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La producción de aceite de oliva en Castilla-La Mancha será el doble que la campaña anterior

16/11/2020
En: abc.es
Digital
Cuando los rayos del sol van bajando y su luz pierde intensidad en favor de las sombras, dejando atrás el calor de verano y en los meses centrales del otoño, es el momento en el que la aceituna alcanza su madurez en los árboles . Es en este tiempo cuando los mares de olivos que se extienden por la llanura manchega se llenan de avezados agricultores que recogen los frutos más selectos que se convertirán en oro líquido . La jornada comienza a primera hora de la mañana. Después de un breve desayuno, hay que emprender el camino a las olivas, donde el rocío de la madrugada mantiene aún húmedo el suelo y refleja la luz en las ramas repletas de aceitunas. Lo primero que se hace es dividir el olivar, se arropa el árbol con las mantas de recogida para que abarquen la máxima extensión posible y caiga el mayor número de frutos en su interior. La tarea, en teoría, parece sencilla, pero luego viene el vareo, que es golpear y hacer vibrar los brazos de los árboles para que las olivas se desprendan y puedan ser recogidas del suelo. Esta imagen tan romántica de pequeños olivareros vareando se mantiene, pero en las grandes extensiones la labor manual ha sido sustituida por máquinas que con gran efectividad recogen el fruto antes de su caída natural, evitando que se degrade el aceite y pierda propiedades. Y, después del duro trabajo, es la hora de recoger los frutos en forma de buenos resultados. Eso es, al menos, lo que asegura el consejero de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo , que dice de hacer al olivar de bajo rendimiento «competitivo, rentable y con futuro». Actualmente, supone el 86% del cultivo que tiene Castilla-La Mancha y se encuentra en las manos de 83.000 propietarios, lo que pone de manifiesto, en su opinión, el «gran componente social de este cultivo». Menos existencias en el mercado, un incremento progresivo de las exportaciones -con más de 700.000 toneladas hasta el mes de agosto a nivel nacional- y una previsión de 120.000 toneladas en Castilla-La Mancha indican que el punto de partida de la actual campaña del aceite de oliva en la región es bueno y debería ayudar a que se desarrolle con «buenos precios, rentables y competitivos», adelanta Martínez Arroyo. Unas previsiones con las que coincide Gregorio Gómez , portavoz sectorial del olivar de Cooperativas Agro-alimentarias Castilla-La Mancha, que habla también de alrededor de unas 120.000 toneladas de aceite en la campaña de este año. A su juicio, «será de una calidad excelente porque la enfermedad de la mosca del olivo no ha afectado y las condiciones climatológicas han sido buenas, pero aún es pronto para hablar porque en los últimos meses ha habido una sequía importante». El también presidente de la Denominación de Origen (DO) Montes de Toledo y gerente de Aceites Umbrión se encuentra en plena recolección de la aceituna de la cooperativa San Sebastián de Madridejo. Aunque de momento no sabe las cifras exactas, espera se llegue a unos 2 millones de kilogramos de aceite «de excelente calidad», ya que están seleccionando los mejores frutos de la variedad típica de esta comarca, que es la Cornicabra. «Hasta mediados de diciembre no ajustaremos bien las estimaciones, pero este año se prevé un incremento de la producción de aceituna y aceite de oliva en la región», afirma también a ABC el secretario general de Asaja (Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores) en Castilla-La Mancha, José María Fresneda . De este modo, aunque recueda que el pasado año fue una mala cosecha, con apenas unas 67.000 toneladas de aceite, vaticina que «esta campaña va a ser media alta porque, al menos se incrementará entre un 20 y un 30% más la producción, principalmente en el olivar tradicional». «Las condiciones climatológicas han sido muy buenas para su desarrollo. No se ha detectado enfermedades, solo muy puntualmente algún ataque de mosca y prays, con lo que se espera una calidad muy buena», subraya el responsable regional de Asaja, quien informa de que en el sur de Castilla-La Mancha ya ha comenzado la cosecha temprana, mientras que en el centro, en diez días, estarán recolectando y, por el norte, se cosechará hacia el puente de la Constitución. Una de las primeras zonas en iniciar la campaña fue la de la DO Campo de Calatrava en la provincia de Ciudad Real, cuyo director, César Cólliga , explica que apostaron un adelanto de la cosecha por varias razones: «la intensidad del aroma, las complejidades de las variedades de sus aceitunas y para evitar las enfermedades del olivo». Las cifras que manejan en esta comarca -que ampara los aceites que producen los olivares de 16 localidades en los que predominan los suelos volcánicos y una media anual de 5.210 toneladas de aceite que se recoge en 6 almazaras- llegan este año hasta los 21.000 millones de kilogramos de aceituna y unos 4 millones de kilos de aceite. «Se trata de una importante cantidad y, en cuanto a calidad, será muy buena porque el fruto muestra unas condiciones óptimas a nivel sanitario», afirma Cólliga, que achaca estas previsiones tan halagüeñas a la climatología tan propicia en el último año, con una primavera muy lluviosa y un verano caluroso para un buen desarrollo de la aceituna. El único puto negativo que señalan desde la DO Campo de Calatrava son los precios del aceite, hundidos desde hace dos años y sin visos de recuperación, a pesar del almacenamiento privado llevado a cabo a principios de año para recuperar las cotizaciones. En opinión de su director, el valor de los aceites en origen -alrededor de dos euros el kilo de virgen extra, y por debajo los virgen y lampantes-, es «devastador», pero mucho más cuando proceden de olivares tradicionales de secano. La actividad en este tipo de explotaciones «es ruinosa», apunta Cólliga, principalmente para los productores. Por ello, mientras que cumplen las exigencias que marca la norma de producción de Aceite Campo de Calatrava, a la hora de elaborar aceites exclusivamente con las variedades Cornicabra y Picual, el director de esta DO espera que los precios «remonten» y se valore a este producto como lo que es: oro líquido.
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