La energía agrovoltaica viene para quedarse

La energía agrovoltaica o agrofotovoltaica es la que se produce al transformarse directamente la luz solar en electricidad. Es una energía limpia, renovable e inagotable. Los paneles solares se instalan tanto en grandes extensiones como en parcelas pequeñas de campo dedicados al cultivo o a la ganadería, elevándolos del suelo entre 2,5 y 5 metros de altura. También pueden instalarse sobre invernaderos. El uso conjunto de los paneles y los cultivos permite a los agricultores obtener un mayor rendimiento. Además estas estructuras pueden servir de protección frente a heladas y granizo, y también podrían ayudar a sombrear el terreno y protegerlo de las temperaturas elevadas y de la sequía. También contribuyen a un menor consumo de agua, debido a que se disminuye la evaporación. Estos paneles son más adecuados para cultivos hortícolas como los tomates, en el caso de instalarlos sobre un cultivo como el trigo las estructuras tendrían que instalarse a más altura o recurrir a una instalación flexible. Estas estructuras también pueden alterar la biodiversidad, por ello habría que tomar medidas para proteger la flora y la fauna. España es uno de los países europeos que goza con más horas de sol y es el segundo país con mayor crecimiento en energía fotovoltaica. España, a diferencia de Alemania, Italia y Francia, aún no tiene definida la normativa que deben cumplir los proyectos agrovoltaicos. No hay duda de que la energía agrovoltaica puede ayudar a combatir el cambio climático, compaginando en el mismo terreno los cultivos con la producción de energía solar.