«Si no existiese esa ganadería, se rompería el equilibrio» Manuel Murillo, con su ganado. :: J. S. P.
Manuel Murillo | Veterinario e integrante de la DOP Queso Ibores Con amplia experiencia en diversos sectores del mundo agroganadero, apuesta por el uso tradicional del territorio Aldeacentenera. Manuel Murillo está muy ligado al mundo del campo. Este veterinario trabaja en la cooperativa ganadera Río Almonte con cerca de 130 socios. Además, cuenta con una explotación ganadera y es socio de la SAT Quesería Las Villuercas, que pertenece a la Denominación de Origen Protegida Queso Ibores. De hecho, Murillo forma parte del consejo regulador de esta DOP.
-Toca todo los palos.
-Es cierto que tocamos desde la parte de sanidad animal, pasando por la producción y el cuidado de los animales con la explotación, hasta esa labor que se desarrolla en una cooperativa y la parte de la producción agroindustrial, con el queso. Llevo ya 25 años trabajando en la zona de Villuercas e Ibores. El objetivo es trabajar con entusiasmo y apostar por la fijación de la población. Soy defensor de la diversidad, del trabajo ligado a la tierra y del aprovechamiento de los recursos naturales.
«Soy defensor de la diversidad, del trabajo ligado a la tierra y del aprovechamiento de los recursos naturales»
-Con esa experiencia, ¿cómo ve el sector?
-Creo que hoy estamos sufriendo las acciones que hemos cometido en el pasado. Nuestros errores nos han desviado de lo que sería el sistema de explotación ganadera tradicional. Tendemos al modelo americano, más industrial. Con este sistema, nos hemos desviado de lo que debería ser un desarrollo sostenible de la explotación ganadera. Además, en la actualidad hemos desvirtuado el sistema de explotación. Hemos abandonado esa tradición ganadera, que provoca consecuencias fatales en el mundo rural. Evidentemente no podemos competir en algunos aspectos con la ganadería industrial. Sin embargo, el futuro debe pasar por nuestra raíces, aprovechándonos de lo que nos da las nuevas tecnologías y poniéndolas al servicio de los ganaderos.
-¿Cómo se compagina esa tradición con las nuevas tecnologías?
-Lo primero sería hacer un uso tradicional del territorio. No podemos sobreexplotar los terrenos, hay que respetar las cargas ganaderas. La competitividad nos ha llevado a ser más productivos y tener un producto más económico. Eso nos ha llevado a perder el equilibrio del medio. Debemos utilizar esos recursos tradicionales. A partir de ahí, las nuevas tecnologías deben estar al servicio del bienestar animal y de la comodidad de los trabajadores para aprovechar el campo.
-Las marcas de calidad y las denominaciones de origen, ¿ayudan?
-Las denominaciones de origen tienen mucho que ver. Están enmarcadas en el territorio. Insisto que se puede utilizar la tecnología. Por ejemplo, en Queso Ibores, las ordeñadoras dan una leche que sanitariamente está perfecta. Además, estoy convencido de que las producciones extensivas, no solo son respetuosos con el medio, sino también aprovechamos unos recursos.
-¿Cómo?
-Seguro que si no existiese esa ganadería, se rompería el equilibrio y tendríamos consecuencias fatales. Con estas explotaciones, se mantiene ese hábitat y, además, los mejora. La cabra es el mejor ejemplo para ello, que conserva ese hábitat. Lo que está claro es que las denominaciones apuestan por el aprovechamiento de los recursos naturales y sus productos, que sean de calidad y saludables.
-¿Hace falta hacer un ejercicio didáctico a los ganaderos para el sostenimiento del sistema?
-Creo que sí, porque a veces les mueve esa competitividad. Antes eran las explotaciones más pequeñas en los pueblos, eran más familiares. Ahora se tiende a masificarlo y a industrializarlo. Además, cada vez se desean explotaciones más grandes, metiendo más animales, en detrimento del aprovechamiento de los recursos. Creo que no solo hay que aconsejar a los ganaderos, sino también a los políticos y a las personas que se encargan de hacer las leyes, y sobre todo lo relacionado con una política agraria comunitaria. Hay muchas diferencias entre unas regiones y otras y, por tanto, esos se tendrían que tener en cuenta.