El balance del año en la región con más colmenas del país
La miel extremeña recupera producción, pero continúa lastrada por precios bajos e importaciones
Tras sumar varias campañas aciagas a causa de la sequía y la alta mortandad de las colmenas, en 2024 el sector apícola vuelve a moverse en unos niveles normales de cosecha
Un apicultor trabajando con sus colmenas. / Irma Collín
Eduardo Barajas
12 NOV 2024 7:00
El sector apícola extremeño ha recuperado este año unos buenos niveles de producción de miel -no así de polen-, después de atravesar varias campañas aciagas a causa de la sequía y de la alta mortandad de las colmenas. Lo que no ha mejorado en estos meses, sin embargo, son el resto de problemas, los de comercialización, que vienen castigando a los apicultores y que se resumen en bajos precios, falta de mercado y la competencia de unas importaciones masivas de miel de terceros países.
Con la campaña de otoño dando ya sus últimos coletazos, Ventura Gil, presidente de la Asociación Profesional de Apicultores Extremeños (Apaex), considera que el 2024, en términos de volumen, y considerando que se viene de «una serie de años con unas cosechas desastrosas» , ha sido bueno, con alrededor de cuatro millones de kilos obtenidos. «Ha habido una cosecha normal, de las que hacía años que no había. Y de enjambres ha sido fabulosa para la reposición de la mortandad», razona. Como contrapunto, alude a la «escasa» recogida de polen «porque coincidió con la enjambrazón».
«Si hubiéramos tenido un punto de partida con las colmenas buenas del otoño anterior, habría sido un año extraordinario», avanza José Antonio Babiano, presidente de la sectorial apícola de Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura. No obstante, el apicultor tuvo que emplear «parte de la producción para repoblar, por las muchas bajas que venían de años anteriores, y esas primeras floraciones no fueron cosechadas». «La campaña de primavera ha sido normal, la de verano escasa y la de otoño, aceptable», sintetiza, para un total que estima entre «las 4.500 y las 5.000 toneladas» . «Si la comparamos con las que venimos padeciendo, pues es una campaña que ha recuperado cierta normalidad, sin llegar a ser buena», considera. En cuanto a la última miel en recogerse, la de otoño, explica que para que se dé bien la temporada «tiene que llover» en agosto y que en ese mes las temperaturas no sean tampoco excesivamente elevadas. Y ninguna de las dos cosas ha ocurrido este año, en el que ha sido un mes «calurosísimo».
En esta misma línea, desde la organización agraria UPA-UCE se indica en nota de prensa que « el inicio de la primavera fue muy bueno y favoreció que las colmenas pudieran recuperar el nivel de cría y abejas . Eso dio como resultado un periodo bueno de enjambres, muy necesarios por las numerosas bajas que ha tenido el sector». Por el contrario, la recogida de polen se ha visto «perjudicada por las lluvias», lo que redujo su producción a unos 150.000 kilos, en torno «a un 20% o un 25% de lo normal» (unos 600.000 kilos). Y aunque aquí el precio sí que mejoró significativamente, no compensó el desplome de la producción. En cuanto a la de miel, según el cálculo de esta organización agraria, rondará los cinco millones de kilos, aproximadamente «el 80%» de una habitual.
Situación del mercado
El balance de 2024 empeora radicalmente cuando de lo que se trata es de analizar la situación del mercado, tras «dos campañas con precios a la baja, muy estancados», dice Babiano. Las mieles españolas «tenían un mercado extraordinario, muy afianzado en el centro de Europa, y ahora mismo tienen una comercialización muy difícil» , y con precios cada vez más devaluados a causa de su sustitución por las importadas, «mucho más baratas», sostiene. «Estamos hablando de hasta dos euros menos [por kilo] de como se vendían hace dos o tres años. Han caído en picado», lamenta.
A esto se suma, añade, otro factor que está parando todavía más la comercialización: que los operadores requieren a la producción nacional unos parámetros sanitarios mucho más exigentes de los que recoge la normativa y «muy difíciles de cumplir». El motivo, aduce este responsable cooperativo, es doble . En primer lugar, «necesitan mieles casi ecológicas» para poder «mezclarlas» con las de fuera -en las que estos niveles están «disparados»-, y obtener de esta manera un producto «que cumpla» con la norma . En segundo lugar, «al exigir este tipo de parámetros», en caso de no cumplirlos «consiguen siempre una reducción de los precios».
Así las cosas, «la miel que vamos comercializando es a cuentagotas, en partidas pequeñas, en contratos a muy corto plazo, sin grandes operaciones, con un precio estimado, pero que no es fijo, y con muy pocas ganas de comprar por parte de los operadores tanto nacionales como europeos», resalta. «Las naves de las cooperativas de Extremadura ahora mismo, en cuanto a miel, están abarrotadas», zanja.
Los precios «no son buenos para la miel, que se encuentra sin mercado» coinciden en UPA-UCE. «Estos precios vienen influenciados por la alta importación de mieles procedentes de China, en muchos casos adulterada y con niveles de control muy deficitarios », se esgrime. Elaborar un kilo de miel en Extremadura cuesta «entre tres y cuatro euros, mientras vemos cómo España ha importado 27.000 toneladas de miel a fecha de agosto por 1,77 euros», destacan. «Esta situación, unida a la falta de un etiquetado correcto y que proporcione información real al consumidor, puede hacer peligrar explotaciones apícolas recién creadas por jóvenes que intentan incorporarse al sector», señalan.
En la primavera pasada el Parlamento Europeo aprobó nuevas normas sobre el etiquetado de la miel que, entre otras cosas, obligarán a que el país de origen figure de forma clara en el envase. «Es una buena noticia», pero dado que se contempla «un periodo de adecuación de dos años» este cambio no tiene de momento «absolutamente ninguna repercusión en el mercado, porque a fecha de hoy se sigue haciendo lo mismo que se venía haciendo», puntualiza Babiano. Los operadores «van a apurar hasta el último minuto» para aplicar la nueva norma, pronostica.
«Es imposible competir con la miel china, tirada de precio, pero de dudosa o ínfima calidad. El consumidor debería decidir si paga o no un poquito más por un producto español de calidad»
Ventura Gil
- Presidente de la Asociación Profesional de Apicultores Extremeños (Apaex)
Independientemente de lo que ponga en el frasco, la miel que llega a España de terceros países «es mayoritariamente China», asevera Ventura Gil. «Este año ya van unas 40.000 toneladas», asegura. «Es imposible competir con una miel como esa, tirada de precio, pero de dudosa o ínfima calidad», reitera el presidente de Apaex, para quien es «el consumidor el que debería decidir si paga o no un poquito más por un producto español de calidad. Esa es la gran lucha que tenemos ».
Aunque figure llegada de «Ucrania, Turquía, Portugal, .... es toda China, lo que ocurre es que, una vez que entra en un puerto europeo, ya es como es si fuera de la UE», insiste Gil.
«Es una campaña en la que se ha recuperado un poco cierta normalidad, sin llegar a ser buena»
José Antonio Babiano
- Presidente de la sectorial apícola de Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura
En el caso de Portugal, se ha colocado como «uno de los mayores exportadores de miel a España, pero es de China que entra por Portugal. Como el envasador grande lo tenemos en Salamanca, le es más económico descargar en un puerto portugués que hacerlo en los de Valencia o Barcelona». Y en cuanto a Ucrania, apostilla, «aprovechan que los aranceles por la guerra están al 0% con la Unión Europea y la triangulan», pero «la miel no llega ni a pasar por allí, viene en contenedores desde China directamente a un puerto español».
Unos tres euros el kilo
Actualmente, afirma, «se está pagando a unos 3 euros el kilo», mientras que el coste de producción llega a estar «por encima de los 5 euros». «Estamos trabajando a pérdidas en la miel, da lo mismo que sean 10 toneladas que 20 que 50. Cuanto más produzcas, más pierdes» .
Detalle de un panal. / Irma Collín
Extremadura es la comunidad autónoma con un mayor número de colmenas de España (628.462 en marzo de este año, según el Ministerio de Agricultura). A pesar de la reducción que ha experimentado el censo en los últimos años (en 2020 eran 668.983) concentra más de un 22% de las que hay en España. «No debemos olvidar que este es un sector estratégico del que viven mil profesionales en Extremadura y que, además, genera importantes beneficios ambientales para el conjunto de la sociedad por lo que es fundamental el apoyo de las administraciones para garantizar su continuidad», se argumenta desde UPA-UCE, que también hace hincapié en que el problema con la sanidad apícola no han desaparecido: «La varroa mata muchas colmenas y los productos para la cura tienen poca eficacia, con los consiguientes gastos que esto supone» . «Necesitamos nuevos medicamentos para curar las colmenas, así como ayudas para la incorporación de los más jóvenes al sector apícola», se concluye.
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