Los productores de aceite de la comarca del Somontano llevan años soñando con la creación de una denominación de origen (DO). El proyecto ya comenzó a fraguarse en el 2004, pero la crisis económica obligó a paralizarlo. Ahora cinco almazaras y cooperativas del territorio han decidido sacarlo del cajón y acelerar la constitución de la DO. El objetivo es claro: impulsar las ventas y revalorizar un producto y un cultivo asentado desde hace siglos en la comarca.
«Los olivares que tenemos aquí no tienen nada que ver con los intensivos de Andalucía a nivel de costes de producción; la denominación nos puede ayudar a darles el valor que merecen», subraya Carlos J. Domínguez, gerente de la almazara Ecostean, uno de los cinco productores que han decidido reactivar el proyecto. «Lo bueno es que estamos todos los que elaboramos aceite en la comarca», apunta Domínguez, que destaca que la unión siempre es importante en este tipo de iniciativas.
Además de Ecostean, en la creación de la DO se han embarcado las cooperativas de la Unión y de San Antonio, Aceites Ferrer y Aceites Noguero. Todas ellas buscan impulsar su comercialización cuando la nueva denominación esté en marcha. «Para salir al exterior, por ejemplo, es fundamental contar con una DO que te respalde y te posicione en el mapa», señala Domínguez.
Actualmente, estas cinco almazaras y cooperativas venden sobre todo en Aragón y en España, aunque también han dado el salto a otros mercados. Es el caso de Ecostean, cuya producción ecológica (en torno al 40% del total) se vende casi en exclusiva en Francia. «Todas las empresas vendemos todo lo que elaboramos, pero con la DO podríamos seguir creciendo y revalorizar el sector para pagar un precio justo a los agricultores», añade.
Precisamente, la actividad está viviendo una grave crisis en este sentido y organizaciones como COAG, Asaja o UPA han convocado una manifestación el 10 de octubre en Madrid ante los bajos precios en origen.
La complejidad burocrática hará que la DO no esté operativa hasta al menos dentro de dos años, un «largo camino» en el que van a colaborar otras diez entidades como la propia comarca del Somontano, el sindicato UAGA o la Escuela Politécnica de Ingeniería Agricola de Huesca. «Toda ayuda es bien recibida», agradece Domínguez, que recuerda que hay almazaras hasta con 200 agricultores asociados. En la comarca hay 3.000 hectáreas de olivar y unas 19 variedades.