Una nueva amenaza se cierne sobre el precio de los elementos más básicos para la alimentación global como el trigo, la cebada, el maíz o la soja. Estas materias primas se anotan importantes caídas respecto al año pasado, cuando la guerra de Ucrania aún estaba provocando graves alteraciones en las cadenas de suministro, teniendo en cuenta de que el país invadido por Rusia es uno de los mayores proveedores del mundo. Sin embargo, en los últimos días los precios de estas 'commodities' han vivido un fuerte despertar. Los futuros para diciembre del precio del trigo del Intercontinental Exchange, el índice con sede en Chicago que mide la cotización mundial de las materias primas, se disparan más de un 10,32% en los últimos cinco días. Desde que acabó mayo el avance de las mismas ya se sitúa en el 18%. Por su parte, el precio del maíz ha subido, pero de forma más leve, un 4,71% en los últimos cinco días y un 15,33% en el último mes. Este cambio ha roto la tendencia de estos valores que, desde el gran alza de 2022, habían vivido unas sólidas caídas durante todo el año y los precios ya se encontraban en mínimos de 2021, una situación que ha cambiado temporalmente las últimas semanas debido a dos motivos: las altas temperaturas mundiales y la nueva fase de la guerra de Ucrania. En primer lugar, Estados Unidos está viviendo una fuerte ola de calor que ha afectado a su huerta, golpeando a la cotización mundial de los alimentos. De hecho, la semana pasada, el Departamento de Agricultura de EEUU revisó a la baja sus previsiones de producción de maíz y trigo. Estados Unidos es el quinto exportador del mundo de la materia prima, con una producción anual de 44.800 toneladas. Actualmente el país tiene problemas con respecto al agua, una moderada sequía que se está cebando con el medio oeste del país, una de las zonas clave de su producción agrícola. Según el monitor se sequía de Estados Unidos, actualmente un 20% de potencia mundial está padeciendo una "sequía moderada" tras aumentar dos veces consecutivas. Desde la agencia climática del país norteamericano (NOAA) han reiterado que existe una "alta probabilidad" de que las sequías que se han instalado en el medio oeste persistan durante buena parte de toda la temporada de soja y maíz. También podría afectar, aunque en menor medida al trigo. En consecuencia la Fundación para el Desarrollo Agrícola ha avisado de que las exportaciones de EEUU de producción agricola bajarán un 21% respecto al año pasado hasta los 13.000 millones de dólares, con las cosechas de maíz cayendo hasta un 15% en 2023. Por otro lado está la situación de Ucrania. Tras meses a la defensiva, el país liderado por Zelensky se ha lanzado a una nueva contraofensiva contra los rusos, que podría durar meses. Hasta ahora, uno de los principales alicientes a la bajada continuada del precio del trigo fue el acuerdo de exportación de grano a través del mar negro por parte de los dos actores del conflicto. El tránsito normal de fletes rusos también daba muchas certezas al mercado, pues el invasor exporta más trigo que toda la Unión Europea, siendo el principal suministrador del mundo con 33.000 toneladas. Ahora no solo hay más dudas respecto al cumplimiento del acuerdo, sino que ya hay problemas logísticos derivados de esta ofensiva. Uno de los últimos episodios fue la destrucción de la presa de Kakhovka cerca del río Dnieper y Jersón. Esta infraestructura era clave para suministrar agua a las tierras agrícolas del sur del país. Por lo tanto, su destrucción se anticipó por parte de los mercados como una amenaza para la producción y exportación. Ucrania era antes del conflicto el quinto exportador de esta materia prima en todo el mundo, tal es su posición que en lo que va de temporada agrícola 2022/2023, ya ha conseguido exportar 6,3 millones de toneladas de trigo con su país asediado y con la gran parte de su población militarizada.