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Somos una potencia en aceite que seguimos sin descubrir

20/02/2019
En: eleconomista.es
Digital
Pago de Espejo nació en 2013 con el bagaje y la historia de 100 años. Fue la abuela de la actual propietaria, Rosario Espejo, quien en los años 20 impulsó la compra de la finca La Condesa, situada en Villanueva de la Reina (Jaén). Desde entonces han sido las mujeres de la familia las que han ayudado en el campo, en la recolección o en alguna de las fases de elaboración de su aceite de oliva virgen extra de la variedad picual. Hace seis años, la cuarta generación de la familia, Mercedes y Rosario Minchón Espejo, decidieron crear una marca para comercializar su aceite y poner en valor toda la labor de la mujer rural. ¿Por qué decidieron poner en marcha Pago de Espejo, cuál es la historia tras la marca? Fue a través de mi bisabuela que mi bisabuelo Paco decidió comprar la finca La Condesa, que hoy consta de unas 250 hectáreas de olivar tradicional donde cultivamos la variedad picual. Desde entonces la finca siempre ha tenido una constante femenina a lo largo de las diferentes generaciones. Mi abuela estaba implicada en las labores de intendencia y organización de la campaña que en aquellos años no era como ahora, que esta mecanizada al 100 por ciento, sino que eran 60 familias que se trasladaban a la finca durante seis meses. Después de mi abuela está mi madre, que ahora mismo es la actual gerente y presidenta de la empresa Pago de Espejo y ella siempre ha estado ligada tanto al campo como a todas las labores. Somos ya mi hermana y yo las que hace seis años decidimos poner en valor todo ese legado cultural que nos dejaban las mujeres de la familia y darle un sentido comercial. Pasamos de vender granel a envasarlo y comercializarlo con la marca Pago de Espejo. Lo denominamos Pago porque nosotras queríamos darle ese valor de terroir tan asociado al vino. Implica que es un aceite que tiene un control exhaustivo desde el principio hasta el final. Hemos intentado ser un poco diferentes, en el diseño por ejemplo con una botella innovadora. También intentamos innovar con el formato que tenemos para la botella de tres litros, un formato bag in tube que siempre ha estado asociado a vinos de baja calidad, pero que es un envase idóneo para el aceite. Primero porque el producto se conserva en perfectas condiciones y en segundo lugar en la forma de dosificación que tiene, que es mucho más limpia que lo que puede ser en una garrafa de pet. Aparte de que te permite, a nivel de marketing y de visualización, mucho más contenido. ¿La finca sigue vendiendo a granel? Seguimos vendiendo una parte a granel, aun no vendemos el 100 por ciento de lo que producimos. Son unos 60.000 kilos de aceite lo que hacemos y ahora mismo estamos envasando un 25 por ciento. Tenemos camino y recorrido por delante. La idea es aumentar y llegar a envasar el 100 por ciento, que todo el aceite que produzcamos sea envasado y podamos comercializarlo con nuestra marca. Esperamos que para el año 2023 estemos al cien por cien. Los inicios comerciales son lentos, aunque es cierto que este último año ha sido mucho más rápido que los cinco anteriores. ¿Cuál es la proyección de la empresa para esos años? Facturamos una media de 200.000 euros al año. Como mínimo, para 2023, esperamos facturar 1,5 millones de euros. Ahora mismo la que más vendemos es la botella de medio litro, unas 100.000, a un precio medio de 10 euros. La idea es como mínimo triplicar ese número, pero también irá en función de cómo evolucionemos. Vendemos en el extranjero, en Bélgica, Portugal, Alemania y Francia. Vamos a intentar vía market place con Amazon en Reino Unido e Italia y también queremos ampliar ahora la presencia en el Benelux. En España estamos en extranjero, un 70 por ciento de lo que comercializamos se vende en el exterior. Aquí hay mucha gente que lleva muchos más años que nosotras. Es complicado y vamos poco a poco, ahora empieza el crecimiento. ¿Cómo les funciona el acuerdo con Amazon? Lo que te permite es utilizar la logística de Amazon y eso para pequeñas empresas es importante. Nosotras enviamos la mercancía a Barcelona y si alguien de Reino Unido nos pide será Amazon la que se la envíe. Tiene un fee importante, pero nos permite vender de forma unitaria, algo que nosotras no hacemos, porque los costes logísticos no nos lo permiten. En España llevamos muy poquito con Amazon, hemos empezado en noviembre. ¿Crearán más marcas para comercializar su aceite? La idea es envasarlo con Pago de Espejo, hay opciones para crear algo más premium aún. Hoy en día hay demanda de gente que quiere el aceite del primer día de cosecha. Otra gama que podría ser estaría en la línea baja que siga siendo un buen aceite de oliva virgen extra, pero jamás en la vida nosotros vamos a competir en envasadoras para abastecer a supermercados. Sería una gama baja que complemente. ¿Cómo ha sido la campaña? Ha habido un rendimiento mucho menor por kilo de aceituna que el año pasado, casi tres puntos menos, la media ha sido de un 17 por ciento. En Jaén ha sido brutalmente menor, un rendimiento de alrededor del 15 por ciento. De cada aceituna sacas un 15 por ciento de aceite cuando la media normalmente está en un 19 por ciento. Si nosotros utilizamos una media de casi 10 kilos para hacer un litro de aceite ahora mismo estaremos en 12 kilos de aceituna que en la actualidad a precio de mercado en origen está a una media redondeando en tres euros kilo no me puedes decir que me vale un aceite a seis euros si es que con el tapón, un envasado, un envío..., evidentemente hay unos costes asociados importantes. Para nada es caro, me gusta recalcarlo porque la gente te dice que va a la cooperativa y compra una garrafa de 15 euros, pero eso de la cooperativa no tiene ni punto de comparación con lo que yo estoy haciendo. Es como si me comparas un champaña con un Valdepeñas de un euro y medio. ¿Cómo es el consumo de aceite de oliva virgen extra? Las reticencias que encontramos nosotras es que la gente te dice que aceite no lo va a utilizar para freír o para cocinar, y por qué no. El consumo en la actualidad ha bajado, evidentemente por los precios. En el momento en que el aceite de oliva general, no el de virgen extra, se dispara de precio el consumo se deriva a girasol y viceversa. El consumo está en 35 litros por persona al año; si hacemos las cuentas aun gastando 10 euros por litro salen 350 euros al año, que eso es una copa al mes. Nos planteamos los precios para cosas muy básicas que te van a reportar grandes beneficios para tu salud. Aunque es asombroso que todavía no nos dejen poner nada de eso a nivel etiqueta, cuando a otros productos les dejan poner que son buenos para ciertas cosas. Bueno para el colesterol, para el corazón, para ciertos tipos de cáncer, diabetes y el corazón, es el aceite de oliva virgen extra. ¿Y se lucha por lograr eso, poner en la etiqueta las propiedades? Sanidad no te lo permite, no sé si a través de asociaciones se debería de luchar para incluir esto, pero se está en otros temas por lo que tengo entendido. Lo que intentamos nosotros vía nuestra web, blog, con las catas.. es crear cultura, darlo a conocer. ¿Nos falta cultura del aceite en España? No hay cultura oleícola como la hay del vino, pero el vino en los años 80 estaba así. Soy optimista y si el vino ha pegado un vuelco enorme en aceite, estamos en ello. En Jaén hemos sido punteros, por ejemplo, en el packaging, hay que vender las cosas para que entren por el ojo del consumidor. Jaén se ha puesto mucho las pilas con eso y ahora tienes unos diseños magníficos, también se está visitando el campo, almazaras... Somos una potencia en aceite que todavía seguimos sin descubrir. Las ciudades de interior tienen mucho que aportar toda la historia que tienen y unirlo al turismo gastronómico, eso se está empezando a hacer. La hostelería de Jaén está empezando a utilizar aceites de oliva virgen extra, que esa era otra, en casa del herrero cuchillo de palo. No te puedo decir que todo el mundo fuera así, pero desde hace 10 años para acá se ha pegado un vuelco importante y en 10 años no vamos a conocer al sector, estoy segura. Es cierto que el movimiento saludable ha puesto en valor y mucho lo que es el aceite de oliva. Pero el otro día leí que lo que se compra de aceite el 60 por ciento es marca blanca, eso es un error, como consumidor tu deberías ir probando lo que estas cocinando para ti y los tuyos y luego, a partir de ahí, evaluar lo que te cuesta. Hay diferentes alternativas. No todo el mundo tiene que irse a la gama más alta, hay que echar cuentas, probar y decidir. ¿Es complicado ser mujer en este campo? Ya no, a nivel comercial, no. En el campo la fuerza física es necesaria y se requieren hombres para trabajar, pero no quiere decir que no se requieran mujeres también. Desde que empecé a trabajar con 24 años en el sector de licores, que era un mundo de hombres total y absoluto donde los acuerdos se cerraban a golpe de sobremesa, se ha cambiado una barbaridad. Hay muchas mujeres en el mundo del aceite, del vino y la alimentación en general. No te digo que no haya ciertos reductos machistas como los hay en otros lados, pero nunca hemos tenido ningún problema. Quizá mi madre haya tenido en algún momento dado más freno inicial. Nosotros somos una empresa privada familiar, en las cooperativas en puestos directivos yo veo muy pocas mujeres. Las cooperativas se están profesionalizando de forma muy lenta y ese es uno de los problemas que tenemos de por qué no hay una valoración mejor del aceite de oliva.
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