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La UPV desarrolla nuevas técnicas para una producción ganadera más sostenible
El Instituto de Ciencia y Tecnología Animal de la universidad estudia el uso de recursos como subproductos vitivinícolas o cortezas de naranjas a la hora de alimentar a sus cabras y ovejas sin perjudicar la calidad de la leche producida
Una de las granjas de la UPV. Levante-EMV
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La Universitat Politècnica de València ha inaugurado dos nuevas granjas para la mejora genética y para trabajar en torno a los pequeños rumiantes con el objetivo de liderar proyectos de investigación europeos de impacto y formar, además, a estudiantes con el fin de adaptar la producción ganadera a los retos alimentarios, sociales y ambientales que se presenten actualmente. Estas instalaciones se suman a otras de gran relevancia para la producción animal, que llevan en funcionamiento en la UPV desde hace más de medio siglo , como la planta piloto de fabricación de piensos o de quesos y el laboratorio de análisis de leche.
En este sentido, el Instituto de Ciencia y Tecnología Animal (ICTA) de la UPV lleva a cabo distintas investigaciones realizadas a partir de la evaluación de la incorporación de subproductos vitivinícolas a la alimentación de cabras lecheras, orientadas a la transición ecológica y digital, o sobre la ganadería de precisión aplicada a la mejora del bienestar animal y la reducción del impacto ambiental.
El centro cuenta actualmente con varias granjas, en las cuales se estudian distintas técnicas para mejorar los retos futuros . Entre ellas, se encuentra una granja experimental de mejora genética , donde seleccionan líneas de conejo no comerciales para investigar el tamaño de la camada y la calidad de la carne . En ella, se ubica un laboratorio para poder realizar laparoscopias y registrar las tasas de ovulación y el número de embriones implantados. El director del ICTA, Salvador Calvet, señala que «estas mejoras genéticas, que se llevan a cabo poco a poco, permiten que el conejo pueda resistir el calor de la mejor manera posible o sea más fuerte contra las enfermedades».
Además, también trabajan con un núcleo de selección de conejos , que alberga cuatro líneas de conejo en reproducción cerrada y suministra animales a granjas multiplicadoras y a granjeros comerciales que establecen su propia multiplicación.
Pequeños rumiantes
Por otro lado, la UPV cuenta con una granja experimental de pequeños rumiantes . En este caso, como explica el director se están incluyendo técnicas para reducir los recursos que se utilizan . «A la hora de alimentarles, se gastan muchas materias primas, las cuales pretendemos sustitur». Así, los investigadores están probando otros métodos como proporcionar restos de productos agroalimentarios que contienen los nutrientes necesarios. «Estamos probando con restos de la industria que se utiliza para hacer hacer aceite de oliva o cerveza, los deshechos de la producción de vino, las cortezas de naranja... con el fin de reducir la dependencia de las materias primas », explica. Añade: «Hay que ver la cantidad que se les da a las ovejas y las cabras y como influye en la calidad final del producto, es decir, cómo afecta a la producción de leche».
En este sentido, también trabajan en una granja experimental de alimentación, que puede llegar a albergar 200 conejas reproductoras y su correspondiente cebo en dos naves cerradas, otras 42 conejas reproductoras en una nave climatizada con control variable de temperatura y otros 50 conejos alojados en jaulas de digestibilidad.
Reducir emisiones
Los expertos también trabajan en la reducción de emisiones a través de varias técnicas como el asesoramiento a los ganaderos o la puesta en marcha de pruebas de tratamiento de purines , que suponen uno de los problemas ambientales más importantes del sector agropecuario, el cual afecta tanto al cambio climático como a la calidad de las aguas y a la calidad del aire. En este sentido, Calvet recalca que «hay mucha desinformación al respecto». «La producción ganadera emite el 14% de gases de efecto invernadero, mientras que el 80% se debe a las acciones que realizamos día a día», explica.
Por último, la universidad centra su proyecto en la acuicultura a través de cinco líneas de experimentación, que permiten efectuar distintos proyectos con diferentes especies de agua dulce y salada. La instalación cuenta con una bomba de calor, que permite una temperatura constante todo el año.
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