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Tenemos que avanzar hacia una sociedad con residuo cero

15/12/2022
En: lavanguardia.com
Digital
El Govern insiste en que no construirá ningún vertedero de residuos Convertir el cordaje de una raqueta de tenis en ropa. Hacer que los residuos de un ordenador se transformen en unos pendientes. O conseguir que el textil sanitario pueda ser un aislante para el sector de la construcción. Puede parecer arte de magia, pero en realidad es todo lo que se puede conseguir con la economía circular, dando una nueva vida a productos ya obsoletos o que ya no utilizamos. Pensamos que cada catalán genera, por término medio al día, un kilo y medio de residuos. El objetivo del Gobierno es mayúsculo: alcanzar el residuo cero. El zero waste engloba toda una serie de principios basados en la prevención de residuos y rediseñar los ciclos de vida de los recursos a fin de que todos los productos sean reutilizados. ¿Con qué objetivo? No enviar desperdicios al vertedero, a la incineradora o a los océanos. De esta cuestión se habló este lunes en el Catalunya Avança con Isaac Peraire, director de la Agencia de Residuos de Catalunya; David Bote, alcalde de Mataró; Victòria Ferrer, directora del Gremio de Recuperación de Catalunya; Mons Badia, presidenta del Colegio de Ambientólogos de Catalunya; Rosa Garcia, directora general de Rezero, y Leandro Barquín, director de la Fundación Foro Ambiental. Seguramente, los ciudadanos no somos conscientes de la cantidad de residuos que generamos. Isaac Peraire tiene claro que "tender hacia el residuo cero es posible y no es solo responsabilidad de la ciudadanía. Lo es también de las administraciones y de los sectores productivos. Tiene que haber una alianza donde cada uno tenga su grado de responsabilidad para conseguir la sociedad con residuo cero". Los datos, hasta ahora, constatan que hay mucho camino por recorrer: en el 2021, el porcentaje de recogida selectiva de los residuos municipales fue del 46,6 %, todavía por debajo del objetivo que marca Europa y también lejos del hito que se ha fijado el Gobierno para el 2025: el 60%. Para concienciarnos, el Gobierno ha puesto en marcha una nueva campaña, que llega 10 años después de aquella "Envàs on vas". Leandro Barquín explica que "el sector de los residuos puede ayudar a reducir las emisiones de CO2. Estoy a favor del residuo cero, tenemos que hacer lo posible para llegar, pero al mantra del residuo cero le añadiría el de vertedero cero. No podemos llevar el 40 por ciento de los residuos municipales que generamos al vertedero, como pasa hasta ahora". De hecho, el objetivo es reducir este porcentaje al 10%, como fija Europa, y Peraire anuncia que "el Govern no piensa construir ningún nuevo vertedero de residuos". ¿Pero por qué en Catalunya se estanca el reciclaje? Falta todavía mucha concienciación, cambiar los sistemas productivos para hacerlos más eficientes y sostenibles, y legislar en esta materia para premiar a aquellos que lo hagan bien y penalizar a quien no se suba al carro de la economía circular. Hay ayuntamientos que ya se han puesto las pilas. Es el caso de Mataró, una de las ciudades catalanas que tenía un índice de recogida selectiva más bajo. En marzo, estrenaron un sistema de recogida móvil en el barrio del Centre. Esta iniciativa ha permitido aumentar hasta el 90% el porcentaje de residuos recogidos separadamente. "Fuimos pioneros en el ámbito de la iniciativa de recogida de residuos. Tenemos también una planta de tratamiento con la mejor tecnología para gestionar residuos. Queremos ser los referentes de la economía circular en Catalunya y del sur de Europa", apunta al alcalde. Los consumidores Cada catalán genera un kilo y medio de residuos al día y muchos no son conscientes de ello Economía circular es el gran concepto para conseguir llegar a la meta del residuo cero. Aquello que es un residuo, intentar que vuelva a ser una materia prima o que tenga una nueva vida útil. En Catalunya hay más de 400 plantas que hacen la magia de reconvertir un residuo para volver a incluirlo dentro del proceso productivo. Victòria Ferrer apunta que "la circularidad es que yo pueda aprovechar aquel objeto una vez se convierta en residuo para volver a fabricar el mismo objeto. Y si no es posible hacer el original, pues otra cosa". Desde el Colegio de Ambientólogos también trabajan en esta línea. "Somos la cantera de los magos. Estamos al pie del cañón para sacar creatividad de donde no hay. Planteando el ecodiseño, es decir, pensando cómo hacemos un producto para que después sea más fácil de reciclar", explica Mons Badia. Y aquí aparece otro concepto: la ecoansiedad. "Es la preocupación por todo el tema medioambiental y la sensación de que con lo que haces no es suficiente", considera Victòria Ferrer. Está claro que tenemos que repensar nuestro modus vivendi. Hace 25 años que hacemos las cosas de una manera, pero ahora estamos en un punto de inflexión y hace falta un giro de 180 grados en la gestión de residuos, yendo todas de la mano y siendo creativos en la gestión. No hay que girar de golpe, pero no podemos continuar como hasta ahora. Eso implica también un cambio a la hora de consumir. Tenemos que dejar de comprar compulsivamente, reflexionar sobre lo que realmente necesitamos y lo que no, y revisar qué tenemos para no duplicar utensilios. La prevención en un discurso queda muy bien, pero después se evidencia que es difícil de materializar. "Hemos tendido a una sociedad del consumo, con una economía lineal, un modelo de felicidad de la sociedad basado en función de lo que consumes. Hay que redistribuir responsabilidades. Nuestras administraciones nos tienen que garantizar las medidas que hagan efectivo el residuo cero. Y en último lugar, el ciudadano tiene que hacer un consumo responsable, comprar a granel o producto de proximidad" argumenta Rosa Garcia. En resumen, los residuos son la señal del modelo económico que tenemos. ¿Y qué pasa con el sector textil? La industria de la moda es la segunda más contaminante del mundo y en Catalunya todavía se recoge selectivamente muy poca cantidad de residuos textiles. Solo el 12%. El Govern prevé que la recogida de los residuos textiles sea obligatoria en todos los municipios a partir de enero del 2025. Pero para Rosa Garcia no es suficiente: "para reducir el impacto del textil, el sector tendría que rebajar su producción entre un 75 y un 85%. Tenemos que reducir el consumo y la producción. Hay otras maneras de hacer negocio y economía a través del textil, con el alquiler de la ropa o con la dignificación de la segunda mano. Prevención y reutilización es esencial en este sector". Isaac Peraire coge el testigo y recuerda que "el pacto por la moda circular pone objetivos a todos los miembros de la cadena productiva del textil". De momento, sin embargo, el acuerdo es voluntario, con 55 empresas participantes que están sirviendo de ensayo de un cambio de modelo más sostenible. Como consumidores tendríamos que echar un vistazo a nuestro armario y deshacernos de la ropa pensando en la segunda vida que se le puede dar. Reducir, reutilizar y reciclar son las tres R que tienen que marcar el futuro de la segunda industria más contaminante del mundo. La futura ley de residuos de Catalunya, que se prevé que se apruebe la primavera del próximo año, no solo exigirá la recogida selectiva del textil en los municipios. También prevé otras medidas para tender hacia el residuo cero. "No queremos rehuir nuestra responsabilidad. La diagnosis la compartimos. Tenemos que ser autoexigentes para poder después exigir a los otros agentes", remacha Peraire. Leandro Barquín considera que "no hacemos tan mal las cosas en Catalunya. Tenemos un problema de autoestima. Faltan liderazgos, tener planes a medio y largo plazo, y también falta organización, cómo gestionamos colectivamente todo eso." El alcalde de Mataró también coincide en la diagnosis. "Catalunya siempre ha sido pionera en gestión de residuos y nos lo decimos poco. Lo tenemos que hacer valer". La legislación La futura ley de residuos de Catalunya se aprobará en primavera Catalunya tiene grandes ejemplos de hacer bien las cosas en materia de residuos y de economía circular. Pero al mismo tiempo vivimos un cierto estancamiento. Diez años después de la campaña "Envàs on vas" reciclamos más. Hemos pasado del 40 al 46% de recogida selectiva, pero no llegamos a los objetivos fijados por Europa. Tenemos que sacar músculo de lo que sabemos hacer bien y poner todas las herramientas.necesarias para solventar errores .
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