Las inversiones en las almazaras y el auge del olivar de regadío aparecen mientras los oleicultores critican los bajos precios Extremadura, la tercera productora de España, se lanza a por la producción de un aceite de oliva de mayor calidad. Es la fórmula elegida para ganar posición en un mercado con muchos competidores. En la cooperativa agrícola más antigua de la provincia de Badajoz, La Unidad, de Monterrubio de la Serena, lo saben bien. Este pueblo del sureste regional da nombre a una de las dos denominaciones de origen de aceite extremeña. La otra es la de Gata-Hurdes, en el norte de la comunidad autónoma.
España producirá el 50% del aceite de oliva del mundo esta campaña
Con sus más de 1.000 socios, entre ellos agricultores cordobeses, La Unidad de Monterrubio, con 72 años de existencia a sus espaldas, es uno de los referentes oleícolas de Extremadura y su crecimiento y modernización en los últimos años verifican esa realidad. Esa mejora se cuantifica en una inversión de 10 millones de euros para modernizar las instalaciones en la última década.
Otro ejemplo es el grupo Viñaoliva, con sede en Almendralejo, con veinte años de vida. Fue la sociedad cooperativa extremeña que más facturó en 2017 (92,2 millones de euros), y en el que están veintiséis cooperativas, de las que diez hacen aceite.
«Antes les vendíamos el aceite a los italianos sin más. Ahora lo comercializan con nosotros»
Viñaoliva ha firmado este año una alianza comercial con la multinacional Deoleo, líder mundial en la comercialización de aceite, para vender óleos de gran calidad producidos de forma sostenible. En cinco años el 80% del aceite de oliva virgen extra envasado por Deoleo será producido de forma sostenible.
Menos de 70.000 toneladas «Extremadura se está moviendo cada vez más priorizando la calidad, sin perder de vista la cantidad, porque ambos conceptos pueden ir perfectamente de la mano. Antes se vendían nuestros aceites a los italianos y punto. Ahora los italianos nos llaman a nosotros y establecemos acuerdos para venderlos juntos. Somos capaces de distribuirlo y, además, poco a poco se va a envasando más», resume José Pino, director técnico de La Unidad.
«La diferenciación del producto es la clave. Y eso llega ineludiblemente por la calidad a través de la trazabilidad y el desarrollo sostenido para hacer ese producto diferenciado», reflexiona Alberto Carrillo, gerente de Viñaoliva.
Primer aceite de oliva virgen extra en la campaña:. BRÍGIDO «Ha habido un cambio de mentalidad muy importante. Un cambio de chip. Entre los oleicultores y las cooperativas. Antes se recogía la aceituna cuando estaba muy madura, para enero o febrero. Ahora, como la calidad la marca el virgen extra y sale de la primera aceituna, se coge antes. Todo responde a una demanda de calidad y trazabilidad del mercado. Y en eso en Extremadura nos hemos puesto mano a la obra», coincide Antonio Prieto, responsable del sector del olivar de la organización agraria UPA-UCE.
La Encuesta de Superficies Agrarias del Ministerio de Agricultura determina que Extremadura cuenta con 278.081 hectáreas de olivar. De ellas, 257.430 hectáreas son para almazara. 51.648 hectáreas son hectáreas de regadío, gran parte de olivar intensivo y superintensivo, una de las realidades más palpables del campo extremeño en los últimos tiempos.
El número de almazaras sigue creciendo año a año en la región hasta situarse en la última campaña en las 132, de ellas 82 en la provincia de Badajoz y 50 en la de Cáceres.
En la última campaña, la producción llegó a las 73.078 toneladas (este año es posible que no se llegue a las 68.000), de las que 60.487 toneladas en la de Badajoz. La provincia pacense fue la primera no andaluza en producción de aceite de oliva el pasado año.
Extremadura es la región donde más han crecido las nuevas hectáreas de olivar entre 2009 y 2015
Estas cifras apuntalan una realidad estadística confirmada por el Ministerio de Agricultura. La comunidad autónoma ha sido la región donde más ha crecido el número de nuevas hectáreas de olivar en España en el periodo 2009-2015, según datos oficiales del Gobierno.
En Monterrubio (2.400 vecinos), una de las grandes zonas productoras de aceite de oliva del país, recuerdan que en siglo III antes de Cristo ya estaban datadas históricamente 18 almazaras en su comarca de La Serena. «Monterrubio no se puede entender sin el olivar», indica Pino.
De hecho, en el municipio conviven dos cooperativas de aceite de oliva, La Unidad y La Milagrosa, a pesar de ser una localidad con apenas 2.400 habitantes. No ha habido integración entre las dos sociedades, pero las dos se han puesto de acuerdo para un asunto importante: que se comercialice su aceite de forma conjunta a través de una nueva marca. De esta forma, se alcanzarán los siete millones de kilos anuales de aceituna.
Los remolques descargarn a diario a Monterrubio de la Serena:: BRÍGIDO
«Es una medida de sentido común cuando estás compitiendo en un mercado muy complicado y que cada día está más duro», reseña Pino.
Con la campaña recién comenzada porque se ha retrasado aproximadamente un mes por las condiciones climatológicas, La Unidad ha empezado a notar el trasiego de decenas de remolques diarios que dejan la aceituna negra en las tolvas. Sus socios cuentan con unas 10.000 hectáreas de olivar.
Sostenible Cada día, la cooperativa de Monterrubio puede molturar 1,2 millones de kilos de olivas procedentes de tres comarcas extremeñas (La Serena, La Siberia y Campiña Sur) y dos andaluzas (las cordobesas de Alto Guadiato y Los Pedroches). Un segundo dato destacado es que La Unidad envasa cada año 400.000 litros de aceite virgen extra.
«Tenemos un consumidor que reclama ese producto. No solo eso. También hay mucha demanda por el aceite ecológico. Y aquí el aceite extremeño tiene mucho protagonismo», especifica Pina.
En Viñaoliva, los grandes números pasan porque sus cooperativas aportan 23.000 hectáreas de olivar y porque el grupo cooperativo es el mayor productor de aceite de oliva de Extremadura, con un volumen medio anual de 10 millones de kilos entre sus cooperativas asociadas.
Su acuerdo con Deoleo hará que el producto llegue a más de cien países gracias a la vasta red de distribución de la multinacional. La alianza comercial pondrá singularmente en valor las variedades autóctonas de aceituna. Deoleo es líder del sector aceitero y el fabricante de las marcas Carbonell, Hojiblanca o Koipe.
«Los primeros aceites sostenibles de este proyecto ya se están produciendo y se empezarán a comercializar en la campaña 2018/19. El objetivo es que, en cinco años, el 80% de los aceites virgen extra envasados por Deoleo sean producidos de forma sostenible», explica Carrillo.
Un técnico de La Unidad verifica el prensado del aceite:: BRÍGIDO
El acuerdo llega dentro de un contexto de bajo precios para el agricultura «que en esta campaña es especialmente inexplicable debido a que hay una caída en la producción mundial de aceite y tampoco hay reservas de otras campañas. Volvemos a pensar que hay elementos en este mercado, los grandes comercializadores, que especulan con el precio», remata Prieto, de UPA-UCE.
El dirigente agrario coincide en que «el gran esfuerzo que está haciendo el sector en Extremadura, con inversiones muy importante no solo en las grandes cooperativas sino también en las medianas», permite asumir mejor esa situación. «Tenemos mucho margen para poder desarrollar todo nuestro potencial, tanto económico, como social y medioambiental. Para eso tenemos que seguir la apuesta que hemos empezado», finaliza Alberto Carrillo, responsable de Viñaoliva.
El peso creciente del olivar superintensivo de regadío es otra de las características del sector oleícola extremeño. Genera unos 20.000 kilos por hectárea frente a los 1.500 kilos por hectárea del olivar tradicional.
«No todos pueden poner superintensivo o intensivo aunque quieran. Por las condiciones del suelo, por la falta de agua o por el coste económico...», concreta Antonio Prieto. «En todo caso hay huecos de mercado para todos los aceites de calidad que se produzcan, independientemente de si es de olivar de secano o regadío», expresa.
El director técnico de La Unidad apunta que conseguir más cantidad de aceite sin perder la calidad es compatible. «Simplemente hay que seleccionar bien y buscar el mercado, el consumidor», define el director técnico de La Unidad.
En Monterrubio, el olivo de secano (a expensas de que se ponga en marcha el regadío anunciado desde hace décadas) se alimenta no solo del agua del cielo sino tiene el apoyo de los pozos de sondeo. Es fundamental para asegurar producciones. «Lo realmente importante es que consigamos elaborar aceites diferenciadores y eso es posible tanto por nuestra materia prima como por la mentalidad de los productores y por las inversiones realizadas en las cooperativas», finaliza Pino.