos históricos.
Las propuestas que, con aliento de la UE , y/o con empuje del Ministerio, van a cambiar el panorama de las subvenciones 2023-27 han enardecido como nunca al sector, que prepara tractoradas en cuanto el Covid lo permita. El mensaje del ministro Luis Planas -quien ha sido agricultor en su provincia, Córdoba - se centra en que reciban las mismas ayudas los productores que hacen lo mismo. Algo tan simple no ocurre por los derechos históricos de cobro. Un campesino que cultivó algodón hace 20 años, y ahora se dedica a algo menos exigente, cobra aún las lucrativas ayudas del algodón. Es más, puede que no lo cultivara nunca, sino que compró los derechos. Mientras, su vecino compite en los mismos mercados pero recibe menos dinero si no gozó de ese pasado.
Ninguna asociación agraria comparte la bondad de esta idea igualitaria. Creen minoritarias esas situaciones, y evitables, y rechazan cambios que creen atacan al sector en todos sus flancos: desde la explotación familiar a la gran finca muy rentable.
Los derechos históricos defendidos en Andalucía son el objetivo a batir en Castilla la Mancha , como ha dicho su consejero de Agricultura: "Por fin ha llegado el momento de igualar los pagos a los agricultores y ganaderos de nuestro país". Y reducir las 50 regiones a unas pocas, un anatema para Asaja Andalucía, es el objetivo de Asaja Castilla la Mancha: "menos regiones productivas evitaría en Castilla-La Mancha las tradicionales discriminaciones ocasionadas por los derechos históricos". Pero es algo generalizado.
Pugna de intereses
El secretario general de UPA Andalucía, Miguel Cobos , admite que su sindicato cambia según la región, y sitúa también en Aragón y Castilla León los lugares proclives a otra forma de reparto. "Se han lanzado mensajes", dice en alusión al Ministerio, "que han abierto expectativas en otras comunidades; cortarlas será doloroso y complicado". El Ministerio recibe presiones fuertes de otras regiones para cambiar un sistema que Andalucía, la gran potencia agraria con el 34% de los perceptores de ayudas españoles, defiende a capa y espada.
Si se acaban los derechos históricos, afirma Félix García , de Asaja Andalucía, entrarán en el reparto 10 millones de hectáreas agrarias ahora fuera por baldías, o nunca cultivadas o pastadas. En España existen 20 millones, y ese 50% más reduciría el reparto por hectárea. "Esto no es repartir solidaridad", añade Miguel López , de COAG, "sino dar dinero a tierras no productivas", y por tanto abonar a fondos inversores que, como en el caso actual de los parques solares fotovoltaicos , lleguen al calor de una burbuja de beneficios.
Otro concepto caliente en la negociación -que en mayo tendrá ya la propuesta del Ministerio tras oír a todas las regiones- es el de agricultor genuino. Hasta ahora se llamaba así quien recibía al menos un 20% de sus ingresos agrarios de la propia actividad, no de subvenciones. Ahora será el que reciba ese 20% pero de sus ingresos totales. Esto influirá en el pequeño propietario que cuenta con unas hectáreas, por ejemplo olivar familiar , que le sirven de renta extra a su otro oficio. Con menos o ninguna ayuda dejará el cultivo y, coinciden las organizaciones agrarias, quizás su propia localidad.
La fijación de población rural que logra la agricultura en Andalucía resulta notable. El sistema de agrociudades de la región lo prueba. Existen 150.000 agricultores andaluces con otra actividad, de los 230.000 totales. Sin ser 'agricultor genuino' no puedes optar a ciertas ayudas.
El frente ecológico
Otro de los frentes es el ecológico. Los presidentes europeos fijaron en un 40% el gasto PAC vinculado a este aspecto, y se han creado los ecoesquemas , que Asaja considera un aumento de los eco requisitos ya existentes. Sin ecoesquemas no se cobrará un 20% de las ayudas, haciendo peligrar la rentabilidad económica; algo que el Ministerio ve al revés: sin sostenibilidad ambiental se cierran mercados.
Agricultura también propone dar menos ayudas a explotaciones muy beneficiadas para que dispongan más dinero los más modestos. En concreto, aplicaría a partir de 60.000 euros criterios de regresividad, pues "las explotaciones más grandes, por economía de escala, son las que menos ayudas necesitan para ser competitivas".
Las organizaciones agrarias no ven un sólo aspecto clave de la propuesta ministerial que sea beneficioso para Andalucía, algo que comparte la Consejería. El colmo lo sitúan en que para el periodo transitorio 2021-22 el Gobierno plantee, dentro de cada una de las 50 regiones españolas, una convergencia que iguale ayudas para los agricultores y ganaderos del mismo ámbito.
Luis Planas defiende que en este bienio Andalucía no perderá "ni un euro ; es más, el 52% de los beneficiarios actuales percibirá algo más, el 46 un poquito menos, y un 1,8%, que es este ruido que la derecha andaluza ha provocado, recibirá un 20% menos".
"Alguno dice que más de la mitad se quedará sin cobrar la PAC, algo rigurosamente falso", lamentó el ministro en 7TV. En los comunicados conjuntos de Asaja, UPA, COAG y Cooperativas Agro Alimentarias los datos son otros: se perderá "un 50% de los 1.300 millones de euros que reciben los más de 232.000 perceptores andaluces, y quedarán fuera de este sistema de ayudas entre 54.000 y 120.000 productores andaluces". En resumen, "más desempleo y más pobreza" o, según el Gobierno, "igualdad para competir sin privilegios ".
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