La poda a corto y a largo plazo: buscando el equilibrio práctico (I): [viñedo]

[Artículo extraído del webinar 'El viñedo en 2020: situación del mercado del vino y estrategias para construir plantas sanas y longevas'.] Se estudian los objetivos de la poda, distinguiendo entre poda a largo y a corto plazo. La poda a largo plazo incluye la poda de formación en un viñedo nuevo y la que anualmente irá modificando progresivamente las partes permanentes de la cepa: tronco, brazos y pulgares. La poda a corto plazo es la poda en seco de mantenimiento y producción anuales, se basa en la elección del tipo de yema, que depende de su ubicación en el pámpano/sarmiento (más fértiles en la parte media, entre el quinto y noveno nudo); la carga de poda se fija en función del vigor de la cepa y de la producción deseada. Estos principios generales han de ser adaptados a las caracteríscas de la variedad concreta. El tipo de poda más sencillo y de mayor viabilidad para practicar la prepoda y recolección mecanizadas, es la poda en espaldera, generalizada desde finales del siglo pasado. Se estudia el sistema en cordón Royat (3 o 4 pulgares de dos yemas en cada uno de los brazos de un cordón bilateral) y los sistemas de poda mixta (varas y pulgares); son el sistema Guyot y el sistema Yuste. Los inconvenientes de la poda en espaldera radican en el envejecimento que los cortes de poda reiterados provocan en los brazos de la cepa. Además, las heridas de poda son una vía preferente de entrada de los hongos responsables de las dañinas enfermedades de la madera. Ambos factores comprometen seriamente la longevidad del viñedo