Tradicionalmente, se ha considerado la leche de vaca uno de los alimentos más completos que existen.Pero de un tiempo a esta parte han aparecido numerosos detractores , que le ven un montón de contraindicaciones, y se ha multiplicado el número de personas que son, o creen serlo, intolerantes a la lactosa que contiene.
La campaña, justificada o no, de quienes creen que no es apropiada para los humanos en edad adulta ha dado como resultado que en un país tan habituado a la leche de vaca como Estados Unidos, por ejemplo, se haya reducido en un 37% el consumo desde los años 70 . En España se calcula que ha disminuido en un 23 por ciento en la última década y en el Reino Unido ha descendido a la tercera parte de la que se tomaba hace 20 años.
El dato
En España el consumo de leche de vaca ha disminuido un 23% en la última década
El caso es que se trata de uno de los temas relacionados con la alimentación más controvertidos de los últimos años. Y existen numerosos estudios de un y otro signo, por lo que resulta muy complicado establecer una verdad única.
Una de las tesis que alegan es que los humanos, a diferencia de otros mamíferos, son los únicos que toman leche de otras especies y también que sólo nosotros la seguimos bebiendo después del destete y a lo largo de toda la vida. Si los otros mamíferos no actúan así, dicen, por algo será.
Tazón con leche
(kazoka30 / Getty)
Esta idea, no muy científica, es la que sostiene con vehemencia la organización de defensa de los derechos de los animales, PETA. Pero en realidad la alimentación humana se basa en la modificación de los alimentos tal y como se encontraban en la naturaleza hace miles de años y la humana es la única especie que decide conscientemente qué y cómo comerlo.
La preservación medioambiental se basa en el hecho, cierto, de que los cultivos de forraje para alimentarlo son uno de los mayores productores de gases invernadero . Así que son muchos los que han dejado de tomar derivados lácteos por esa cuestión. Pero no es la única.
Medioambiente
Los cultivos de forraje para alimentar el ganado son uno de los mayores productores de gases invernadero. Muchos han dejado de tomar derivados lácteos por esta cuestión
La intolerancia a la leche de vaca, que consiste en la incapacidad de digerir adecuadamente la lactosa, es una de las excusas más extendidas para pasarse a otras bebidas. Provocaría diversos síntomas, que van del dolor abdominal, a la hinchazón, acumulación de gases e incluso diarrea y náuseas.
Una de las formas de comprobar si uno lo es o no sería, según expertos, tomarse un buen vaso de leche y esperar a ver cómo reacciona el cuerpo en las siguientes 24 horas. Si se produce alguno de ellos, se podrá deducir que se sufre intolerancia. Aunque en último extremo siempre hay que acudir al especialista para corroborarlo.
Una vaca siendo alimentada
(Getty)
La causa es la incapacidad de digerir adecuadamente la lactosa , un azúcar de la leche y sus derivados. Esta necesita de una enzima denominada lactasa para descomponerse. Si el organismo no produce la suficiente, ese trabajo lo hacen bacterias del intestino delgado, lo que provoca los síntomas descritos.Pero ¿por qué de pronto tantas personas muestran esos problemas de intolerancia?
La explicación es que tal vez antes no se relacionaran los síntomas con la causa que las produce. Aunque hay otra explicación y es que se debe a que los habitantes de las zonas del planeta donde las vacas fueron domesticadas desde el sur de Asia hacia Europa no evolucionaron para ser capaces de digerir la lactosa hasta hace 10.000 años.
Razones para decir no
La intolerancia a la leche de vaca es una de las excusas más extendidas para pasarse a otras bebidas
Como consecuencia, el 70 % de la población mundial sigue sin producir la suficiente lactasa en la edad adulta para descomponer la lactosa, mientras sí lo hacen el 30% restante.
Los europeos en general, junto con determinados africanos y las poblaciones del Sudeste Asiático y de Oriente Medio, son los más afectados, aunque no todos por igual. En la Europa del norte se han adaptado de tal manera a la leche de vaca, debido a una mutación genética, que sólo entre un 2 y un 15% desarrollan intolerancia . En Centroeuropa la cifra es del 23%; el 95% entre los asiáticos y sólo un 9% entre los estadounidenses descendientes de europeos.
Una botella de leche en la nevera
(tab1962 / Getty)
Son muchos los entendidos que han llegado a la conclusión de que incluso cuando se dé por cierta la intolerancia a la lactosa, y dependiendo del grado de afectación de cada uno, se pueden seguir tomando lácteos, aunque en pequeñas dosis. Con el sistema prueba-error, cada uno puede regular la suya.
O directamente buscar los sustitutivos habituales, como la leche sin lactosa o las de soja, almendra, avena, etcétera. Aunque no hay que pensar que son prácticamente iguales porque no tienen nada que ver.Y es importante saber que no se recomiendan en absoluto para niños antes de cumplir el año.
Dato
En Centroeuropa un 23% de la población es intolerante a la leche
También es cierto que existen personas realmente alérgicas a la leche , pero es una minoría. Y sus síntomas son más graves, ya que puede producirles una respuesta inmunológica a las proteínas de la leche. En ese caso deberían prescindir de ella y sus derivados por completo.
¿Es la lactosa la única responsable del cambio de costumbres?
Lo cierto es existen otras motivaciones para pasarse a la leche de soja, de avena o de almendra, entre ellas que no es muy conveniente para la salud.
Existen pocas dudas de que se trata de uno de los alimentos más completos que existen , porque contiene la mayor parte de los nutrientes que el organismo necesita, desde proteínas de calidad, a hidratos de carbono, grasa, calcio o vitamina D y B12, yodo, magnesio, además de suero y caseína.
Una mujer se sirve un vaso de leche
(Fairfax Media / Getty)
El suministro de calcio, indispensable para la salud ósea, es uno de las razones principales para tomar leche según sus partidarios. Afirman que es una excelente fuente de ese mineral , además de magnesio y otros muchos de los nutrientes que permiten desarrollar el esqueleto de los niños pequeños, y mantienen su estado en los adultos. También favorecería el fortalecimiento de la musculatura.
Se ha mostrado eficaz, junto con la vitamina D, en la prevención y tratamiento de la osteoporosis , tan común en las mujeres en la menopausia. En muchos casos es suficiente para reducir o detener su desarrollo.
Frente a esto, sus detractores alegan que, en realidad, la leche provoca pérdida de calcio . En una publicación de PETA del pasado diciembre, afirman que las proteínas animales producen ácido al descomponerse, cosa que ocurre al tomar leche. Para neutralizarlo, el organismo recurre a los depósitos de calcio nuestros propios huesos, lo que los dañaría.
Los detractores de la leche alegan que ésta provoca pérdida de calcio
Proponen consumir en su lugar vegetales de hojas verdes, como el kale , tan de moda, que facilita la absorción de calcio y evita su pérdida. El problema es, dicen los contrarios, que debería comerse una ingente cantidad de esas verduras para igualar la dosis de ese nutriente esencial que proporciona un solo vaso de leche.
Se ha relacionado la grasa de la leche entera con la obesidad, porque tiene muchas calorías , mientras otros alimentos tan capaces de proporcionar calcio como la leche de vaca no añaden ni una sola.
Un estudio de 2010 demostraría que consumir lácteos a diario disminuiría la obesidad infantil . Otra ventaja que exhiben los defensores de este alimento tan popular es que neutralizaría o reduciría las posibilidades de contraer hepatitis 2.
Un niño consumiendo leche de vaca
(Kontrec / Getty)
Por contra, un perjuicio estaría en que tiene tres veces más de proteínas que la leche humana, lo que provoca en ocasiones un mal funcionamiento del metabolismo.
Es inflamatoria, aumenta el riesgo de dolencias respiratorias y se relaciona con la artritis debida a la inflamación de las articulaciones, son otros de los argumentos.
Está sin embargo recomendada para los niños de entre uno y tres años , porque un vaso de leche es la mejor forma de tomar la necesaria dosis de unos 350 miligramos de calcio al día para el desarrollo de su esqueleto.
Investigación
Un estudio de 2010 demostraría que consumir lácteos a diario disminuiría la obesidad infantil
La relación entre la leche de vaca y el colesterol es otro punto polémico . La entera contiene un 3,5% aproximadamente de grasas saturadas; la semi desnatada un 1,5 y la desnatada un 0,3%. Cierto que es más de la que llevan las leches alternativas, pero no excesiva.
Según la epidemiología nutricional Jyrkia Virtanen, de la Universidad Eastern de Finlandia, el riesgo de contraer enfermedades cardíacas por el consumo de leche de vaca se da si se toma en grandes cantidades, por lo menos un litro al día de la entera.
La asociación puede deberse, explica, a que quienes toman tanta leche probablemente no siguen una dieta muy sana en general . "Pero no hay constancia científica", añade, "de que un consumo moderado pueda ser perjudicial".
Una mujer consumiendo un vaso de leche
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Coincide con un estudio de 2010 en que se valoraban las posibilidades de sufrir una dolencia cardíaca relacionada con la ingesta de leche. Si se comparaba al grupo de sujetos de la investigación que tomaba mayor cantidad de esta con el que lo hacía en la menor cantidad, el riesgo se reducía en un 8% en los primeros (un 21% si se trataba de infartos) frente a los segundos.
Según otras investigaciones, en forma de yogur puede ser eficaz para prevenir la diabetes tipo 2.
También se recomienda como bebida para tomar después de hacer ejercicio, por su combinación específica de proteínas e hidratos de carbono . Aunque se obtienen los mismos resultados sustituyéndola por queso o yogur.
Colesterol
La leche entera contiene un 3,5% aproximadamente de grasas saturadas; la semi desnatada un 1,5 y la desnatada un 0,3%
Otro de los puntos conflictivos en torno a la leche se refiere a las hormonas que se ingieren al tomarla. A las vacas se las alimenta con leche cuando están preñadas, lo que significa que el nivel de estrógenos que pasa a la leche se multiplica por 20.
Hay estudios que apuntan a que un exceso de esas hormonas puede estar relacionado con el cáncer de ovarios, pecho y útero . Pero otros lo desmienten y no hay una única postura en la comunidad científica.
Otro asunto controvertido se refiere a los antibióticos que pueden pasar de los animales a su leche. Lo cierto es que está prohibido utilizarlos si no es para tratar a las vacas de alguna dolencia concreta y en ese caso es obligatorio apartarlas y dejarlas un tiempo sin ordeñar . Existen unos mínimos de antibióticos que puede contener la leche y se hacen controles periódicos para comprobarlo.