Recaredo celebra este 2024 cien años del inicio de Josep Mata Capellades, fundador de Recaredo, en el universo de los vinos espumosos como aprendiz de removedor y 'degollador' de botellas en Sant Sadurní d'Anoia. En 1924, dejó atrás la tradición familiar de la alfarería, que se llevaba a cabo en las actuales cavas de Recaredo. "No sabemos el día exacto en que mi bisabuela envía a mi abuelo a trabajar a unas cavas porque ve que ahí tendrá más futuro que en el negocio familiar ", comenta Ton Mata. El fundador de la marca tenía entonces 13 años y aprendió rápido y bien los secretos de las segundas fermentaciones en botella y el arte del degüelle . Con motivo de estos cien años de historia y para recordar la figura del fundador, la segunda y tercera generación de la familia Recaredo han elaborado el homenaje al fundador con el espumoso Homenatge a Josep Mata Capellades 2004 . Este corpinnat sale al mercado con una crianza de 224 meses (18 años y 8 meses) en una edición única y limitada de 2.850 botellas , todas ellas numeradas. Ton Mata, tercera generación de la familia Recaredo , explica: "Este corpinnat representa la esencia de Recaredo, que se basa en el respeto por la tierra y en la conciencia por la memoria de las personas. Después de 224 meses de crianza presenta una acidez fresca y equilibrada con una burbuja muy bien integrada , revelando la capacidad de transmitir la complejidad de un gran vino espumoso de crianza extrema que no renuncia a la frescura ni a la expresividad del paso del tiempo ". " Llevamos preparándolo desde hace muchos años -recuerda el nieto-. La de 2004 fue una añada excepcional y la embotellamos pensando en nuestro centenario . Así que es muy emocionante haber llegado hasta hoy, lo que nos demuestra el gran valor que tiene el tiempo. Creo que es el vino que habría hecho mi abuelo, representa también su esencia", apunta. Los viñedos de donde proviene la uva con la que se ha elaborado Homenatge a Josep Mata Capellades 2004 son viñedos viejos de macabeo y xarel·lo plantados en la zona nororiental del Alt Penedès, alrededor del 'coster' del río Bitlles. Se trata de unos suelos profundos, de material sedimentario, de naturaleza muy calcárea y textura franco-arcillosa, que permiten una mayor capacidad de retención del agua y aportan una identidad clara a los vinos resultantes. Josep Mata, también tercera generación de la familia Recaredo , destaca que "es muy emocionante para la familia compartir con todos los amantes del vino un corpinnat Recaredo en recuerdo al abuelo y a todo el trabajo que ha hecho y que nos permite hoy en día continuar con este sueño: crear vinos de terruño que expresen las particularidades de un territorio como es nuestro, el del Penedès , y con esta gran capacidad de guarda porque después de 224 meses mantiene toda su frescura ". Este corpinnat no es la única celebración por el centenario del debut de Josep Mata Capellades en el mundo de los espumosos. "Hemos montado encuentros íntimos con restauradores, prensa, amigos, familia... que han sido muy emotivos, sobre todo porque mi padre, Antoni Mata, nos dejó en noviembre del año pasado ". También han montado un espacio efímero en la bodega que reproduce el despacho del fundador : su mesa, su máquina de escribir, su libro de enología de 1929 ("era su biblia técnica", apunta Ton), fotos antiguas... Y han creado una enoteca con unas 15.000 botellas de diversas referencias como Reserva Particular, Turó d'en Mota, Serral del Vell... que irán envejeciendo allí para ir lanzando ediciones limitadas. Durante sus primeros años de profesión, Josep Mata Capellades compaginó su pasión por el oficio del degüelle con el fútbol profesional (jugó una temporada en el Espanyol y otras cinco en el Sabadell, equipo con el que ganó el campeonato de Catalunya en 1931 y subió a Segunda División). Su jefe en la bodega en la que trabajaba le dijo que dejara el fútbol para seguir trabajando pero él hizo al revés; dejó ese curro por el deporte. Para conciliar con éxito los dos mundos, se estableció como 'degollador' por horas y trabajó para diferentes bodegas , donde también formó a varios profesionales. El oficio de 'degollador' consiste en extraer los sedimentos de la botella artesanalmente después del tiempo de crianza en las cavas. En aquella época en que todo se hacía a mano, el suyo era un trabajo muy cotizado y él se convirtió en un referente por su habilidad y pulcritud. Gracias a sus amigos del mundo del fútbol empezó a formalizar los primeros pedidos de vino espumoso. La primera añada bajo la marca Recaredo es de 1940. A base de esfuerzo y carisma se convirtió en un referente en el sector de la incipiente industria de los vinos espumosos . Decidió llamar a las cavas con el nombre de Recaredo, el apelativo con el que se conocía a su padre, Recaredo Mata Figueras y, durante los años 40, construyó a pico y pala las cavas justo debajo de la casa familiar , en el centro histórico de San Sadurní de Anoia. Con su personalidad afable y carismática, la marca Recaredo empezó a ser conocida gracias al boca a boca y a un trabajo bien hecho desde la humildad y el rigor. Un cartel a las puertas de la bodega anunciaba: "Pueden visitar las cavas todos los días, incluidos domingos y festivos", y es así como una peregrinación de fieles clientes y amigos apoyaron la marca adquiriendo las famosas referencias del Reservadísimo , del Recaredo Extra , de Reserva Particular , de la Cava Reservada ..., que hasta el momento solo podían comprarse directamente en bodega . Consciente de la importancia de cuidar y cultivar el viñedo para obtener vino de la máxima calidad, creó un estilo propio convirtiéndose en uno de los pioneros en la elaboración de espumosos brut nature de larga crianza . Asimismo, apostó por la artesanía y por la crianza con tapón de corcho natural en un momento en el que la mecanización del proceso del 'degüelle' y el uso del tapón corona era mayoritario. Junto a sus hijos, Josep y Antoni Mata Casanovas consolidaron la proyección de Recaredo a partir de los años 60 como sinónimo de rigor, calidad y, sobre todo, pasión por la excelencia . Plantearon ideas atrevidas por la época, como la exploración de las largas crianzas en botella , a la vez que -fruto del respeto y admiración por los vinos de terruño- dirigieron el rumbo de la bodega hacia la elaboración de espumosos capaces de hablar de parcelas únicas y fincas singulares . A partir de los 90 , la tercera generación se incorporó progresivamente a la bodega en un enriquecedor proceso en el que unos aportaban la experiencia y el 'know-how' y otros, las nuevas ideas y el esfuerzo por avanzar y aprender. Queda el recuerdo del fundador, un hombre " siempre risueño, siempre alegre , siempre de broma, pero muy trabajador", rememora Ton Mata. "Todavía me impresionan aquellos ojos alegres como si fuera un niño , lo que me recuerda que la ilusión no se debe perder nunca, de ni de niño ni de adulto".