El cultivo ecológico del olivar: manejo de la fertilidad, de las cubiertas vegetales y de los insectos y hongos del cultivo

El manejo del suelo es la primera práctica que aborda el artículo, el suelo se considera un ente vivo y la fertilización se limita al uso de materia orgánica (estiercol, restos vegetales, compost, humus de lombriz) destacando como fertilizante el procedente del compostaje de restos vegetales provenientes de industria aceitera: el alperujo. El problema de la erosión (el más grave al que se enfrenta el olivar) se evita con el uso de cubiertas vegetales, espontáneas, sembradas o inertes (por ejemplo la de los restos de poda); estas cubiertas no deben competir por el agua con el olivar, su control nunca será con herbicidas; se destaca la siega "a diente", con la introducción de pastoreo de ganado en el olivar. La protección vegetal del olivar debe quedar integrada en una estrategia global de manejo; biodiversidad y buenas condiciones del suelo ayudan a prevenir plagas y enfermedades, el olivar debe dotarse de "infraestructuras ecológicas" (cubiertas, setos, manchas de vegetación natural, setos en lindes, caminos y arroyos). Así conseguimos un modelo agrario sostenible con el potencial de generar numerosos servicios ambientales para la sociedad y en consonancia con las líneas de apoyo que se establecen desde la política agraria comunitaria. El precio del aceite ecológico se situó casi 60 céntimos por kilo por encima del AOVE convencional, en el promedio de las campañas 2015-2021