El sistema de catas de aceite de oliva, por el que un panel de catadores determina la calidad de la 'joya de la corona' de nuestro sector agroalimentario -es decir, si el aceite de oliva es virgen, virgen extra o lampante- está cuestionado por el sector menos de un año después de su última modificación por el Ministerio de Agricultura . En concreto, productores e industria han puesto sobre la mesa una propuesta: la realización de análisis oficiales antes del envasado ('ex-ante'), con una vigencia legal de un año, y que constaría de una cata y pruebas fisicoquímicas. Tanto Cooperativas Agro-Alimentarias de España; la Asociación Española de la Industria y Comercio Exportador de Aceite de Oliva (Asoliva) y la Asociación Nacional de Industriales, Envasadores y Refinadores de Aceites Comestibles (Anierac) , entre otras organizaciones, critican que este tipo de pruebas genera inseguridad jurídica y daños reputacionales, ya que al hablar de las discrepancias entre paneles se usa términos como «fraude». Desde Cooperativas Agro-Alimentarias creen que es «un buen método para la clasificación de cara a la comercialización, pero como método de control oficial no lo es» y recuerdan que el aceite de oliva es el único producto alimentario que su control oficial «está basado en un sistema organoléptico (cata)». Todo la anterior implicaría, señala el director de Anierac Primitivo Fernández , «más exigencias que las contempladas en la regulación europea, más garantías». Es decir, unos parámetros fisicoquímicos (grado de acidez, índice de peróxidos u oxidación inicial, absorbancia de ultravioleta o Espectrometría UV) y organolépticos (frutado, defectos...) superiores al actual estándar con la idea de añadir más garantías. Además operadores e industria añaden que durante el año de vigencia del control habría pruebas periódicas, para verificar la autenticidad del aceite que llega a los lineales. Al respecto, el director general de Asoliva Rafael Pico, apunta que la propuesta cuenta con la unanimidad dentro de la Interprofesional del Aceite de Oliva Español (IAOE) y nace con la ambición de «extenderla a la normativa internacional». Un movimiento que, en su opinión, debería «liderar» España como el gran referente a nivel mundial con un 44% de cuota de mercado y la mayor extensión del planeta de olivar: 2,7 millones de hectáreas cultivadas por 400.000 olivicultores de 35 provincias. La iniciativa del sector, asegura el representante de Asoliva, tiene por meta «dar seguridad jurídica a las empresas» y trata de defender la producción española en Estados Unidos o Australia . «No hablamos de cerrarnos a las importaciones, sino de dar armas a los exportadores y seguridad a los consumidores», concluye. Desde Cooperativas recuerdan que ya se ha formado un grupo de trabajo junto al Ministerio de Agricultura y la Junta de Andalucía para estudiar métodos alternativos al análisis sensorial o cata ( 'Proyecto Sensolive' ), pero admiten que «por el momento es complicado de conseguir» en referencia a la 'Nariz electrónica' . En esta línea, también quieren aumentar la exigencia Hace menos de un año que el Ministerio de Agricultura aprobó la última modificación del sistema de catas de aceite de oliva. Por ejemplo, los paneles deberán ser autorizados por las autoridades competentes (las comunidades autónomas y el Estado , si es para aplicar el régimen aduanero y arancelario), para asegurarse de su idoneidad e independencia. Además los catadores deberán superar determinadas pruebas de aptitud periódicas. La reforma también crea la Mesa de Jefes de Panel para la «armonización de las actuaciones», una crítica recurrente del sector. Fuentes del Ministerio de Agricultura consultadas defienden las catas (o análisis organolépticos) como «el único método científico avalado para diferenciar el Aceite de Oliva Virgen Extra del Virgen » y recuerdan que «está aceptado mundialmente tanto por el COI (organización mundial de referencia científico técnica en este ámbito) como por la Unión Europea ». Además, desde el departamento dirigido por Luis Planas , reivindican la nueva Norma de Calidad aprobada en agosto «creando una nueva herramienta para asegurar la trazabilidad de los movimientos de aceite de oliva».