HOYAGRO Vuelve la proteína animal a los piensos
ANÁLISIS AGRARIO
JUAN QUINTANA WWW.JUANQUINTANA.COM
Lunes, 6 septiembre 2021, 12:06
Con la aprobación por la Comisión Europea del Reglamento 2021/1372 sobre la prohibición de alimentar a animales de granja no rumiantes con proteínas derivadas de animales, se revierte una situación generada hace ya veinte años como consecuencia de la crisis de las vacas locas, y que ha producido un importante trastorno al sector de los fabricantes de piensos y a los propios ganaderos.
Esta nueva regulación, que entra en vigor desde principios de este mes de septiembre, autoriza el uso de proteína animal para pienso de porcino y aves de corral, pero siempre cruzada. Es decir, para evitar el llamado canibalismo, algo a lo que ha habido una fuerte oposición, se podrán usar las harinas de carne de origen porcino en los piensos para aves de corral y viceversa, pero nunca para la misma especie.
En un país como España, con un sector de porcino en la vanguardia de la producción mundial y un potente sector avícola, y también con una dominante industria del pienso, puede ser una excelente oportunidad de reforzar todavía más nuestro posicionamiento en el mercado global. Un cambio por el que lleva peleando desde 2005 el sector y que se ha visto frenado por una singular interpretación bioética del ya mencionado canibalismo animal y no por criterios técnicos o sanitarios. Hay que recordar que esta práctica en animales es relativamente habitual, siendo muchas especies las que devoran a sus propios congéneres en determinados momentos y circunstancias. En todo caso una posición europea excepcional que no aplican otros muchos espacios económicos, por no decir ninguno.
Supone un paso adelante en el modelo de economía circular. Subproductos que antes tenían que ser eliminados, con el correspondiente coste económico y medioambiental, ahora podrán ser reutilizados volviendo a entrar en la cadena de producción de alimentos.
También es importante destacar la mejora en el perfil nutricional de los piensos, ya que la proteína animal es de mayor calidad, con aminoácidos esenciales no presentes en la de soja. Su mejor digestibilidad también conlleva la reducción de emisiones y, por tanto, el impacto en el medioambiente.
Pero además, en este mismo Reglamento se autoriza el uso de harina de insectos en la composición alimentaria de los piensos de aves y porcino. Ya recordábamos en mayo pasado en este mismo espacio, que la estrategia de la Comisión Europea De la granja a la mesa, propone a los insectos como una fuente proteica alternativa, con el objetivo de llegar a un modelo alimentario más sostenible. Algo también reconocido por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) que los considera un alimento saludable y nutritivo, fuente de grasas, proteínas, vitaminas, fibra y minerales.
Con respecto a las harinas de insectos, tienen muchas ventajas, como tener un elevado nivel de conversión, ser más barata, etc. por lo que son un importante atractivo tanto para la industria de la alimentación animal como para el sector productor. Además, hay que recordar que los insectos forman parte de la alimentación de las aves cuando estas se encuentran en sus hábitats naturales, por lo que de alguna manera, su futuro modelo alimentario se aproxima un poco más a su dieta originaria; incluso a la de los cerdos, que no olvidemos son omnívoros.
El cambio no será inmediato, ya que todavía es necesario invertir y desarrollar mucho I+D en este campo para llegar a producir a gran escala y ajustar la fórmulas a esta nueva materia prima. Por otro lado, la producción de insectos es todavía reducida, aunque se prevé se desarrolle cada vez más según aumente la demanda de los fabricantes de piensos compuestos.
Pero sobre todo, tanto la proteína de insectos como la de porcino y aves, va a permitir reducir la todavía fuerte dependencia de soja para la elaboración de piensos.
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