La bodega invierte 20 millones en Galicia y espera producir 350.000 botellas a partir del 2025 Tras conseguir cerrar un largo litigio familiar, los cinco hermanos Álvarez propietarios de Vega Sicilia se preparan para dar un salto apostando por las Rías Baixas, cuna del albariño. El proyecto que comenzó en el 2022 con el levantamiento de su sexta bodega fija su fecha de salida para el próximo 2025, con la comercialización de 350.000 botellas. Con una inversión de unos 20 millones de euros y la compra de 24 hectáreas de viñedo, el proyecto se centrará fundamentalmente en las tierras de Condado de Tea, en la parte alta del río Miño; en Salnés, en torno a Cambados, O Grove y Sanxenxo, y en el propio Crecente, lugar de construcción de la bodega. Con esta nueva apuesta, ya ascienden a 650 las hectáreas de viñedo de la empresa. Fundada en 1864 por Eloy Lecanda, Tempos Vega Sicilia está en manos de la familia Álvarez desde 1982. El vino que empezó con su producción en Valbuena de Duero a finales del siglo XIX cuenta hoy con cinco bodegas. Liderada por la matriz Vega Sicilia, la marca también regenta las bodegas de Alión en Ribera del Duero, Pintia en la DO Toro, Macán en la DO Rioja y Tokaj-Oremus en Hungría, bodega en la que se elaboran algunos de los mejores vinos dulces del mundo. La facturación de Tempos Vega Sicilia alcanzó los 66 millones de euros en el ejercicio pasado, en el que vendió 1,15 millones de botellas de vino Pablo Álvarez, director ejecutivo de Vega Sicilia, explica sobre la apuesta de Rías Baixas que la casa vallisoletana espera dar a luz a los crianzas de Deiva (de mayor producción) y Arnela, que será el blanco prémium de la bodega. Este es solo un nuevo episodio en el libro de Vega, el sexto en la historia de la empresa, que espera seguir los pasos de Pintia o Macan, las últimas bodegas en abrir y que gozan de unos resultados excelentes, con un 100% de botellas vendidas. La satisfacción dentro de Vega es máxima, y la lectura de los números cosechados muy positiva: "El 2023 ha sido un buen año. Hemos vendido el 100% del vino ofertado y hemos exportado el 70%. La demanda sigue siendo superior a la oferta en varios cientos de miles de botellas, tanto en el mercado español como en el internacional", explica Álvarez. Con una plantilla formada por 230 empleados, Tempos Vega Sicilia vendió en el 2023 un total de 1,15 millones de botellas de vino y alcanzó una facturación de 66 millones de euros. Los resultados en el extranjero son especialmente positivos. La marca se posiciona como una de las principales caras españolas a escala internacional, y este foco tiene un peso especial en sus operaciones: "Estamos presentes en 150 países, en los cinco continentes. Seguiremos creciendo en número de países porque pensamos que lo importante es estar presentes para poder llegar a la mayor cantidad de público posible", destaca el director ejecutivo. Los países a los que más exporta por volumen son Estados Unidos, México, el Reino Unido y Francia, con una tendencia creciente en China y en el mercado asiático en general. La bodega exporta el 70%, principalmente a Estados Unidos, México, el Reino Unido y Francia La empresa resta importancia al estancamiento del consumo vinícola a escala internacional, sobre todo en la gama alta, que explica por el efecto de la inflación. Pablo Álvarez se muestra confiado ante el futuro. El 95% del mercado vinícola prioriza el precio, mientras que el producto prémium, que es el estilo del 100% de los vinos de Vega Sicilia, ocupa solo el 5%. Aun así, avisa: "El mundo del vino atraviesa sus mejores años en estos momentos, pero sin calidad y prestigio será difícil subsistir". En España, el consumo de vino ha subido año tras año en las últimas cinco décadas. Se ha convertido en un producto cultural, y eso es visible en las cifras de Tempos Vega Sicilia y de la DO Ribera del Duero, que desde su creación en 1982 ha pasado de contar con 14 bodegas a 317.