El investigador belga participó en un curso avanzado sobre la materia en el Instituto Agronómico Mediterráneo de Zaragoza.
Alejandro Royo
Daniel Berckmans, frente a la sede del Instituto Agronómico Mediterráneo de Zaragoza. A. Royo
Conocer el estado de cada animal en cada explotación ganadera empieza a dejar de ser una utopía. En esto consiste la ganadería de precisión. Su situación se analizó en un curso organizado por el IAMZ, que trajo a Zaragoza, entre otros, a Daniel Berckmans, uno de los pioneros y mayores conocedores de este ámbito.
¿En qué consiste la Ganadería de Precisión? Es una herramienta para gestionar las cabezas de ganado de manera más eficiente. Quiero recalcar que es una herramienta porque se trata de una ayuda tanto para el ganadero como para el resto de sectores implicados en esta actividad. No sustituye a las personas sino que les apoya. La gestión de una explotación es muy compleja como para dejarlo en manos únicamente de la inteligencia artificial. Usando esta tecnología, basada en sensores, cámaras y micrófonos, se siguen los movimientos de cada animal prácticamente al segundo. Y esa información se remite al ganadero que, basándose en ella, toma las decisiones más adecuadas para incrementar la eficiencia de su explotación.
¿Cómo funciona técnicamente? Lo que hacemos es instalar una red de cámaras y micrófonos en la explotación, No tocamos los los animales. Puedo poner como ejemplo una empresa del sector que ha creado un micrófono que, colocado en un compartimento estanco, analiza los sonidos de hasta 250 cerdos. Este micrófono es capaz de detectar la tos de un animal enfermo y determinar en qué zona se encuentra ese animal, para actuar de la manera más rápida posible sobre los animales de su área, evitar contagios, y, por otro lado, no tener que medicar al resto de animales. Estas redes, además, son capaces de detectar hasta un 95% de los problemas que pueden afectar a los animales en una explotación, simplemente analizando la actividad de los animales. Esto se traduce en un mayor bienestar. Suena a tópico, pero lo que buscamos son animales felices. Si los animales son felices durante su proceso de crianza no sufren estrés y no malgastan sus energías tratando de encontrar su bienestar. Cuando sufren estrés, su sistema inmunológico se resiente y se vuelven más vulnerables a contraer enfermedades, lo que supone un riesgo económico.
¿Cuáles son los obstáculos? El principal hándicap es ser capaz de demostrar que la inversión que se realiza en estas redes resulta rentable. Los sistemas de monitorización resultan todavía caros porque su producción es muy baja. Hablamos de un mercado de 65 mil millones de animales cada año, por lo que los costes se irán reduciendo.
¿Los ganaderos están acogiendo bien estos sistemas? Ellos son los verdaderos profesionales de todo esto. Son los que verdaderamente conocen a sus animales. Por ello, es necesario escucharlos. Los dueños de las explotaciones que colaboran en nuestro proyecto nos transmiten que las redes están muy bien, pero no quieren solo monitorización. Quieren un sistema que, además de la información, les aconseje qué hacer. Hoy la situación es muy difícil. Ser ganadero es un privilegio, pero es un trabajo realmente duro. Cada día es un esfuerzo titánico y hay que hacerlo muy bien para mantenerse en el mercado.
¿Cuál es el futuro de la ganadería de precisión? Prevemos que el modelo de negocio cambiará. Actualmente, es una empresa la que vende una herramienta al productor, pero necesitamos empresas que ayuden a hacerlo funcionar. La tendencia va a cambiar hacia el alquiler de esas herramientas y a la compra de licencias. Otro cambio importante ha de ser que los ganaderos se perciban como los dueños de los datos que esos animales proporcionan. Esos datos deben ser una fuente de ingresos y el ganadero debe poder venderlos a quien le haga la mejor oferta por ellos.
¿Cuál es el incremento de eficiencia en explotaciones con sistemas de precisión? Todavía no tenemos datos suficientes para medir este parámetro. Lo que si puedo afirmar es que el 70% de las enfermedades que contraemos los humanos proceden de los animales. En un mundo en el que la demanda de animales crecerá en un 75% antes de 2050 es necesario mantener esos animales lo más sanos posible.
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