Posdata
Cítricos y caquis se convierten en la alternativa en Carlet al declive de la fruta
Los buenos resultados de la última campaña de fruta de verano, ya con un mínimo histórico de superficie de cultivo, puede frenar el arranque de plantaciones
«El abandono de campos en nuestro término municipal no es en absoluto significativo»
Un campo de frutales arrancado este verano y, al fondo, una plantación de cítricos joven en el término municipal de Carlet. Agustín Perales
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La campaña de fruta de verano ha dado por fin una alegría a los agricultores de la Ribera después de cinco años consecutivos en los que la falta de rentabilidad en un tipo de cultivo que necesita además de mucha mano de obra derivaba en una sucesión de plantaciones arrancadas que, en el caso de Carlet, el mayor productor de fruta de hueso de la Comunitat Valenciana, se ha traducido en una reducción de cerca del 70 % de la superficie de cultivo , lo que ha dejado la extensión dedicada a melocotones, nectarinas, albaricoques o paraguayos en un mínimo histórico.
La gran cantidad de parcelas arrancadas no se ha traducido, no obstante, en un abandono de campos. El presidente de la Cooperativa Sant Bernat de Carlet, Álvaro Nogués, explica que el agricultor ha sustituido la fruta de verano por clementinas y clemenvillas tardías como las variedades Nadorcott o Tango en el primer caso -Sant Bernat ha sido este año plataforma de cooperativas alrededor de la variedad Nadorcott- y clemenvilla Nova en el segundo, pero también ha introducido variedades de naranja como la Chislett, Power o Lanes, entre otras, además de caquis . «El agricultor sigue plantando caquis», incide Nogués, que asegura que, a diferencia de lo que sucede en otras localidades, en el término municipal de Carlet el abandono de campos «no es significativo en absoluto».
Pascual Fandos
«Siempre hay alguien que debido a la falta de relevo generacional pueda abandonar, pero el agricultor que está en cooperativas mantiene sus campos (...) El mundo de las cooperativas continúa vivo en este sentido porque, más o menos, los deberes se hacen y procuramos que el agricultor pueda beneficiarse de todas las subvenciones que hay y eso nos ha dado vida», señala Nogués, mientras explica que la cooperativa está apoyando con fondos operativos y de la propia entidad esta reconversión.
El dirigente de la que, pese a la sustancial reducción de cosecha, continúa siendo la principal productora de fruta de la Comunitat Valenciana incide en que este año las liquidaciones «no son malas» y que, en base a estos resultados, «habrá agricultores que pensaba arrancar la fruta y no la arrancará».
Álvaro Nogués valora que, con una producción de algo más de cuatro millones de kilos, la campaña de la fruta entra en parámetros de normalidad en base a la superficie de cultivo que se conserva en el término municipal.
Fuentes de la cooperativa estimaban al inicio de la campaña en torno a 3.000 hanegadas la superficie de cultivo que mantienen los socios con fruta de hueso, mayoritariamente de melocotón y nectarina, cuando hace escasamente cinco años se computaban en torno a 10.000 hanegadas.
La concatenación de sucesivas campañas ruinosas para el productor bien por los bajos precios de la fruta, que tiene una dura competencia de otras zonas productoras, bien por las mermas provocadas por una climatalogía adversas, ha derivado en un abandono progresivo de este tipo de cultivo que, además requiere de mucha mano de obra en el proceso de producción. Carlet ha sido tradicionalmente la principal área productora de fruta de hueso y una mirada retrospectiva permite comoar que en los años noventa se llegaban a alcanzar producciones de 30 millones de kilos. Pese al progresivo descenso, continúa como la principal área de fruta de verano en la Comunitat Valenciana, señala Nogués.
«Precios como los obtenidos esta campaña casi no se recuerdan»
Cooperativas y agricultores están satisfechos con el resultado de la campaña de fruta. «Precios como los de este año no se recuerdan, ha habido algo de merma, pero la fruta ha presentado muy buenas condiciones de calibre y calidad y no ha habido un destrío exagerado. Sobre todo a la fruta temprana, el calor de abril le vino muy bien», comenta el director comercial de Coalmar, la entidad nacida de la fusión de las cooperativas de Alfarp y Llombai, Borja Marí.
El presidente de Sant Bernat de Carlet, Álvaro Nogués, señala que las liquidaciones «no han sido malas». «Mayo fue un mes bueno porque ha quedado un hueco debido a que en otras zonas productoras las variedades tempranas están desapareciendo, pero en la primera semana de junio cayó el mercado», expone Nogués, que estima en una media de 0,70 €/kg el importe de las liquidaciones .
«Ha sido un año con las horas de frío y el comportamiento del invierno correcto y la fruta tenía calibre», expone.
El director comercial de Coalmar, por su parte, cifra en torno a 1,5 millones de kilos la fruta trabajada entre aportaciones de socios y la aportada por otras cooperativas y, por lo que respecta a las liquidaciones, señala que se han pagado 0,65 €/kg, una vez descontados gastos de recolección y el seguro, en albaricoques, por encima de euro el kilo en el melocotón, en torno a 1,10 la nectarina, mientras que el que el paraguayo ha presentado más problemas y las liquidaciones se han quedado en torno a 0,50 €/kg.
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