Ignacio Sánchez Amor fue elegido eurodiputado por primer vez en 2019. Desde entonces su participación en el Parlamento Europeo se centra en defender a Extremadura, pero también se encarga de ser observador electoral, además de representar al Parlamento Europeo en foros y en misiones internacionales. Como opción personal, vive en Bruselas y realiza un gran esfuerzo para que los extremeños conozcan su trabajo en pro de una Extremadura más rica
Entrevista con el eurodiputado socialista Sánchez Amor
Jorge Valiente
Cáceres 07 JUN 2024 7:30
Usted lleva varias legislaturas como eurodiputado, ¿cree que los extremeños conocen su trabajo en Europa?
He hecho un enorme esfuerzo de información. Todas mis intervenciones, salvo en sesiones reservadas, están publicadas en mis redes sociales. Además, público mi agenda semanal todos los lunes y doy información concreta sobre lo que hago. Hago un esfuerzo grande de información. También tengo una lista de WhatsApp de mil personas. Los medios de comunicación también tratan más los temas del Parlamento Europeo, que no era tan frecuente hace 8 o 10 años.
¿Cómo es la vida de un eurodiputado?
Yo le digo a todo el mundo que son elecciones como a los ayuntamientos, a la Asamblea de Extremadura o diputados y senadores. No se plantean como un examen. Para votar a un concejal no hace falta saber la ley de régimen local. Es exactamente igual. Otra trinchera, pero la misma batalla. En el Parlamento Europeo se trabaja con muchísimo medios. Un ejemplo, en el Congreso teníamos una secretaria compartida. En el Parlamento Europeo cuento con tres titulados superiores que saben lo máximo de los temas que llevo, hablan varios idiomas y tienen mucha experiencia. Además, también tengo un becario. Pero el trabajo es esencialmente el mismo, funciones legislativas. Estoy muy involucrado en observación electoral, represento al Parlamento en foros y en misiones internacionales, participo en comisiones, en plenos, etcétera. Yo vivo en Bruselas, pero es una opción personal, pero los diputados jóvenes suelen ir y venir.
Estas elecciones suelen atraer menos al electorado. ¿Cómo convencer de la importancia de votar?
En Extremadura existe cierta fijación con los fondos y es comprensible. Sin ellos, Extremadura no sería la actual. Los fondos son muy importantes, pero creo que hay una excesiva fijación. Hay muchas políticas del día a día que nos influyen y que no son fondos. Por ejemplo, el cargador único de teléfono o que cuando viajamos a Portugal no necesitamos los datos, si eres una persona discapacitada puedes viajar con un acompañante que no paga, etcétera. No son fondos, pero son políticas que nos influyen y que, a veces, pasan desapercibidas. Vienen de Europa y nos cambian la vida.
¿Qué se juega Extremadura?
Partimos de una premisa, la Unión Europea ha sido esencial para el desarrollo de la región y, por tanto, cualquier frenazo a las capacidades jurídicas o financieras de la Unión Europea lo van a sufrir sobre todo las regiones o países más dependientes de los fondos europeos. Lo que nos jugamos en este momento es que la derecha y la extrema derecha tengan la tentación de pactar sus políticas europeas. En la lógica Europea, siempre ha habido un bloque central de partidos pro europeos, los socialistas, los verdes, los liberales y los populares. Esos cuatro grandes grupos son grupos pro y, a los dos extremos, hay dos grupos cuyo europeísmo, en algunos casos de la izquierda por motivos diferentes y en la extrema derecha por otros motivos, son antieuropeos. Yo creo que lo que nos jugamos es la posibilidad de que haya mayorías en la Unión Europea, como intentó la extrema derecha hace unos años con Le Pen que decía que Francia tiene que salir de la Unión Europea. Con el Brexit nadie vuelve a decir esa tontería. Todo el mundo sabe lo que es estar fuera y el frío que hace fuera de la Unión Europea. El desastre británico ha enfriado cualquier tentativa. Ahora la estrategia es desmontar desde dentro pieza a pieza las capacidades de la Unión Europea y es lo que está haciendo la extrema derecha. Habla de devolver la soberanía a los estados y eso es dejar de tener también fondos. Nosotros hemos dicho a Europa que haga cosas y para que haga cosas la dotamos financieramente. Si la Unión Europea entrara en una deriva de devolver capacidades a los estados con esta lógica de la soberanía, iría seguido por una reducción de los fondos y eso haría daño especialmente a las regiones y países más dependientes de los fondos. Lo que no jugamos es una Europa que pierda capacidades jurídicas y financieras frente a una Europa que refuerce todas las lógicas de la integración y que nos viene muy bien a las regiones y países que son más dependientes de la solidaridad europea.
El campo es uno de los protagonistas de estas elecciones. ¿Cómo transmitir a los agricultores y ganaderos extremeños que Europa no es el enemigo?
Uno de cada cuatro euros que entra en el bolsillo de los agricultores viene de impuestos de otros europeos, de los obreros de la Volskwagen, de la gente que trabaja en los bares de Dinamarca, de las siderurgias del Rin... Estos trabajadores pagan impuestos y con los impuestos se hace el presupuesto de Europa y uno de cada cuatro euros viene de la Unión Europea. Es que se dice uno de cada cuatro euros viene de la Unión Europea como si hubiera un hombre haciendo billetes. Alguien está metiendo en el bolsillo de los agricultores del sur de Europa, incluido los extremeños, un euro de cada cuatro. ¿Alguien se imagina lo que sería el campo extremeño antes de la PAC? Yo lo recuerdo. Recuerdo la reforma agraria. Me acuerdo de Valero, Cabra Alta y Cabra Baja, y recuerdo cómo era el campo y cómo es hoy de competitivo, con una enorme producción por la PAC. Ignorar eso es no saber nada. Otro dato. Nosotros exportamos de productos agroalimentarios tanto como consumimos. La mitad de nuestra producción sale fuera de Europa. Cuál es la lógica de esta idea anticomercio. Si no sacáramos fuera la mitad de lo que producimos, tendríamos que comer el doble, beber el doble de vino. Pretender que se vuelva a un sistema autárquico, en el cual los europeos consuman y no importen ni exporten, es la ruina del campo sencillamente. No la en el campo la ruina, sino la de todo el sector agroalimentario y todos los sectores industriales dependientes del campo. La primera víctima del cambio climático serán los sectores que dependen del clima. La Seat va a seguir haciendo coches igual; las siderúrgicas seguirán produciendo acero igual. El campo no. Y, por tanto, hay que tejer una alianza de todo el mundo y hay que llevar a la conciencia de esos agricultores que han sido aparentemente muy condicionados por las opiniones de la derecha y de la extrema derecha, que podemos cerrar los ojos al hecho sencillo de que el enemigo no es el burócrata de Bruselas. El enemigo es que no llueve. El proceso de desertización del sur de Europa avanza. En unas décadas esto puede ser una agricultura similar a la de Túnez o la de Marruecos y eso es lo que nos estamos jugando, pero todo el mundo sabe esta realidad incontestable. Sea cual sea el origen, el cambio climático está aquí y la primera víctima del cambio climático va a ser el campo. Los agricultores han hecho un gran esfuerzo. Están produciendo con mucha menos agua, están mejorando semillas, mejorando los productos que se utilizan para no dañar el suelo y el medio ambiente. Han hecho un gran esfuerzo y tenían razón que una carga burocrática excesiva. Las últimas decisiones de la Unión Europea ha sido agilizar algunos de los aspectos burocráticos. Llamo un cierto diálogo entre la Unión Europea y el sector del campo porque nuestra preocupación es que nos podemos encontrar con que no habiendo agua se produzca mucho menos y haya que cambiar cultivos. Tenemos que, si no hacemos comercio, tengamos que comer el doble de lo que comemos. Por tanto, esa lógica, que en mi opinión ha inoculado la extrema derecha, y ha caído en terreno abonado de un cierto enfado ha prendido, pero eso no resuelve el problema porque Vox no va a hacer que llueva más y, por lo tanto, todo el mundo tiene que ponerse en disposición de debatir y discutir de qué manera todos los sectores económicos están en disposición de a la lucha contra el cambio climático.
¿Y el tabaco?
Hay que entender que en el Parlamento Europeo, si hablas de tabaco, está hablando de cáncer. Allí no hay una visiónn desde el punto de vista agrario salvo en los colegas que están en el mundo agrario y es un sector muy pequeño desde el punto de vista de su aportación al PIB agrario de la Unión Europea. Para nosotros es muy importante. Por lo tanto, yo creo que lo mejor es una actitud en la que el tabaco cuenta con ayudas y yo creo que lo mejor es que no hagamos demasiado ruido alrededor de esas ayudas, porque con una comisión contra el cáncer, la visión predominante sobre el tabaco es la sanitaria. Por tanto, yo creo que en este momento el sector tiene que concentrarse en la idea de nosotros somos productores de un producto legal y ahí dar la batalla. Yo creo que lo inteligente es que nosotros somos productores de un producto legal. Queremos hacerlo en las mejores condiciones porque hay un mercado y poner en el mercado un producto de la mejor calidad. Y esa es nuestra tarea. Luego los consumidores que consuman lo que consideren porque parece que hay que recordar que el tabaco es un producto legal, porque la estigmatización del tabaco muchos sectores de la opinión pública europea y en los sectores políticos es la que es y está vinculada a su consideración sanitaria.
¿Por qué estas elecciones parecen un plebiscito a Pedro Sánchez?
Hay una gran polarización en España y, desde fuera, se ve horrible. La impresión que tienes cuando miras la política española es de un griterío ensordecedor y estéril del que no sale nada y creo que eso al final hace que cualquier momento político sea un momento que se cristaliza alrededor de esa polarización. Luego hay también un interés de la derecha de no hablar de Europa. A ellos no les interesa hablar de Europa. Ellos hablan de cosas que ya no existen: ETA, el procés y ahora el famoso caso de la mujer del presidente. Es muy importante recordar de qué no habla la derecha. No habla de economía ni en esta campaña, ni los meses anteriores ni el próximo futuro. El procés lo han enterrado los catalanes, no solo porque haya ganado el PSOE, sino porque por primera vez las fuerzas nacionalistas no tiene mayoría en el Parlamento catalán. Luego Cataluña está en otro modo y Cataluña está en otro modo por una política arriesgada de Pedro Sánchez primero con los indultos y ahora con la amnistía. Hay que reconocer que aunque la amnistía costó entenderla, las elecciones catalanas han clarificado mucho los panoramas y podemos entrar, si el PP se apuntara algún día esto, en una fase de mejor relación entre Cataluña y el resto de España. Es decir, estamos superando una de las crisis más importantes de España de los últimos en los últimos tiempos y lo estamos haciendo recreando la convivencia, recreando el diálogo. A nadie se le pide que renunciar sus ideas, pero que todo el mundo lo haga en el marco constitucional que, por cierto, es lo que pasaba también con el País Vasco. Cuántas veces hemos repetido los políticos de este país en España se puede defender cualquier idea siempre que no sea con violencia; por qué se sigue criticando a Bildu. Bildu es un conglomerado de fuerzas, algunas estuvieron históricamente más cercanas a postulados independentistas incluso violentos, otras no. Otras vienen de la sociedad civil, pero Bildu ha estado el punto de ganar las elecciones en el País Vasco. Cuándo se va a enterar la derecha de que ya en el País Vasco ETA no es un factor para el voto, por qué seguimos hablando de los herederos de ETA. Creo que ellos mantienen de una manera artificial esa lógica porque aparentemente les viene bien y eso lo hemos visto también en Bruselas. Todos estos elementos hace que el debate sobre Europa nosotros intentamos meterlo y nuestro electorado, dice las encuestas, que sí es sensible y que al menos la mitad de ellos de los votantes del PSOE que les interesa Europa y la conexión Europa con España. Las encuestas dicen que los votantes del PP solo están movilizados por motivos nacionales. Me parece un desenfoque. Estamos perdiendo la oportunidad de entender mejor lo que nos jugamos allí, pero nosotros como PSOE vamos a jugar en el campo que nos digan.
El clima de crispación que vive España, ¿no se vive en Europa?
Los modos de trabajo en el Parlamento europeo son muy consensuales. Hay que poner de acuerdo a varios grupos porque ya no hay una mayoría del Parlamento socialdemócrata popular, que fue en algún momento una mayoría que se ponía de acuerdo y no había nada que hacer. Ahora requiere el acuerdo a tres o cuatro bandas y eso tiene ya una consecuencia, pero en general la política europea ha sido una política muy consensual. La Comisión no es un gobierno partidario; en la Comisión hay una presidenta conservadora, pero el comisario de Economía es socialista y el comisario de Agricultura es de extrema derecha. Es decir, no hay un gobierno monocolor y, por tanto, las lógicas políticas no son exactamente las mismas que en el Parlamento español. El PP ha tratado de llevar al Parlamento Europeo a Pedro Sánchez todos los días y yo no entiendo muy bien habiendo un Parlamento en España por qué en el Parlamento de Bruselas hay que llevar tantos temas españoles: la amnistía, el Estado de Derecho, Pedro Sánchez, una cosa muy dañina contra la policía y la Guardia Civil y los jueces porque hay casos de ETA sin resolver, que eso es una crítica directa a los jueces, a la Guardia Civil y a la policía. Un ejemplo local, el PP organizó ir al Parlamento Europeo a decir que el hospital de Cáceres no era un hospital, que se estaba haciendo un chamizo con dinero europeo. Estuvieron mucho tiempo diciendo que se había malgastado el dinero de la Unión Europea que, por cierto, ha atendido muy bien a la presidenta Guardiola. Bueno, pues el PP ha ido a Europa a decir continuamente que eso no era un hospital y que era dinero europeo malgastado bueno. Todo el día hemos tenido que hablar de muchos temas españoles y eso acaba cansando a los colegas de otros países.
¿La imputación de Begoña Gómez le restará votantes?
No lo sé. Hay una polarización y una movilización grande de los dos polos, pero yo tengo memoria. Esto que ha hecho este jueves, en mi opinión, es una interferencia en un proceso político. Pensar que un juez que ha filtrado información a una de las partes de un sumario que era secreto, que ha desoído a la Guardia Civil, que ha admitido una denuncia en la que los propios anunciantes reconocían que eran unos recortes de prensa y, ahora, a unos días de las elecciones cita a la mujer del presidente para julio, indica claramente que en la actitud y en la actividad procesal del juez hay algo más que una actitud profesional. Todos los jueces cuando tienen un caso que tiene elementos políticos son extremadamente prudentes, miden los tiempos, saben que corren el riesgo de ser utilizados políticamente y son muy prudentes. Este juez ha entrado de hoz y coz con gran alegría en un asunto que tiene muchos perfiles políticos. La señora Gómez podía haber sido citada el lunes que viene porque es para julio. Es una interferencia política deliberada en un proceso electoral y, por tanto, creo que debemos tomar nota de qué grado de deterioro de la imagen de la Judicatura estamos teniendo después de cinco años sin renovar el Consejo General de Poder Judicial. .
Yo tengo memoria de los procesos en Extremadura de las expropiaciones de fincas y recuerdo perfectamente que el juez Crespo nos regalaba siempre un auto, una resolución o una sentencia siempre antes de algunas elecciones. Sabíamos que se había eran procesos que duraban muchos años. Sabíamos que si había unas elecciones, los jueces que llevaban las expropiaciones en Extremadura, nos regalarían a los socialistas un auto o una resolución o una sentencia justo antes de unas elecciones. Esto es tan viejo como el hilo negro. Y pretender que la Judicatura es un ser angelical en la que todas las decisiones se toman con criterios profesionales, ha vuelto a demostrarse ayer que no es así.
¿Qué pasará el 10 de junio?
En la Unión Europea, el proceso es más complejo que en el que en el Congreso. Después de la elección del Parlamento Europeo comienza la importante selección de las figuras de las figuras de la Unión Europea, el presidente de la Comisión, presidente del Consejo, el Alto Representante para la política exterior y la presencia del Parlamento. Por lo general, el Parlamento tiene su propia lógica y ha sido tradicional que divida al mandato en dos períodos atribuyendo o negociando la presidencia para los socialistas y los populares, que han sido los grupos mayoritarios. Ahora hay que decidir cómo se reparten las tres grandes familias, populares, socialistas y liberales, en los puestos de presidente de la Comisión, presidente del Consejo y Alto Representante de exterior. Eso va a suceder durante julio. La Comisión tiene que ir al Parlamento a ser aprobada. En el Parlamento europeo cada comisario propuesto tiene que pasar por el hemiciclo y en la última ocasión tumbamos a dos y los países que los propusieron tuvieron que proponer a otros dos porque no se consideraron adecuadas. Con la presencia del consejo es un reparto político familiar. Si la presidenta va a ser Ursula von der Leyen o Draghi, hay que elegir un socialista como presidente del consejo o como altorepresentantee, y los liberales igual. Para hacer un apunte extremeño, creo que ha sido muy desafortunada la elección de Draghi y como el Premio Carlos V de este año porque es un político en campaña electoral para ser presidente de la Comisión y yo creo que el PP de Extremadura o el PP de España no debe utilizar el Premio Carlos V para ayudar a un candidato de la familia popular a tener una mejor posición una o una visibilidad. Creo que ha sido un error.
La extrema derecha pone en peligro a Europa
La extrema derecha pone en peligro Europa claramente. Ellos ya están tan seguros de sus posiciones que salen a replicar las marchas de Mussolini. Esa especie de exhibición de fascismo es un elemento corrosivo para la sociedad. Lo estamos viendo en todos los sitios de Europa y también en España, por tanto, la extrema derecha pone en peligro el proyecto de la Unión Europea. Si es capaz de seducir a la derecha hacia posiciones menos europeas o directamente antieuropeas, el proceso que veríamos, que espero que podamos pararlo, es un desmontaje pieza a pieza. En primer lugar, hay mucha extrema derecha pro Putin, es decir todas, nuestras posiciones de apoyo Ucrania podrían verse afectadas; en segundo lugar, todo lo que tiene que ver con los avances sociales de la Unión Europea la extrema derecha diría "no nos metamos, que cada estado haga lo que quiera". Y en materia de inmigración es obvio y me preocupa que el PP esté entrando en ese discurso antimigración. La inmigración tiene que ser una inmigración legal, ordenada segura y que permita a la Unión Europea tener trabajadores de recambio porque nuestra natalidad es muy baja y creo que hay que recordar a la gente que inmigración son también muchos chicos y chicas latinos que nos sirven el café y que atienden a nuestros mayores. Estoy seguro de que hay mucha gente ultraconservadora hablando contra la inmigración, pero que en casa tiene una persona de asistencia que viene en Latinoamérica está cuidando a una persona mayor. Por tanto, si los latinos no presentan problemas y solo presentan problemas las personas que son de otra religión, de otro color de piel, se llama xenofobia. Eso no se llama revisión de políticas migratorias, no, no, eso se llama xenofobia porque cuando los jeques árabes vienen a comprar casas a Marbella se hacen fotos con los alcaldes y con todo el mundo; cuando los futbolistas de color vienen con esos fichajes, nadie les pone pegas. Es xenofobia frente a los pobres, frente a los desheredados. La posición general de Europa y de los socialistas es que necesitamos tener una migración ordenada segura y legal. La prueba de que se puede hacer es que hay muchos latinos trabajando de forma ordenada, segura y legal en Europa; viniendo con sus contratos y con sus papeles en regla.
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