Las reacciones en nuestro país a la imposición de aranceles a algunos alimentos y bebidas españoles con la que Estados Unidos ha amenazado a Europa, con la bendición de la Organización Mundial del Comercio, no se han hecho esperar.
Así, la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB ) ha solicitado al Gobierno de España y a las autoridades de la Unión Europea la máxima colaboración para evitar la imposición de estos aranceles y advierte del efecto negativo que conllevaría este escenario para las exportaciones de alimentos y bebidas españoles.
"Esta política arancelaria, cuyo único objetivo es causar el mayor daño económico y político posible a Europa, encierra a la industria de alimentación y bebidas dentro de esta guerra comercial con la consecuente pérdida de competitividad para las empresas españolas frente a otros operadores internacionales y la repercusión negativa en el empleo nacional ", señala Mauricio García de Quevedo, director general de FIAB.
La Federación también advierte de las secuelas que la imposición de estos aranceles tendría no sólo sobre los sectores directamente afectados, sino también en un número importante de sectores relacionados como son el sector primario, la distribución, o el transporte y que, de forma conjunta y con la industria de alimentación y bebidas, representan una parte fundamental de la economía española.
Con 1.728 millones de euros exportados en 2018, actualmente Estados Unidos es el primer mercado de destino de las exportaciones de alimentos y bebidas después de la Unión Europea , un mercado estratégico para la industria de alimentación y bebidas en su conjunto.
Por su parte, el director general de la Federación Española del Vino, José Luis Benítez , lamentó que de nuevo el vino español sea objeto de represalias en un conflicto comercial internacional en el que no tiene nada que ver.
Para el director de la FEV, se trata de una decisión «arbitraria e injusta» que no solo afecta a las bodegas españolas y europeas sino también a importadores y consumidores estadounidenses que se verán afectados por los nuevos aranceles.
La FEV pide al Gobierno que, mientras se resuelve la situación, estudie posibles medidas para apoyar a los sectores afectados y compensar los efectos negativos que van a generar los aranceles adicionales.
Desde esta Federación se está trabajando también de manera coordinada con el Comité Europeo de Empresas del Vino (CEEV) junto al resto de países afectados para trasladar estos mismos mensajes a las autoridades europeas.
En cuanto a la repercusión de este anuncio entre las organizaciones agrarias españolas, la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) ha exigido al Gobierno español y a la Unión Europea una condena rotunda. «La excusa que está detrás de este nuevo anuncio es las ayudas que estos países europeos habrían concedido a la aeronáutica Airbus, perjudicando en su opinión a la norteamericana Boeing. Un nuevo escalón en la escalada de guerra comercial sobre la que está pivotando toda la política exterior del empresario y multimillonario Donald Trump».
Destaca UPA que la lista completa de productos afectados por los nuevos aranceles de Trump es tan extensa que prácticamente supone un cerrojazo a las exportaciones europeas al mercados estadounidense . En el caso de España, los sectores clave afectados son el olivar (de aceite y de mesa), el porcino con productos como el jamón-, el vino, las frutas, los lácteos, incluyendo todo tipo de quesos, los zumos, e incluso el marisco.
"La Organización Mundial del Comercio (OMC) no puede consentir que se juegue con la alimentación y el sustento de millones de personas", han remarcado desde UPA, al tiempo que le han exigido que evite la imposición de estos aranceles por todos los medios a su alcance.
Según la organización agraria, Estados Unidos aplica la máxima del «divide y vencerás», imponiendo aranceles diferentes según el país europeo de que se trate. «Ahora Italia será más competitiva que España, por ejemplo, en el caso del aceite. Para la aceituna de mesa está nueva oleada arancelaria será la «puntilla» como sector exportador».
Para la Coordinadora de Agricultores y Ganaderos (COAG) , "resulta totalmente injusto y desproporcionado que, una vez más, el sector agrario sea el pagano de una guerra comercial de la UE que no tiene nada que ver con el campo español. Acabamos sufriendo las consecuencias de los acuerdos con terceros países, caso del reciente Mercosur, como de los desacuerdos, en este caso en un conflicto que tiene su origen en el sector aeronáutico. Exigimos a las autoridades comunitarias y al Gobierno español que protejan los intereses de nuestra agricultura con una solución rápida y equilibrada para evitar que este conflicto acabe pasando un nueva y costosa factura a nuestros agricultores y ganaderos ", reclamó Miguel Blanco, secretario general de la organización.
También ASAJA reclama al Gobierno español, a pesar de estar en funciones, que multiplique sus gestiones y refuerce la presión ante las instituciones comunitarias, especialmente ante la comisaria de Comercio, Cecilia Maalström, el actual comisario de Agricultura y futuro comisario de Comercio Phil Hogan, y el todavía presidente de la Comisión Juncker, así como a la presidenta electa Ursula Von der Leyen, para encontrar una solución satisfactoria a los intereses exportadores de nuestros productores, cooperativas e industrias agroalimentarias.
«La UE tiene presentado un recurso similar al planteado por EE.UU., ante la OMC por las subvenciones otorgadas por el gobierno norteamericano a la compañía aérea Boeing. Podría darse el caso que la OMC autorizara medidas arancelarias a la entrada de productos americanos en Europa. De hecho la UE ya presentó el pasado mes de abril la lista de productos potencialmente afectados. En ningún caso sería bueno entrar en esta espiral de medidas de retorsión que solo perjudican a productores, usuarios y consumidores «, destaca esta organización agraria
"Si no podemos permitir que nuestra agricultura sea moneda de cambio en acuerdos comerciales con países terceros, menos aún vamos a tolerar que nuestro sector sea el rehén indefenso en las guerras comerciales entre las potencias mundiales", subrayó el presidente de ASAJA, Pedro Barato. "Resulta paradójico que se decida sancionar a las producciones agroalimentarias con un arancel del 25% como consecuencia de unas subvenciones comunitarias a Airbus y el arancel para los productos aeronáuticos sea tan solo del 10%".
En paralelo, la Comisión deberá estudiar y tener preparadas medidas de compensación a los sectores y países afectados . En este sentido, ASAJA recuerda que el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos ha comprometido hasta la fecha un total de ayudas para los agricultores y ganaderos americanos afectados por la guerra comercial entre China y los EE.UU. que alcanza los 24.000 millones de dólares.
En el plano europeo, la organización representativa de las OPAS y cooperativas agrarias comunitarias, COPA-Cogeca , ha exigido también a ambas partes que eviten cualquier escalada relacionada con los alimentos y se comprometan a negociar los aspectos comerciales de manera ordenada, respetando los acuerdos comerciales multilaterales.
Pekka Pesonen, secretario general de la organización: «Como dijo la comisaria Cecilia Malmström, crear volatilidad en el comercio internacional podría ser miope y contraproducente no solo para el comercio internacional, sino también respecto a los desafíos claves a los que se enfrentan los sectores agrícolas de la UE y Estados Unidos, como la lucha contra el cambio climático, la seguridad alimentaria y la renovación generacional.
Los agricultores de ambos lados del Atlántico necesitan estabilidad y confianza para realizar inversiones a largo plazo y para seguir siendo competitivos en una actividad económica que resulte atractiva. Al respecto, hacemos un llamamiento a los que tienen que adoptar decisiones para crear un entorno comercial más predecible, en beneficio de la comunidad agrícola y de los consumidores de todo el mundo».