Estos productores se encuentran ahora en una "encrucijada" de cara a la siega porque no encuentran profesionales que puedan estar interesados en esta plantación incipiente, pero ya cuenta con varias hectáreas en las zonas de Tiedra o Peñafiel. Sin embargo, las plantaciones de este grupo se encuentran en Zaratán, Peñaflor de Hornija, Laguna de Duero, Segovia o en los terrenos de la Escuela Universitaria de Ingeniería Agrícola y Agroambiental (INEA). Ante los costes de la maquinaria, difíciles de asumir para un pequeño grupo de productores alternativos, decidieron difundir su llamamiento a través de las redes sociales, apelando a la "magia de Twitter". A día de hoy, están todavía pendientes del retuit que salve su cosecha, aunque también confían en que el vivero que les facilitó la planta les provea también de maquinaria profesional. Asimismo, han trasladado también su petición a una cooperativa con sede en Ampudia (Palencia). Una respuesta que, venga de donde venga, esperan que llegue antes de finales de agosto, fecha límite para la siega del lavandín. No obstante, "aunque perder la cosecha sería un problema, tampoco supondría un desastre del todo" pues la planta, una vez cultivada, dura unos 14 años, por lo que, en este momento, no estaría suficientemente desarrollada como para perder una esencia importante, ha explicado el portavoz del grupo, Ángel González, a Europa Press. "Aunque hay otras explotaciones que ya tienen máquinas dedicadas a ello, no quieren abordar nuestros terrenos, por eso estamos abocados a remover Roma con Santiago para intentar que nos sieguen", ha detallado. "Si no encontramos a quien nos ayude, tendremos que contar con este hándicap", agrega González, consciente de que no todos los cultivos pueden segarse en tiempo "óptimo". Pero, de encontrar esa ayuda, una vez cosechados los terrenos, el próximo paso sería destilar el lavandín, del cual se extrae un aceite aromático que también puede almacenarse durante años. Este proceso se realiza mediante arrastre de vapor, una técnica para la que también carecen de maquinaria, por lo que, de nuevo, requerirán ayuda de terceros. Pero, en este momento, lo que les "urge" es un agricultor o un profesional que pueda cubrir su necesidad de segar 14 hectáreas de lavandín entre para llevar las plantas a destilar y con las esperanzas también puestas en que si la campaña avanza rápido en el norte de Castilla-La Mancha, esas máquinas puedan subir después a la meseta para cubrir la labor. "Entendemos que no ofrecemos una superficie amplia para segar y que, por tanto, crean que no hay suficiente trabajo o que los costes o el traslado sean más importantes pero queremos que vean que estamos empezando en este cultivo alternativo y que, en el futuro irá a más", ha animado González.