Así lo han informado desde el Consejo Regulador Vino Málaga (CRDO) en un comunicado, apuntando que el rendimiento final obtenido, en cantidad y calidad, dependerá de cómo evolucionen las condiciones agronómicas del cultivo en esta fase, pero también de las circunstancias que se han dado hasta el momento. En este sentido, las precipitaciones han sido un 25 por ciento menores a la media histórica, aunque puntualmente superiores en enero y abril. Respecto a la temperatura, los registros medios concuerdan, prácticamente, con los históricos, habiendo sido ligeramente cálidos en primavera. Por otra parte, no se han producido incidencias importantes respecto a plagas o enfermedades, por lo que el cultivo se encuentra en general en buen estado fitosanitario y con un desarrollo vegetativo apropiado. Ante esto, en cuanto a la cantidad, han indicado que "es predecible una cosecha algo inferior, sobre un diez por ciento, ya que la escasez de precipitaciones es recurrente en el último lustro, cuantificando la campaña en unos 3,7 millones de kilogramos". Sin embargo, "la calidad organoléptica se puede calificar de buena a muy buena", han asegurado. La zona de producción vitivinícola de la provincia de Málaga se compone de siete territorios entre la Axarquía, Montes de Málaga, Norte de Málaga, Serranía de Ronda, Manilva, Sierra de las Nieves y Costa Occidental. Estas zonas poseen características orográficas y mesoclimáticas muy diversas, lo que conlleva que la vendimia en Málaga se desarrolle en un intervalo temporal muy amplio, desde finales de julio hasta mediados o finales de octubre.