El sector veterinario es contrario a que la figura del veterinario de explotación sea voluntaria, tal y como ha propuesto el Ministerio de Agricultura. A juicio de los profesionales, esta decisión podría comprometer los nuevos enfoques en materia de salud.
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Alejandro Royo
NOTICIA
La sanidad animal ha experimentado un cambio sustancial desde la pandemia, pues se ha vuelto imprescindible abordar esta materia desde una perspectiva denominada 'one health'.
Oliver Duch
El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación planteaba hace unas semanas una serie de modificaciones de la legislación que regula la identificación y trazabilidad de los animales en sus explotaciones.
Una de las modificaciones que incluye este documento es la eliminación de la obligatoriedad de contar con un veterinario de explotación. Este planteamiento se ha encontrado con la oposición del sector veterinario, que considera que en un momento en el que la línea de trabajo ha de ser de la de 'one health', es decir la de coordinar tanto la salud animal como la humana y la medioambiental, el papel del veterinario de explotación supone "el primer eslabón de una cadena de responsabilidades" que, de romperse, "puede comprometer los objetivos de protección de la salud humana", según estos profesionales.
'Más vale prevenir que curar'. Este famoso refrán se ha convertido en uno de los lemas de referencia en materia de sanidad animal a todos los niveles, entre ellos, el normativo, que ha experimentado una profunda transformación desde la Unión Europea.
Asimismo, el enfoque de la sanidad animal ha experimentado otro cambio sustancial: desde la pandemia se ha vuelto imprescindible abordar esta materia desde una perspectiva denominada 'one health' (una sola salud), que garantiza un enfoque holístico para hacer frente a las amenazas para la salud de los animales, los seres humanos, las plantas y su entorno. Esta manera de abordar la sanidad propugna que la salud humana y la salud animal son interdependientes y están ligadas a la salud de los ecosistemas en los que existen, por lo que hay que entenderla y aplicarla de forma global y corporativa para comprender los riesgos para la salud humana, animal y del ecosistema en su conjunto.
Una de las modificaciones que incluye este documento es la eliminación de la obligatoriedad de contar con un veterinario de explotación.
Laura Uranga | ARAGÓN ES EXTRAORDINARIO. FONZ:
En lo que respecta a la salud de los animales, son los veterinarios los responsables de velar por ella. No obstante, dentro de los profesionales veterinarios, es necesario hacer una distinción entre los veterinarios habilitados y otra figura: la del veterinario de explotación. Estos nuevos enfoques sanitarios requieren, según el Real Decreto 364/2023 de 16 de mayo, que establece las bases de la normativa de la Unión Europea de sanidad animal , "la existencia de un veterinario que, con una visión de conjunto de la explotación, se encargase de diseñar el Plan Sanitario Integral , que incluirá actuaciones sanitarias y de higiene, un plan de bioseguridad y un plan de uso racional de medicamentos, y de verificar su adecuada implantación, asesorando al ganadero en las diferentes materias y llevando a cabo una supervisión regular de la situación sanitaria del ganado a través de visitas zoosanitarias".
Concienciación de los productores
Uno de los pilares esenciales de la labor del veterinario de explotación es "la concienciación de las personas titulares de las explotaciones en aspectos tan relevantes como la sanidad animal y su interacción con el bienestar y la salud humana, la prevención de enfermedades , incluidas las zoonosis, la detección temprana y la respuesta rápida ante su aparición, y la resistencia a los tratamientos, incluida la resistencia antimicrobiana".
De forma más específica, el mismo Real Decreto recoge las funciones específicas del veterinario de explotación. Entre ellas figuran, además de la redacción de Plan Sanitario Integral y la comprobación regular de la implantación de ese plan a través de diversas visitas zoosanitarias, las siguientes: el asesoramiento al titular de la explotación en el cumplimiento de la normativa sanitaria vigente, así como en propuestas de mejora de cumplimentación de registros o de mejora sobre la aplicación de las normas de bioseguridad con el objetivo de proteger a los animales de enfermedades infectocontagiosas y parasitarias.
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El veterinario de explotación también deberá asesorar a los titulares de las explotaciones en la aplicación de las guías y códigos de buenas prácticas de higiene, teniendo en cuenta el sistema de limpieza y desinfección, el control de plagas, el control del agua y las condiciones higiénicas de estabulación y alimentación.
Sin embargo, la labor de estos profesionales debe ir más allá del mero asesoramiento técnico. La normativa les insta a "desempeñar un papel activo en la concienciación al titular de la explotación sobre sanidad animal y su interacción con el bienestar animal y la salud humana , la prevención de enfermedades y su detección temprana y rápida respuesta ante ellas y sobre la resistencia a los tratamientos, incluida la antimicrobiana y sus consecuencias".
De obligatorio a voluntario
En principio, la legislación determinaba que la figura del veterinario de explotación tenía carácter obligatorio, pero hace unas semanas el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) publicaba un proyecto de modificación de esta legislación que, entre otros aspectos, convertía esta figura en voluntaria. Según el propio documento, "se introducen un conjunto de modificaciones para el plazo de la entrada en vigor para la obligación de designar una persona que ejerza de veterinario de explotación. Adicionalmente, se introduce la voluntariedad de dicha figura a partir del 1 de junio de 2025".
El veterinario de explotación también deberá asesorar a los titulares de las explotaciones en la aplicación de las guías y códigos de buenas prácticas de higiene.
Laura Uranga
Esta propuesta ha encontrado la oposición de los profesionales veterinarios. De hecho, la Sociedad Científica de Salud Pública Veterinaria (Avesa) ha presentado alegaciones a este proyecto de modificación de cambios.
Avesa considera que "resulta evidente que toda la normativa europea y nacional en materia de sanidad se ha ido transformando. Así, estas medidas no solo repercuten en el propio sector, sino que, además, bajo el enfoque 'one health' las decisiones normativas pueden tener consecuencias para la salud humana y global". Y añaden: " A nivel sanitario no existen las fronteras y solo a todos los niveles podemos garantizar la coordinación, comunicación y colaboración de todos los sectores implicados. En este sentido, las actuaciones desarrolladas a nivel local por los veterinarios de explotación son el primer eslabón de una cadena de responsabilidades, que de no estar integrado con carácter obligatorio en nuestro ordenamiento jurídico puede comprometer la consecución de objetivos de protección de la salud humana".
Por otra parte, los profesionales veterinarios afirman que el hecho de que no se considere al veterinario de explotación como una figura obligatoria "supondría una pérdida incalculable de recursos para las carteras de servicios en materia de salud pública, especialmente en términos de la relación de coste y eficacia". Además, desde Avesa inciden en que "la regulación como obligatoria de la figura del veterinario de explotación abundaría en un necesario cambio de paradigma para hacer frente a nuevas amenazas para la salud pública. La pandemia de la Covid-19 demostró que resulta imposible enfrentarse a una emergencia sanitaria desde una vertiente puramente asistencial".
Por todo esto, "si se produce la modificación de la figura del veterinario de explotación, se comprometerá el aseguramiento de la salud pública desde la producción primaria ganadera, generando confusión en torno al marco de actuación y responsabilidad de una figura clave para la sanidad animal y, por ende, para la salud pública", concluyen.
Mónica Espada: "Es necesario dar a los veterinarios el valor que merecen"
Mónica Espada ha trabajado durante más de 20 años como veterinaria clínica de campo y como docente en la Facultad de Veterinaria de Zaragoza. Además, actualmente es vocal de Ganadería del Ilustre Colegio de Veterinarios de Zaragoza.
¿En qué consiste la figura del veterinario de explotación?
El veterinario de explotación es el profesional que trabaja de forma libre y que presta sus servicios veterinarios a explotaciones ganaderas a cambio de una remuneración económica. Es aquel que trabaja mano a mano con el ganadero, que conoce la explotación, su manejo y funcionamiento, y al que recurre el productor cuando hay una enfermedad en los animales. Por lo tanto, es el técnico cualificado que trabaja con el ganadero para que los animales se críen en las mejores condiciones higiénico-sanitarias y de bienestar y para poder garantizar un alimento de calidad.
¿Cuáles son sus funciones?
El Real Decreto 364/2023, de 16 de mayo, establece que el veterinario de explotación es el responsable del diseño, redacción y supervisión del programa sanitario (Plan Sanitario Integral), asesoramiento en bioseguridad, bienestar, tratamientos veterinarios, y es el encargado de realizar visitas zoosanitarias para comprobar el cumplimiento de las medidas propuestas, etc. Son las funciones que prácticamente se vienen desarrollando día a día en las explotaciones. La problemática es el desarrollo que se ha planteado para el cumplimiento de esas funciones, y que se traduce en una gran carga documental, en un traslado de responsabilidad que no nos corresponde, y que tiene entre otras cosas, como resultado, una gran inversión horaria que no tiene su reflejo en una mayor profesionalidad ni en un mejor desarrollo del trabajo.
¿Por qué consideran que el veterinario de explotación debe ser una figura obligatoria?
Consideramos necesario mantener y regular esta figura, y darle el valor profesional, sanitario y social que nuestra profesión merece. Me gustaría aclarar que el hecho de no establecer la obligatoriedad del veterinario de explotación no implica una pérdida de sanidad en las explotaciones. La regulación incide más en la parte documental y en la justificación y responsabilidad del trabajo. Consideramos que la voluntariedad planteada por el Ministerio es una mala noticia. No obstante, tenemos la esperanza en que el Ministerio escuche a los profesionales veterinarios que tenemos un amplio conocimiento del trabajo en explotación y que estamos dispuestos a colaborar con el desarrollo e implantación de la figura del veterinario de explotación.
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