El norte español está en alerta. La enfermedad hemorrágica zoótica (EHE), que el año pasado quitó la vida a 2.300 cabezas de ganado solo en suelo cántabro, roza los 90 casos activos en la región en su segunda ola. Esta vez hay vacuna Cantabria revive la pesadilla de la enfermedad hemorrágica epizoótica , un virus que afecta a vacas o ciervos y hace justo un año se llevó por delante 2.300 cabezas de ganado bovino tan solo en suelo cántabro. Este verano, la comunidad vive una nueva explosión de contagios con casi 90 casos activos y 19 reses muertas . Aunque hasta hace menos de dos años no apareció por primera vez en España, la EHE ha entrado pisando fuerte y sembrando la preocupación entre los ganaderos, cuyos animales sufren heridas en la boca, fiebres o problemas para comer y respirar. Ahora, regiones como Asturias -aún sin casos confirmados- miran con preocupación la situación junto a su frontera, mientras se siguen dando casos en otras zonas del norte como Galicia, Castilla y León o País Vasco. " Las administraciones deberían ser más ágiles ", determina Alberto Pérez , secretario general de UPA en Cantabria, la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos. Aunque reconoce que, al menos de momento, parece que la incidencia no es alta en las zonas donde el virus golpeó con más fuerza el año pasado -todo apunta a que los animales supervivientes están "inmunizados"-, sí incide en que la franja sur y la comarca de los Valles Pasiegos tiene más afección. "Podría bajar hacia la zona de la costa", advierte el líder sindical, que manifiesta su preocupación por esta última oleada. "La mortandad crece y los animales quedan muy tocados", resume. El Gobierno de Cantabria, donde ya hay tres comarcas afectadas, sopesa volver a lanzar ayudas dirigidas a los ganaderos para paliar los efectos de este segundo golpe, como ocurrió tras la aparición de los primeros casos hace un año. El consejero de Desarrollo Rural, Ganadería y Pesca, Pablo Palencia , insiste en que sus previsiones apuntan a que esta vez habrá menos incidencia al haber ejemplares inmunizados y pide confianza a los ganaderos. "No hace falta que nadie reivindique unas ayudas que ya están contempladas", apuntaba nada más arrancar la semana, en referencia a las reclamaciones de los sindicatos. El portavoz regional de una de las agrupaciones mayoritarias, COAG (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos), Luis Pérez, alerta de que este año el virus adelantó el calendario y se consolidó un mes antes que la última vez, en agosto. Pero tienen una esperanza. " Las vacunas están bien, pero han llegado tarde ", considera. El grupo biotecnológico Zendal, a petición del Ministerio de Agricultura, aprobó el pasado mes de julio una inoculación a raíz de la emergencia sanitaria que provocó la aparición de este virus animal. Las primeras dosis ya han sido comercializadas e inyectadas en parte del ganado cántabro, apunta el portavoz de COAG; pero los primeros casos llegaron este agosto y las dosis "tardan 42 días en proveer de inmunidad" a los ejemplares en riesgo de contagio. Además, es una vacuna nueva. "Habrá que ver si produce efectos secundarios, cómo reacciona el ganado... Es ahora cuando empezará a estudiarse y monitorearse, así que todo puede pasar", señala. Esta cura se adquiere además a título personal. Es decir, las compran los particulares -debe recetarla un veterinario- para proteger a sus vacas por unos 10 o 12 euros la pauta completa . Por el momento, Pérez aspira a que el Ejecutivo regional apruebe finalmente esos bonus económicos que ya les dieron un respiro hace un año, de "unos 1.000 euros por vaca de carne y otros 1.500 por las de leche". La enfermedad hemorrágica epizoótica (EHE) sembró la alerta hace poco más de un año, cuando comenzó a detectarse en vacas o ciervos y a expandirse por distintos puntos del país. El primer caso surgió en Andalucía , provincia de Sevilla. Pero un verano después la amenaza vuelve con fuerza, y esta vez es el norte el que queda señalado. Se transmite a través de un mosquito y provoca fiebres, heridas en la boca o dificultades para comer y respirar en los animales afectados. No es contagiosa ni tiene efectos probados sobre la salud humana, pero sí lleva a muchos ejemplares hasta la muerte y riega de pérdidas al sector. Este fenómeno realmente es muy reciente en el territorio. El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación indica que ha circulado históricamente por casi todos los continentes -América del Norte, Australia, Asia y África- salvo por Europa , donde no apareció hasta hace muy poco. El 10 de noviembre de 2022 se avistó el primer caso en Italia , cuando se infectaron varias explotaciones de ganado bovino en la isla de Cerdeña y poco después, en Sicilia. A finales de ese mismo año el virus asomó cabeza en España, y hoy se ha convertido en una de las grandes preocupaciones en el mundo del campo. Cantabria es de las regiones con más impacto, pero no la única en la que ha vuelto a sonar esta pesadilla entre los trabajadores del campo. Ganaderos de Cantabria, Galicia , Castilla y León , País Vasco o Asturias temen por esta nueva oleada del virus. La Xunta gallega sí detectó a finales de julio varios focos activos y en Burgos también hay ejemplares de vacuno que ya sufren la enfermedad. En Euskadi, por otro lado, se ha desplegado una nueva línea de ayudas para las zonas afectadas. En el Principado aún no hay casos confirmados -aseguran desde la Consejería de Medio Rural y Política Agraria-, pero "sí dos ejemplares sospechosos de los que se han sacado muestras [hace apenas unos días] para examinar en el laboratorio". Es decir, los síntomas que manifiestan algunos animales con compatibles con la EHE aunque no necesariamente están relacionados. Habrá que esperar . Cantabria revive la pesadilla de la enfermedad hemorrágica epizoótica , un virus que afecta a vacas o ciervos y hace justo un año se llevó por delante 2.300 cabezas de ganado bovino tan solo en suelo cántabro. Este verano, la comunidad vive una nueva explosión de contagios con casi 90 casos activos y 19 reses muertas . Aunque hasta hace menos de dos años no apareció por primera vez en España, la EHE ha entrado pisando fuerte y sembrando la preocupación entre los ganaderos, cuyos animales sufren heridas en la boca, fiebres o problemas para comer y respirar. Ahora, regiones como Asturias -aún sin casos confirmados- miran con preocupación la situación junto a su frontera, mientras se siguen dando casos en otras zonas del norte como Galicia, Castilla y León o País Vasco.