Según los cálculos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la guerra en Ucrania podría elevar el número de personas que padecerán hambre en 13,1 millones con respecto a un escenario base ya creciente como consecuencia de la Covid 19 . Ante esta crisis alimentaria, los gobiernos no pueden esperar; es preciso actuar urgentemente en búsqueda de soluciones eficaces. En Ucrania la agricultura es de crucial importancia desempeñando un papel fundamenta l para la economía de todo el país. Así, la enorme destrucción de los cultivos y la infraestructura por el conflicto pone en peligro la producción y la seguridad alimentaria. Además, el desplazamiento forzoso de la población civil que huye y el reclutamiento de los hombres para la defensa del país están provocando escasez de mano de obra, incluso en el sector primario. Asimismo, la situación se ve agravada por la reducción del acceso a insumos agrícolas de crucial importancia . Por todo ello, aunque la guerra pudiera terminar hoy, se necesitarían unos 115,4 millones de dólares estadounidenses p ara prevenir un mayor deterioro de la inseguridad alimentaria y el agravamiento de las perturbaciones en las cadenas de suministro de alimentos de Ucrania. Es fundamental que los agricultores ucranianos puedan regresar al campo esta primavera para salvar la cosecha de trigo y prevenir un mayor deterioro de la situación de inseguridad alimentaria que vive el país. Pero la crisis alimentaria va mucho más allá de las fronteras de Ucrania . Como registra el índice mundial de la FAO, los precios de los alimentos han alcanzado su nivel más alto desde 1990 el pasado mes de marzo. Abril por fin ha dejado entrever un ligero cambio de tendencia, pero se mantienen en niveles altos debido a la guerra de Ucrania, es decir un 29,8 % por encima del valor registrado en el mismo mes del año pasado , y para 2022 se prevé que la inseguridad alimentaria mundial empeore, haciendo registrar hambrunas localizadas en distintas partes del mundo. El descenso de 5,7% en el índice de aceites vegetales hizo disminuir el indicador medio, pero los precios se mantienen en un nivel históricamente alto por la incertidumbre sobre las exportaciones de aceite de palma de Indonesia, el mayor exportador del mundo. Desde que el gobierno indonesio anunció un embargo hace 10 días, el precio del aceite creció de hecho casi un 14%. Hay que destacar la urgencia de los paquetes de medidas que la FAO propone adoptar ya que las herramientas de las que disponemos y l a actual movilización de recursos no permiten atender las crecientes necesidades de los países afectados por las crisis alimentarias. Piensen por ejemplo que millones de bebés, nacidos de madres que se desnutrirán debido a esta nueva crisis, no pueden esperar a que se reanuden los programas de desarrollo en materia de nutrición , porque si esperamos sufrirán las consecuencias de la desnutrición temprana durante toda su vida. Desde la FAO a pelamos a los gobiernos y a las instituciones para que se pongan en marcha nuevos mecanismos por parte de la comunidad internacional para revertir estas tendencias. En particular, proponemos la creación de un nuevo Fondo de Financiación de las Importaciones de Alimentos (FFIA), con el fin de facilitar el financiamiento de los sustanciales incrementos en los costos inmediatos de la importación de alimentos que normalmente realizaban antes de la crisis de Ucrania los países más vulnerables que, dados sus altos niveles de endeudamiento, no tienen acceso a fuentes alternativas de financiación. Las primeras estimaciones indican que serían necesarias nuevas aportaciones para un volumen de financiación de entre 25.000 a 2.500 millones de dólares estadounidenses para cubrir las necesidades más inmediatas de los países más vulnerables donde se buscaría cubrir entre el 10% y el 100% del cambio en el coste de las importaciones de alimentos por el incremento de los precios. Este fondo ayudaría a garantizar de este modo la seguridad alimentaria en aquellos países expuestos a mayores riesgos. Serían elegibles los países importadores de alimentos en los grupos de ingresos bajos y medianos de la clasificación de ingresos del Banco Mundial, extendiendo la elegibilidad también a los países importadores netos de alimentos miembros de la AIF (Asociación Internacional de Fomento). El fondo complementaría los mecanismos existentes en el sistema de las Naciones Unidas y se activaría únicamente en caso de necesidades urgentes . Asimismo, el FFIA tendría como objetivo la resiliencia futura, ya que los países beneficiarios tendrían que comprometerse a invertir en sistemas agroalimentarios sostenibles. En suma, urgen medidas innovadoras . Debemos intensificar nuestros esfuerzos, de manera coordinada y eficiente, para ofrecer soluciones reales en todas las zonas de crisis. El Fondo propuesto por la FAO ofrece soluciones inmediatas en un momento particularmente delicado y apremiante dotando a los países y hogares que más lo necesitan de herramientas para hacer frente a la crisis alimentaria de manera rápida e i ncentivando el aumento de la producción y la productividad de manera sostenible.