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Un veterinario en el Pirineo: La gente hablaba una lengua que no comprendía

18/12/2024
En: heraldo.es
Digital
Un veterinario en el Pirineo: "La gente hablaba una lengua que no comprendía, me preguntaba qué hacía yo allí" Un veterinario en el Pirineo: "La gente hablaba una lengua que no comprendía, me preguntaba qué hacía yo allí" Mario Puente acaba de publicar su primera novela, 'La voz de las raíces', un libro de ficción basado en su propia experiencia en la comarca del Sobrarbe. Mario Puente, en el monte. C.I. Qué hace un chico como yo en un sitio como este. Estas fueron las primeras palabras que se cruzaron por la cabeza de un jovencísimo Mario Puente (@m_puentee), madrileño de por aquel entonces 23 años, nada más llegar a un pueblo del Pirineo aragonés: Boltaña. " Estuve a punto de volverme a casa varias veces. Afortunadamente no lo hice y hoy creo que irme a Boltaña fue la mejor decisión de mi vida", admite. Hoy, desde su casa, en Madrid, el veterinario de 32 años acaba de publicar 'La voz de las raíces'. Una novela de aventuras que, sin quererlo, se convierte, en sus propias palabras, en un canto de amor : "Amor al Pirineo aragonés y a sus paisajes, a sus gentes y al sector primario que es gracias al que nosotros seguimos aquí". Un lugar que, en su opinión, "no tiene la visibilidad que se merece a pesar de ser uno de los sitios más bonitos de España. Por no hablar de sus gentes", asegura el autor. "Aunque tendemos a olvidarlo a menudo, al final nuestra sociedad se sostiene gracias al sector primario, a la ganadería y la agricultura, que en cierto modo se encuentran ancladas a estas montañas. Por eso quería dar voz a estas raíces desde la visión de mi profesión, ya que nunca había leído nada parecido antes desde esta perspectiva", asevera el autor. Mario presenta 'La Voz de las raíces'. C.I. La historia de Puente, natural de Hoyo de Manzanares, municipio madrileño ubicado cerca de Torrelodones, se remonta unos 12 años atrás, cuando le tocó elegir su futuro. Se decantó por la veterinaria, una de sus grandes pasiones, y la vida le llevó hasta la Facultad de Zaragoza no por elección, sino porque era donde le "daba la nota". Al finalizar sus estudios le ofrecieron un trabajo en Aínsa, Huesca, como veterinario rural de ganado en toda la comarca del Sobrarbe. "Fue un cambio muy grande para mí", reconoce. Todo un reto para un chico de ciudad y una aventura que, en su caso, duró tres años. Y esto es precisamente lo que cuenta su primera novela de la mano de su protagonista, Daniel Castillo, "un joven veterinario que acaba de salir de la universidad, que se cree que lo sabe todo y que pronto se va a dar cuenta de que no tiene ni idea de nada" , admite, entre risas. También es un libro que cuenta el reto que supone para un joven de ciudad irse a un pequeño pueblo del Pirineo, dejar atrás toda su vida y enfrentarse a algunos casos que jamás había leído en los libros. Mario Puente, en plena faena. C.I. Procedente de familia ganadera de toda la vida -su abuelo tenía una finca con caballos, ovejas, vacas y todo tipo de animales de granja- Mario siempre tuvo muy claro a lo que quería dedicarse. Eso sí, el escenario era algo... distinto. " Boltaña no tiene nada que ver con la sierra de Madrid", señala. Algo que queda patente en el primer capítulo del libro, basado en su primer día en estas montañas. "Recuerdo que me tocó ir con mi jefe a recoger el ganado y que no paró de llover en todo el día, Encima la gente de allí hablaba en una lengua que yo no comprendía -chistabín -", recuerda, entre risas. "Ese día tan solo me hacía una pregunta. Qué hacía yo allí, si no pintaba nada de nada", reconoce. Tampoco olvida el día que tuvo que levantarse a las 3 de la mañana para atender el parto de una vaca en Saravillo, en pleno invierno, con un traje de partos que era en manga corta o su primera noche de hogueras en Boltaña. Poco a poco comenzó a conocer el lugar y a quienes lo habitan, e, irremediablemente, comenzó a enamorarse de todo aquello. "El trabajo era muy duro, muy sacrificado, pero me quedo con el trato de la gente de allá arriba-como siempre denomina a la zona- que te abría sus casas cuando estabas en faena. Te invitaban a comer o a almorzar, a ducharte, lo que hiciera falta. Eso no lo había visto nunca en otro sitio", reconoce. Te puede interesar El concierto más emotivo de La Ronda de Boltaña Tanto es así que a pesar de haber encontrado un trabajo en Madrid como asesor de nutrición animal, el veterinario adquirió una vivienda en Boltaña. "Es inevitable. Me fui hace seis años y aun así me considero boltañés y me encantaría, en algún momento y si la vida me lo permite, regresar allí", reflexiona. Además, su profesión se convierte en un telón de fondo fundamental en la novela. "Quería que fuera el hilo conductor y que hubiera casos clínicos, pero entendibles para cualquier persona que lea el libro. Al final es una novela y lo que prima es el entretenimiento", asevera. A parte, recomienda a cualquier estudiante de veterinaria vivir una experiencia de estas características. "Lo que viví allí no es lo habitual. Conoces todas las especies en su hábitat y para alguien que empieza es maravilloso. El verdadero bienestar animal se encuentra en estas montañas", resume. Veterinario y escritor Sobre la idea de convertirse en novelista, reconoce que llevaba mucho tiempo rondándole la cabeza, sin embargo fue la pandemia el detonante. "Tenía mucho tiempo y ganas de contar una historia basada en mi experiencia", reconoce. Para ello, decidió decantarse por la autoedición, alternativa que recomiendan a la mayoría de autores nóveles. En la actualidad su obra está disponible en Amazon, La Casa del Libro y la mayoría de librerías bajo demanda. Además, el próximo viernes, 27 de diciembre, presentará su libro en la casa de Cultura de su "otra casa", Boltaña, a las 20.00. Será junto a José Mari Giménez, alcalde de la localidad oscense, "con quien tuve la suerte de trabajar durante toda esta etapa en el Pirineo y quien también me ha inspirado para uno de los personajes", añade el autor. Conforme a los criterios de
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