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El vino de la semana: Carbó Capdevila Reserva 1975

26/06/2023
En: lavanguardia.com
Digital
Caves Blancher vuelve a comercializar la última reserva que embotelló su cofundadora, Teresa Blancher. Son unas pocas botellas de un espumoso sorprendente, el más longevo a la venta del mercado 7 vinos perfectos para una escapada al mar o a la montaña La familia Carbó Capdevila vuelve a comercializar el espumoso catalán más longevo del mercado, de 1975. Es un producto anterior a la creación de la DO Cava que calificaron como "la añada más valorada y apreciada". A petición de la cofundadora de esas cavas, Teresa Blancher i Solanes, en 1976 se embotelló este Reserva hijo de la finca familiar Can Canjon, de Teià (Maresme). Fue aquí donde la familia propietaria empezó a elaborar sus primeras botellas de espumoso de calidad en 1940. Teresa Blancher, tras comprobar la gran calidad de esta añada, decidió reservar un total de 2.070 botellas, "para disfrutarlas con sus amistades". Fue la última reserva que embotelló la cofundadora de esta bodega. "Transcurridos 25 años y después de algunas dudas, pero también apoyados por las amistades, familiares y amigos que han tenido el gran privilegio de poder degustarlo", la familia Carbó Capdevila decidió comercializar en septiembre de 1999, aprovechando el boom de ventas desatado con el cambio de milenio, un total de 1.537 botellas. La decisión la tomaron tras comprobar que "la inmensa mayoría de las 533 botellas degustadas por la familia mantenían un excepcional bouquet". Ya advertían en 1999, sin embargo, que debido a su antigüedad "puede deparar muchas sorpresas, tan positivas (la mayoría) como negativas". Por este motivo no escondían a sus clientes ya entonces que "ignoramos como está la botella que usted tiene actualmente", y añadían que "esperamos y deseamos que haya acertado en su elección". Este Carbó Capdevila Reserva 1975 se comercializó en 1999 a un precio de 3.000 pesetas (18 euros) y ahora, las últimas 307 botellas, acaban de ser puestas a la venta a 250 euros. No se vendían desde 2003. Josep Carbó, el director comercial de Blancher, recuerda que su padre no las quería vender todas las botellas al ver que cada vez quedaban menos. De hecho, inicialmente su padre dijo que no se venderían, pero acabó cediendo. Josep Carbó no tiene dudas de que "fue un acierto vender esta parte de historia", y señala que "nuestros clientes lo disfrutaron". Las últimas botellas disponibles han vuelto a ponerse ahora a la venta de forma muy limitada y bajo demanda. Según los responsables de las cavas, un incrédulo antiguo cliente quiso comparar este espumoso catalán con uno de los más afamados champanes, un Grande Cuvée de 1970 de Krug, para convencerse de que el producto de Blancher "nada tiene que envidiar". Este predecesor del cava está elaborado (entonces la empresa se denominaba Espumosos de Cava S.A.) con una base de pansa blanca (xarel·lo) de Teià, y con macabeo y parellada del Penedès. Este espumoso Brut, cerrado con tapón de corcho y con una grapa metálica, fue degollado hace más de 40 años (en 1978), y se ha conservado en la quietud y penumbra de sus cavas de Teià. Inicialmente se comercializó con un singular estuche metálico de chapa galvanizada, con un cierre con alambre y plomo. Muestra un color ambarino y su carbónico ya está muy cansado, pero sorprendentemente integrado. Y causa perplejidad lo bien que se ha mantenido, con notas oxidativas de orejones, frutos secos (sobre todo nueces), tofes y miel , y aún con una buena acidez. También exhibe toques de humedad, una pátina salina y cierta cremosidad. "Es excepcional" Josep Carbó afirma que "es excepcional, con aromas y sabores impropios en un espumoso tan viejo". Desde las cavas Blancher recomiendan beberlo a una temperatura situada entre los 5 y los 6º C. "para poder apreciar mejor sus virtudes". El corcho hay que retirarlo con sumo cuidado, ya que hay una alta posibilidad de que se rompa (accidente que se resuelve con un sacacorchos ). A Josep Carbó le gusta armonizarlo con un civet de jabalí, con conejo con picada o con un pato mudo del Penedès rustido. En 1935, Antonio Capdevila Pujol y su esposa Teresa Blancher Solanes adquirieron en propiedad la finca y Masía Can Canjon en el término municipal de Teià. Lo hicieron para poder hacer realidad una de sus ilusiones: elaborar sus propios vinos y cavas. A Antonio Capdevila le unía una buena amistad con el enólogo Ángel Escudé, quien les asesoró ante los primeros pasos a realizar. En primer lugar, modificaron la finca, explanándola para construir diferentes terrazas en siete niveles, eliminando las pendientes para poder realizar las labores agrícolas con más comodidad. Cuando las primeras cepas empezaron a dar su fruto, elaboraron el primer vino efervescente que reposó durante muchos años en la bodega de la Masía Can Canjón, construida en 1848. El éxito de este espumoso, y las continuas visitas a Sant Sadurní d'Anoia, durante las cuales estableció amistad con la familia Planas (viticultores y marchantes de vino a granel desde finales de 1800 y primeros elaboradores de alcohol vínico embotellado para farmacias) les impulsaron a construir Cavas Blancher, en Sant Sadurní d'Anoia. La construcción de la bodega se inició en 1952, situada en el centro del pueblo y orientada hacia el norte para aprovechar el aire fresco procedente de las montañas de Montserrat, ideales para la temperatura de una bodega que se construyó con la típica bóveda catalana. Está repartida en cinco plantas, las dos últimas subterráneas (donde la temperatura natural oscila entre 16 y 21 grados centígrados, lo cual es ideal para la crianza de cavas y vinos). Este espumoso catalán es el más longevo del mercado, de 1975, un producto anterior a la creación de la DO Cava En 1959 Antonio Capdevila Pujol confió la dirección de la nueva empresa a su sobrino Josep Carbó Capdevila y a la que más tarde fue su esposa, Mercè Planas Oliver, los cuales formaban parte del proyecto desde el inicio de construcción de la bodega. Con las uvas procedentes de la Masía Can Canjon, y las compradas a diferentes viticultores del Penedès, realizaron las primeras vinificaciones en las propias cavas. De forma muy artesanal empezaron los primeros tirajes y en 1959 salió la primera botella al mercado con el nombre de Extra Semi, en 1960 el Espumoso Semi y en 1961 el Brut Natural. Fue a finales de los años 70 del siglo pasado, y gracias a la experiencia adquirida, cuando Cavas Blancher lanzó sus primeras campañas publicitarias. A principios de los años 70 y después de los primeros anuncios publicitarios, la empresa empezó a buscar nuevos mercados fuera de Catalunya. Comunidad Valenciana, Andalucía y Madrid fueron los primeros lugares donde Blancher se consolidó, aprovechando el boom turístico de aquella época. También se realizó la primera exportación a Italia. Debido al gran éxito de ventas se amplió la gama de productos, lanzándose al mercado el Gran Reserva Semi y el Rosado Semi. También se empezaron a embotellar las primeras botellas de ½ y de ¼ de litro. En 1972 fue la empresa pionera en transportar la uva vendimiada en cajas de plástico, de poca capacidad, para garantizar la máxima calidad. Al inicio de los años 80, con la aprobación de la DO Cava, empezó una nueva era. Se empezaron a comercializar con mucha fuerza los tipos Brut. En 1984 la segunda y tercera generación de la familia Carbó quiso rendir el mayor de los tributos a su tía, Teresa Blancher i Solanes, fallecida hacía muy poco, y a su marido Antonio Capdevila i Pujol, fundadores de Cavas Blancher, lanzando al mercado el cava Brut de la Tieta (aunque siempre ha sido Brut Nature Gran Reserva), el más laureado y con mejor crítica de la casa. En 1985, la tercera generación de la familia, unos hermanos Carbó Planas que han vivido desde su nacimiento el cava, empieza a colaborar a nivel profesional. Ramón Carbó es gerente y enólogo, Enric es enólogo y comercial y Josep el director comercial. En 1993 iniciaron la reforma de la bodega, y en 1995 inauguraron el museo Blancher con motivo de su 40 aniversario. Desde finales de los 90 y hasta principios del 2000 empezaron la replantación de sus viñedos. Blancher se ha especializado en la elaboración de cavas de larga crianza, vinos tranquilos y vinagres de cava. Elaboran 15.000 botellas anuales de vino tranquilo y 160.000 de cava. Cuentan con cinco referencias de vino, ocho de cava y dos de vinagre. Exportan un 20% de su producción, principalmente a Estados Unidos, Bélgica y Suecia. Sus viñedos propios, que suman 9,5 hectáreas, se encuentran en Teià y en Vilobí del Penedès. Además, este año Blancher ha sido distinguido con el sello de Elaborador Integral por parte de la DO Cava. Y el enoturismo ha sido su gran apuesta. Hoy les visitan unos 11.000 enoturistas y 4.500 escolares anuales.
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