La agricultura de precisión (digital) ha llegado para quedarse: un punto de inflexión en el ámbito rural al que hay que saber adaptarse

La agricultura está viviendo una nueva revolución, similar a la que supuso la llegada del tractor o de los fitosanitarios. La Agricultura de Precisión (AP) se inició en la década de los noventa del pasado siglo y ya debería haberse convertido en la práctica habitual, pero no ha sido así. Parte de la razón de este lento ritmo de adopción ha sido la falta de conversión en decisiones y prácticas en la producción de la multitud de datos captados por los sensores en el cultivo que caracterizan la AP. Sin embargo son precisamente las tecnologías de la información las que están ayudando a grandes avances en este sentido. Los datos propios se pueden cruzar con otras fuentes de datos y analizarse con algoritmos avanzados, que buscan relaciones y tendencias interpretables por el agricultor; es la agricultura digital o agricultura 4.0, que completa y mejora las tecnologías de la AP. Otra razón del retraso en la expansión de la AP ha sido la falta de formación en estas nuevas tecnologías del personal técnico en campo; la especialización de nuestros ingenieros y técnicos de campo en estas nuevas competencias digitales, básica para la modernización del sector, no se ha abordado seriamente hasta ahora. El artículo termina apuntando las directrices para una mejor transición hacia la agricultura 4.0, que no va a suponer un cambio drástico en la forma de producir en el campo sino la adopción gradual de tecnologías que ayuden al agricultor en el día a día