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¿Es reversible la crisis en el sector de la almendra?

02/02/2023
En: lavanguardia.com
Digital
La producción de este fruto seco ha caído en picado a causa del cambio climático y la competencia con la almendra de importación Luces y sombras de la nueva ley que regula las macrogranjas de vacuno El sector de la almendra está en crisis. Esto ocurre al menos desde 2020, según muestran unas cifras que no invitan precisamente al optimismo. Según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) la producción de almendra con cáscara cayó en 2022 un 32,5% frente a 2021 y un 49,88% respecto a 2020. Esta debacle se debe principalmente a dos causas: el cambio climático, que afecta decisivamente a las cosechas, y la competencia con la almendra de importación. Así lo explica Manuel Barnés, tercera generación de Almendras Barnés, en Granada, una empresa familiar dedicada a la producción y transformación de almendras desde hace más de cuarenta años. Barnés constata el nerviosismo de un sector que consta en gran parte de muchos pequeños productores, algunos de ellos con los campos sin asegurar, que ven no solo cómo se quedan sin cosechas, sino cómo los precios descienden sin remedio. "Por un lado, el cambio climático afecta tanto al cultivo de la almendra como a la agricultura en general. El hecho de que el frío y el calor vengan a destiempo, como ha sucedido en los dos últimos años, es devastador para la producción. Si añadimos que el precio es cada vez más bajo por el excedente de almendra americana, evidentemente la crisis está servida", afirma. Así pues, mientras un agricultor medio puede cobrar la almendra a unos 4 € aproximadamente, dependiendo de la variedad, "nos encontramos con que en el puerto de Valencia se está vendiendo almendra americana a 3,50 €, un precio con el que no se puede competir", explica Barnés, quien, no obstante, compra únicamente almendra local a productores de la zona de Granada y alrededores, además de obtenerla de los campos propios. "En muchos casos, la almendra californiana que llega a España procede de cosechas anteriores, de modo que la calidad no es la misma. Ante tanto excedente es normal que los precios bajen, cosa que afecta muchísimo al sector", continúa el actual responsable de Almendras Barnés. "Para nosotros adquirir almendra de proximidad es el reflejo de un compromiso con los productores de aquí: después de cuarenta años no vamos a cambiarlo, por territorio, por amistad... por muchos factores", explica Barnés, quien desde la resistencia asiste con resignación al auge de la almendra americana en diferentes ámbitos de la industria. Otra de las empresas procesadoras de almendra que tampoco trabaja con almendra americana es Almedrun, en Ciudad Real, que compra este fruto seco en toda España, pero da servicio únicamente a la zona de Castilla La Mancha. "No solo se debe mirar el precio a la hora de comprar almendra americana. Hay que tener en cuenta que este gesto encarece el transporte, incrementa el gasto de energía y, en definitiva, amplifica la huella de carbono. Teniendo en cuenta que estamos yendo hacia un mundo más eficiente y sostenible, y que desde la compañía estamos potenciando la energía solar, parece un sinsentido ir a buscar almendras que llegan desde la otra punta del planeta", afirma el director comercial de Almendrun Luis Miguel Díaz Ortega, quien remata: "La calidad de la almendra española es mejor". Díaz explica también cómo las incidencias climáticas de los dos últimos años han puesto en jaque a un sector que, de momento, espera con expectación lo que ocurrirá esta primavera. "En la zona centro de España, igual que en el norte, hemos tenido problemas de heladas durante dos años consecutivos, lo que ha hecho muchísimo daño a la producción, que en muchos casos ha sido nula", señala. El responsable de Almendrun se refiere concretamente a aquellas heladas que se producen "a destiempo", concretamente en los meses de marzo y abril, que es cuando el almendro florece, ya que las de invierno sí que favorecen las cosechas. "Que haya heladas en enero es muy bueno para el árbol, porque es una manera de paralizar la planta completamente. Sin embargo, cuando la flor ya ha madurado y adquiere el tamaño de una bellota las heladas pueden ser letales, que es lo que ha ocurrido en las dos últimas temporadas", explica. Por su parte, Barnés señala además que otros dos factores a tener en cuenta cuando hiela son la intensidad del frío y las horas a las que hiela: "Llevamos dos años en los que hiela de -5 a -7 grados y en que la helada dura de dos a cinco horas, es decir prácticamente toda la noche. Eso es letal para los almendros una vez ya han florecido". Del mismo modo que las heladas primaverales afectan a la producción, también lo hacen las altas temperaturas registradas en meses como noviembre y diciembre, cada vez más habituales. "El clima ideal para los almendros es que los inviernos sean fríos, para que no empiece a abrir la flor cuando no le toca. El año pasado, además, llegó polvo del Sáhara a la zona de Andalucía a través de unas lluvias que provocaron barro y los pistilos no pudieron polinizar, además de que tampoco había suficientes insectos polinizadores", explica el responsable de Almendras Barnés. Todo esto provoca, en palabras de Díaz, que poco a poco "la genética del árbol se vaya confundiendo", de modo que en algún momento, si el cambio climático persiste, la crisis pueda ser irreversible no solo para el sector de la almendra, sino para el sector agroalimentario en general. La pregunta ante esta situación complicada debería ser, pues, si la cosecha que está por llegar puede dar alguna alegría al sector. Díaz matiza: "Con la primera helada siempre cuentas. Como agricultor siempre haces una previsión de que se puede tener una mala cosecha, pongamos, cada diez años. Para eso están también las aseguradoras, porque existe esa precaución. Sin embargo, que se haya dado el mismo patrón dos años seguidos hace que haya mucho nerviosismo, de modo que muchos agricultores están esperando a ver qué pasa este año y, si la situación se repite, dar otra salida más estable a sus fincas". Los cereales de alto rendimiento, por ejemplo, son una opción viable para muchos agricultores, pese a que Díaz todavía mantiene la esperanza. "Si tenemos la suerte de que este año no hiele y se pueda mantener la producción en un buen nivel, las almendras van a ser espectaculares. Los árboles están muy descansados después de dos años y si las cosas van bien se podría remontar", explica el director comercial de Almendrun. Barnés coincide con él. "Aunque no ha sido el mejor de los inviernos para el almendro, ya que las altas temperaturas de los meses de noviembre y diciembre hacen que no se haya dado el ciclo de parar la savia, lo cierto es que todavía hay esperanzas de salvar la cosecha. Es posible que sean precisamente las zonas más afectadas durante la cosecha pasada las que tengan mejores resultados este año". En cuanto a la crisis de los precios , Barnés no parece tan optimista: "Lamentablemente, es probable que muchos productores se vean obligados a bajar precios, porque la almendra no es un producto de primera necesidad, sino más bien un lujo", apunta. Si además tenemos en cuenta que la almendra de California de cosecha vieja, con precios muy ajustados, está permanentemente disponible en el mercado, la situación no parece muy halagüeña para este fruto seco a nivel local. "La industria va a cazar gangas y hay una buena parte de ella que no necesita almendras de primera calidad para elaborar sus productos, por tanto priorizan lo barato. Por eso la almendra no despega", concluye.
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